Capítulo 47 ∮ ~ Deserted City

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Año 1943

La herida tardaba demasiado en cicatrizar, para su mala suerte había tenido que ir al callejón Diagon con su brazo en un cabestrillo bastante artesanal. Claramente se sintió humillado.

Fue saliendo de la tienda de Madame Malkin que se encontró con Abraxas Malfoy, el cual notó al instante su brazo lastimado y no esperó para preguntarle qué había sucedido; una mirada intimidante de parte del pelinegro fue la única respuesta que obtuvo en un principio. Ver llegar más adelante al resto de los Caballeros de Walpurgis (Tom maldecía cada vez que recordaba el nombre que Abraxas le puso a su grupo de seguidores) no fue sencillo tampoco, ya que cada integrante era menos discreto que el anterior con respecto al estado del chico.

ㅡ¿Tom? ㅡpreguntó Abraxas con miedo, el mencionado lo miró de reojo con algo de hastío como si presintiera lo que seguía-. ¿Por qué no compras una poción o ungüento para curar eso?

Riddle se aguantó las ganas de resoplar. ¿Con qué dinero compraría aquello si a duras penas le alcanzaba para los útiles escolares? Además que el hecho de tener que comprar otra túnica de segunda mano a causa de que había crecido aún más desde el año anterior le había desestabilizado el presupuesto por completo.

Afortunadamente Malfoy entendía un poco mejor que el resto sobre aquellas miradas e indirectas en la actitud de su señor, por lo que comprendió rápidamente que ese silencio significaba que el chico no tenía más dinero para gastar. De forma discreta intentó preguntar nuevamente qué tipo de herida era la que tenía, ante lo cual el pelinegro simplemente respondió "cortopunzante". 

Abraxas en poco tiempo volvió con un ungüento para el chico y se lo entregó, Tom lo recibió con algo de desconfianza; sabía que sus seguidores no se preocuparían nunca realmente por él, pero sí prestaban atención que un líder lastimado o inhabilitado de alguna forma física no podía nunca ser capaz de ascender al poder para deshacerse de los sangre sucia.

Llegar nuevamente al orfanato y encerrarse para poder empezar a organizar sus cosas para su partida a Hogwarts fue un respiro, no era un placer llegar al lugar donde se crió, pero al menos podía estar en su habitación alejado del exterior y de las miradas curiosas del resto. Sociabilizar muchas veces era un infierno y sus seguidores no aportaban demasiado.

Solo Nagini era la única que lo comprendía en gran parte.

Una vez solo, se quitó el cabestrillo y se abrió la camisa para poder observar su herida: estaba todavía enrojecida y hacía un par de días le habían quitado los puntos de la sutura, le dolía bastante mover todavía su hombro y, a la hora de aplicar el ungüento, siseó y su labio inferior tembló levemente; su mano izquierda estaba empuñada para resistir el ardor que le producía aquello. Estuvo varios minutos sentado en la cama, respirando hondo y resoplando con la pequeña esperanza de que la herida cicatrizara finalmente.

Después de algunas horas puro por fin comenzar a mover el brazo con un poco más de libertad que antes, esa mañana ni siquiera podía alzarlo. No obstante, no podía dejar de mirar la cicatriz que perturbaba la palidez de su hombro, era larga y cubría gran parte de este; era horrible de cualquier forma que se le mirara.

Le causaba inseguridad. Rezaba mentalmente para que nadie la viera algún día porque, de ser así, seguramente se burlarían de su debilidad.

Despertó al día siguiente para poder dirigirse por fin a la estación King Cross, usualmente él debía estar listo antes de que llegaran los demás estudiantes a Hogwarts, pero esta vez les habían notificado a los prefectos que tenían que presentarse en el colegio un día antes a causa de algunos ataques realizados por Grindelwald. 

El mago tenebroso del momento... El "Señor de la muerte"...

¿Algún día él también lograría ascender a un poder similar?

Posó inconscientemente su mano sobre su hombro lastimado, por supuesto que debía lograr ascender a un poder similar; solo así todas las burlas de los muggles y el menosprecio que sintió en sus primeros años serían eliminados. Solo la venganza y el poder podrían forjar un cambio en su destino, no tenía nada más aparte de su ambición y sus convicciones.

Llegando a Hogwarts resolvió y organizó con los demás prefectos todo lo necesario en caso de cualquier situación de emergencia, además de poder recibir por adelantado ciertas informaciones útiles sobre el año escolar que le esperaba. A la noche, caminó con sigilo por los pasillos hasta llegar al baño de niñas, en donde sintió un llanto apenas ingresó.

Avanzó con cuidado de no ser descubierto, logró alcanzar el lavamanos indicado y susurró apenas las palabras para abrir la cámara; afortunadamente el llanto de la nueva fantasma era tan fuerte que sus siseos pasaron desapercibidos.

Así que ha vuelto ㅡdijo el basilisco cuando vio que su amo estaba de pie frente suyo-. Pensé que no regresaría después de lo sucedido con la sangre sucia.

Tom aclaró su garganta.

Estuve de vacaciones durante este tiempo, es el porqué de mi ausencia.

Ya veo... ¿Tiene pensado algo para este año?

Lamentablemente no, tengo que mantener un perfil bajo si no quiero ser descubierto. Tal vez a medida que transcurra el año iré ideando algo ㅡRiddle se acercó hasta recostarse en el enroscado cuerpo de la bestia-. Tengo una pregunta que no te he hecho antes.

Dígame.

¿Cualquiera que hable pársel puede darte órdenes?

Hubo un par de segundos de silencio.

Si la persona ha heredado el don desde su linaje familar, sí, puedo hacerle caso.

El chico permaneció pensativo algunos instantes: era lógicamente imposible que alguien más pudiese controlar al basilisco considerando que los Gaunt eran la única familia de la que tuviese registro en Inglaterra como hablantes de pársel. Durante el verano se lo estuvo planteando muchas veces, pero que ahora la bestia le diera una respuesta lo dejaba relativamente más calmado considerando las nulas probabilidades de que alguien más se adueñara de la bestia ancestral de Slytherin.

No se dio cuenta cuando sus ojos pesaron ni mucho menos cuando cayó dormido, recostado encima del cuerpo del basilisco; no era muy cómodo ni tampoco la mejor opción para dormir. Aquello lo comprendió cuando se despertó en medio de la noche, encontrándose abrazado a sí mismo y con sus dientes castañeando debido al frío y a la humedad de la cámara de los secretos; no sabía qué hora sería, por la luz tenue dedujo que no serían más de las dos de la madrugada. Volteó intentando acomodarse y recoger algo de calor, pero no hacía falta ser tan inteligente para comprender que sus esfuerzos para calmar el temblor de su cuerpo serían en vano, el basilisco era un reptil de sangre fría, no emitiría calor ni aunque estuviese cerca del fuego.

Odiaba el frío, siempre lo había hecho gracias a que desde pequeño debió ducharse varias veces con agua helada en pleno invierno a causa de que la caldera del orfanato fallaba a menudo, además de que su cuerpo era de contextura delgada. Sí, odiaba el frío y en aquel momento volvió a reconfirmar cuánto lo maldecía.

¿E-estás despierto? ㅡsiseó levemente.

Desde que comenzó a temblar y a removerse hace una hora ㅡrespondió el basilisco con algo de cansancio.

"¿De qué está cansado? ¡Ha dormido por tres meses y anterior a ello había dormido por siglos!" pensó.

Llévame a la s-superficie... aho-ra...

El basilisco se desenroscó y Tom se acomodó como si la montara, permitiendo que reptara por las tuberías hasta una salida segura que estaba ubicada cerca de las mazmorras. El pelinegro salió a la superficie dirigiéndose rápidamente a la sala común y, por ende, a su habitación, en donde se cambió y se acostó.

Soltó un suspiro, ni siquiera estaba Nagini, Malfoy la traería al día siguiente para evitar problemas. ¿Se sentía solo? Bastante, no tenía a nadie más con quien hablar que no fuera Nagini a modo de confianza y, como cortesía, a sus seguidores.

Cerró los ojos. Después de todo, mañana sería otro día.


『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》PrecuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora