『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》Precuela

Capítulo 33 ~ Goin' Home

Fue todo un fin de semana en que ambos estuvieron llenándose de películas, iniciando con los episodios IV, V y VI de Star Wars, hasta filmes icónicos como Ghost, Flashdance o Grease.
Sirius había había arrendado unas cuantas películas en vhs para poder pasar mejor el tiempo, y la última que se encontraban viendo en aquel momento era Drácula de Francis Ford Coppola. Vianey conocía los diálogos de memoria y claramente sufría con ciertas escenas, pero Sirius disfrutaba por primera vez de aquel clásico.
Ambos reclamaban o comentaban con ciertas acciones de personajes, llegando a estar de acuerdo en muchos puntos.

Fue con la trilogía de Volver al Futuro que Black se terminó enterando del secreto de Vianey, cuando Marty McFly viajaba al año 2015 y ella empezó a comentar las diferencias con la realidad.

—Eso ni siquiera existe en esa época —comentó la rubia antes de comer de las palomitas que tenían en un bol y soltar una pequeña carcajada-. Aunque recuerdo la emoción de los fanáticos al comparar los aciertos de esa película con la realidad.

ㅡ¿Los aciertos de qué época? ㅡpreguntó inquisidor Sirius.

ㅡPor supuesto que el 2015, ya que...

Vianey se calló y borró su sonrisa al instante antes de voltear levemente a ver a Sirius, quien tenía su ceja alzada y una sonrisa ladina; el muy pillo había averiguado de alguna forma que la chica no era de aquella época y por fin la había hecho hablar de más. La franco-austriaca se comió la palomita que tenía en su mano con suma cautela y sin dejar de ver al animago.

ㅡLo sabía desde hace tiempo, estaba esperando a que lo soltaras ㅡcomentó el pelinegro-. No estoy molesto ni nada por el estilo.

Vianey soltó la respiración que traía contenida desde hace un minuto.

ㅡCuando nos conocimos en 1993 supe que algo era diferente en ti, sabías reconocerme aún en mi forma de perro y conocías bastante bien las cosas que sucedían. Has estado todo el verano leyendo libros y bastante ansiosa y atenta con respecto a lo que pudiese pasar ahora, como si supieras algo y lo quisieras callar por el bien de todos.

ㅡLo siento...

ㅡNo te disculpes, Vianny ㅡSirius estiró sus brazos y la chica se acercó un poco, ante lo cual él procedió a abrazarla paternalmente-. No tienes que disculparte de nada, aunque sí deberías aprender a guardar un poco mejor el secreto, ya que todos en la Orden sospechan o ya saben.

La chica soltó un pequeño suspiro y aprovechó el abrazo del animago, se sentía como si estuviese en su hogar.

Pasó una semana de aquel momento, y fue un día soleado de finales de Julio que Sirius decidió hacer una pequeña locura.

Arthur Weasley había ido con su familia a la casa de Sirius, había llevado su Ford Anglia Volador y lo había estacionado en la entrada como si fuese un auto común y corriente aprovechando que se encontraban en un barrio muggle, pero después del almuerzo Sirius se levantó de la mesa y llamó a Vianey a la entrada de la casa, en donde Fred y George los esperaban con las llaves del auto en sus manos.

ㅡSalgamos a dar una vuelta ㅡdeclaró Sirius antes de colocarse unos lentes de sol ovalados.

Los cuatro subieron al auto y Sirius fue quien decidió conducir hasta un sector que no fuese tan transitado en Londres, en el cual se estacionaron y, entre los tres, miraron a la franco-austriaca con una sonrisa maliciosa.

ㅡVianey, cambio de puesto.

La rubia observó a sus hermanos con duda antes de hacer el cambio con Sirius y quedar en el asiento del conductor, mientras que el animago se colocó de copiloto.