『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》Precuela

Capítulo 45 ~ Sweet Blasphemy

Los cuatro corrieron por las escaleras en dirección a la oficina de Umbridge con la intención de averiguar sobre la red flu que ella poseía; por más que Hermione y Vianey le intentaron explicar a Harry que era una trampa, él se negaba a escucharla.

ㅡUgh, es muy necio ㅡresopló la rubia mientras seguía a sus amigos-. Típico de Leo.

ㅡ¿Cuándo lo vas a poder entender? ㅡdijo Hermione posándose a un lado del chico-. Estamos juntos en esto.

ㅡEso es cierto.

Los cuatro voltearon a ver a Umbridge, Vianey puso los ojos en blanco rogándole a Buda por paciencia y, de forma instantánea, llegaron los integrantes de la brigada sosteniendo a Luna, Ginny, Neville, Blaise y Atenea. Draco ingresó y tomó a Vianey por los brazos (con una delicadeza sorprendente) para colocarla a su lado.

ㅡ¡Mientes! ㅡgritó Umbridge mientras le daba una cachetada a Harry, provocando que Vianey se removiera furiosa y con ganas de que Draco la soltara para poder golpearla.

Snape entró con lentitud por la puerta, por lo que la rubia se tranquilizó apenas lo vio. El jefe de Slytherin respondió con su irónica calma diciendo que Umbridge había agotado todas sus reservas de veritaserum y, de paso, que las últimas dosis se las había administrado a Cho Chang y Marietta Edgecombe.

ㅡA menos que quiera envenenarlo, y le aseguro que la comprendería si quiere hacerlo, no puedo ayudarla ㅡhabló Snape, luego le dio una mirada a los tres alumnos de su casa-. Sobre todo si tiene a tres de mis estudiantes sujetos como si fueran criminales... ¿Malfoy? ㅡDraco miró con bastante nerviosismo a su profesor-. Le rogaría que soltara a la señorita Jung, a Zabini y a Shafiq.

Malfoy miró a Umbridge y luego a Severus, para luego asentir con miedo y aflojar su agarre de los brazos de Vianey, mientras que otros dos integrantes de la brigada soltaron a Blaise y Atenea con desdén.

ㅡGracias por soltarme, patán ㅡmurmuró Blaise al chico que lo tenía sujeto.

ㅡTiene a Canuto ㅡhabló Harry cuando Snape pensaba marcharse-. Están los dos en el lugar que usted sabe.

ㅡ¿Canuto? ¿Quién es Canuto? ¿Qué significa, Snape?

ㅡNi idea... 

Snape le dio una pequeña mirada a Vianey, quien asintió levemente y estiró su mano hacia atrás para agarrar la muñeca de Malfoy.

ㅡMa baguette magique s'il vous plait (Mi varita, por favor) ㅡsusurró en francés la hippie.

ㅡOui...

Agradecida de que Draco supiese hablar perfectamente el francés, recibió su varita disimuladamente y la ocultó en su manga con cuidado. Dolores estaba decidida a usar la maldición cruciatus en Potter, aún cuando Hermione le recordó la ilegalidad de éste.

Harry tragó duramente, pero fue Hermione quien lo salvó hablando del arma secreta de Dumbledore, llevándose a Umbridge hasta el bosque prohibido mientras los de la brigada se quedaban con el resto de los "rehenes". Draco tenía el puesto más alto de la brigada, pero sus integrantes no querían hacerle caso alguno en ese momento.

ㅡ¿Y por qué escucharíamos al perrito faldero que anda babeando por la mestiza austriaca? ㅡdijo Whitman, el Ravenclaw que anteriormente había arrestado a Vianey.

ㅡComo si tú no estuvieses fantaseando con ella, idiota ㅡdefendió Blaise, siendo apuntado de inmediato por el Ravenclaw con su varita.

Draco temblaba, su mirada no se atrevía a conectarse con la de Vianey y su rostro se había sonrojado; los ojos grises del rubio se habían aguado y sus manos estaban empuñadas. ¿Qué debía hacer en esos momentos?