Capítulo 50 ~ Bless the child

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Narcissa se encontraba al borde de un colapso, su marido seguía preso en Azkaban, Vianey no había podido quedarse en casa con ella a causa de que la mansión estaba plagada de Mortífagos que podrían lastimarla, y la guinda de la torta era que Draco había recibido la marca tenebrosa y una misión suicida a realizar en el transcurso del año.
Tenía a su hermana de regreso, ¿pero a qué costo? Bellatrix apenas vio que entre la colección de cuadros y fotografías había una de Vianey y Draco posando juntos, le lanzó un hechizo quebrando el cuadro. Draco al ver aquello, se acercó con cautela para poder rescatar la fotografía entre los trozos de vidrio roto llevándose un par de cortes en su mano derecha.

Apenas estuvo solo en su cuarto, el muchacho se sentó en su cama y observó la foto mágica con detalle: Vianey posaba con un cono de helado en su mano derecha abrazada a la cintura de Draco, quien pasaba su brazo por los hombros de la muchacha con complicidad; los rostros de ambos tenían manchas de helado por haber estado jugando segundos previos a la toma y reían despreocupadamente. Al reverso, la caligrafía de su madre mostraba la fecha: Agosto de 1995.
Draco buscó entre sus cosas un nuevo marco y la colocó en un velador al lado de su cama antes de recostarse en esta y quedarse algunos momentos más observando la imagen.

La necesitaba. La hippie le hacía más falta de lo que creía, aunque siempre fue consciente de lo dependiente que era de su platónica y mejor amiga. No había recibido ninguna misiva de ella desde que le escribió para advertir de la llegada a la mansión del señor tenebroso y su tía Bellatrix y, con ello, lo caótico que sería si la mortífaga encontrase a Abba sobrevolando los terrenos.

Draco se sentía bastante perdido, sobre todo con la dichosa misión que Lord Voldemort le había encomendado: cuando le entregó la marca tenebrosa y le ordenó matar a Dumbledore, supo que debió escuchar a Vianey cuando esta le sugirió ir a alojarse con ella donde la Orden del Fénix los protegiese; esa noche escuchó a su madre llorar desconsoladamente en su cuarto mientras abrazaba una almohada para ahogar los sollozos.

Gracias a esto, Narcissa se encaminó hasta La Hilandera para poder solicitar la ayuda más próxima que se le ocurrió: el propio Severus Snape. Confiaba en él, a lo largo de los años había demostrado ser el más capaz de los mortífagos y el docente más apto para vigilar a sus dos hijos; si se lo pedía, sabía que podría tener noticias de ambos a lo largo del año sin el riesgo de que hubiese algún percance que perjudicara más a su familia.

ㅡSé que no debería estar aquí ㅡhabló Cissy mientras tomaba asiento, su hermana permaneció de pie observando los alrededores de la casa de Snape demostrando su permanente desconfianza-. El Señor Tenebroso me prohibió hablar...

ㅡSi el Señor Tenebroso te lo prohibió, no deberías hablar... ¡Baja eso, Bella! No se toma lo que no es nuestro.

Snape le dio una mirada fría a la mortífaga antes de volver a mirar a Narcissa y aclarar que él ya estaba al tanto de la misión de Draco; Bella no tardó en hacer uno que otro comentario insidioso con respecto a su desconfianza, pero Severus no le dio mayor importancia.

ㅡNo dudo de tí, Severus ㅡhabló Cissy con sus ojos brillosos, venía tragándose las lágrimas desde que había salido de su casa.

ㅡDeberías sentirte honrada y también Draco ㅡinterrumpió Lestrange sin prestar atención a la angustia de su hermana.

ㅡEs solo un niño... ㅡsusurró-. Severus, te hablo como una madre desesperada por el bien de sus hijos... Draco y Vianey corren riesgo allá y...

ㅡ¡Agh! ㅡreclamó nuevamente Bella-. ¡Esa niñita!

ㅡ¡Esa niñita es mi hija! Mi hija, mi hijo, nuestros hijos... míos y de Lucius.

Severus asintió levemente para sí mismo, Narcissa estaba bastante afectada y necesitaba de su ayuda. Y él se la daría.

『STILL AS EVER: NEVER ENOUGH ║ Tom Riddle』 》PrecuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora