Capitulo 13

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"Está temblando"

Kaizen quien se aferró a ella como si fuera su salvavidas está temblando de miedo en sus brazos.

-¿Que ocurrió?

-Eso...

El médico quien se puso nervioso debido a la inexpresiva cara de la pequeña Diana, le costaba explicar la situación ya que ni el entiende que ocurre con exactitud.

-Solo estaba revisando su condición y entonces-...

Cuando trataba de explicar la situación Kaizen grito.

-¡Me quito mi ropa! ¡Me quiere hacer daño!

-¡¿Eh?! ¡No, no es así!

El médico se sorprendió con la rotunda declaración del niño.

"¿Hacerle daño? Cómo podría..."

Antes que el mal entendido se haga más grande, Roger se inclinó haciendo una reverencia hacia Diana.

-Señorita, Creo que hay un mal entendido, solamente quería revisar su cuerpo para poder saber que tan grave es su condición.

-...

Diana no dijo nada, como dijo Roger es normal tener que revisar debajo de la ropa a un niño en tan mal estado.

-¡NO, ES MENTIRA! ¡ME QUIERE LASTIMAR!

Pero Kaizen estaba tan alterado que Diana simplemente no podía ponerse de lado de Roger.

-...Kaizen...

Pero tampoco podía dejar que siga así.

-El no estaba tratando de hacerte daño.

-¿Eh?

Kaizen miro a Diana confundido, el hombre comenzó a tocarlo de repente y después trato de quitarle toda la ropa. ¿Cómo puede no ser una mala persona?

-Yo no...

Cuando vio los ojos de Diana y también de las otras personas que lo estaban observando de manera extraña comenzó a entrar en pánico.

-¡N-no miento!

Al igual que en el Orfanato cuando lo culpaban y miraban con desprecio a pesar de ser inocente.

"No estoy mintiendo"

No quería volver a mirar a los ojos de Diana por lo que cerró los suyos con fuerza. No quería ver su decepción ya que piensa que ella lo cree un mentiroso.

"Nunca he mentido"

Cada uno de los golpes injusto que ha recibió, ni una sola vez mintió para defenderse.

Pero incluso así los golpes jamás pararon.

-Shh... Tranquilo, no pienso que este mintiendo.

Mientras que el pánico era cada vez más grande. La suave y cálida mano de Diana tocó su temblorosa espalda y le dió palmaditas al igual que una madre al calmar a su hijo.

-Se que Kaizen no es un mentiroso.

Estrechando el espacio entre ambos, su calidez era tan abrumadora que sus ojos se llenaron de lágrimas de alivió.

-¡N-no... No miento!

Con una voz ahogada, Kaizen abrazo a Diana con fuerzas.

-¡Nunca he mentido!

Un grito reprimido durante años, en realidad Kaizen siempre quiso decirlo.

-No he hecho nada malo... ¿Por qué debo sufrir?

El Loco Tirano se Obsesiono ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora