Desde la noche del baile, el ambiente en el imperio había experimentado cambios significativos. Las personas, aunque aún atormentadas por los recuerdos del fatídico día, habían encontrado cierto alivio en sus corazones. El miedo provocado por aquel terrible demonio se aferraba a sus mentes como una sombra persistente, imposible de olvidar hasta el último suspiro de sus vidas. Sin embargo, en medio de esa desesperación, una luz que habían anhelado durante tanto tiempo había regresado: Elizabeth, la santa, la amada hija de Dios.
Las antiguas escrituras de la fundación del imperio y la teología hablaban de tiempos oscuros en los que la humanidad sería amenazada por las garras sedientas de la oscuridad, pero también mencionaban que Dios enviaría a su amada hija para salvarlos a todos, porque Dios ama a los humanos. La aparición de la portadora de la luz después de una tragedia de tal magnitud había logrado calmar los corazones ansiosos y heridos. La gente comenzó a hablar de historias y leyendas sobre las acciones de buena fe de la primera santa, ocurridas medio siglo atrás, y se consideraban afortunados por vivir en la misma época que la nueva portadora de tan preciado don.
Los ancianos de cada familia lloraban de felicidad, sintiendo que sus plegarias habían sido escuchadas y que habían sido bendecidos con la presencia de la santa. Los más jóvenes, desconocedores de los detalles históricos, simplemente se dejaban llevar por la emoción contagiosa de los adultos. Sin embargo, no todos compartían el mismo sentimiento de alegría y bendición por la aparición de Elizabeth.
"¿El hecho de que ella esté aquí no significa que algo increíblemente malo nos pueda ocurrir, hasta el punto de que todos podríamos perecer?"
Susurraban algunos en las sombras del imperio. El temor y la duda se infiltraban en los corazones de aquellos que no se dejaban llevar por la euforia colectiva. Pero la felicidad era tan abrumadora, que la mayoría de la gente seguía adelante, viviendo en la ignorancia de lo que se ocultaba en los rincones oscuros y sombríos del imperio.
A medida que la noche caía sobre la ciudad, los primeros indicios de lo siniestro comenzaron a manifestarse. En las calles vacías, los ecos de pasos sigilosos y susurros ininteligibles se mezclaban con la brisa nocturna.
Las sombras se alargaban, adquiriendo formas grotescas que parecían retorcerse y contorsionarse. Un escalofrío recorría la espina dorsal de aquellos que se aventuraban a salir de sus hogares, aunque no pudieran explicar por qué.
Las luces parpadeaban en las farolas, sumiendo las calles en momentos de oscuridad total. Ráfagas de viento frío soplaban con violencia, como susurros amenazantes en los oídos de los desprevenidos. Los perros aullaban en la distancia, perturbados por una presencia invisible. Un silencio ominoso se apoderaba del ambiente, interrumpido solo por el eco lejano de una risa tenebrosa.
Pero en esa noche tenebrosa, mientras los corazones de la gente se llenaban de esperanza, una sensación de peligro inminente se cernía sobre ellos. Algunos, pocos y valientes, comenzaron a sospechar que la oscuridad que amenazaba la humanidad estaba más cerca de lo que podían imaginar. Mientras tanto, en lo más profundo de las sombras, una presencia maligna aguardaba pacientemente, alimentándose del miedo y la incertidumbre.
***
El emperador, sentado imponente en su trono, miraba con furia a todos sus sirvientes y súbditos, cuyas cabezas permanecían agachadas en señal de sumisión. Su voz resonante temblaba en la sala, generando un ambiente de temor palpable. Quería saber dónde se encontraba, preguntaba de manera atronadora, haciendo que los presentes temblaran aún más. Los sirvientes, aterrados por la ira del emperador, trataban de tranquilizarlo con voz temblorosa, asegurándole que pronto llegaría. Pero, ¿a quién esperaba con tanta ansiedad?
En ese instante, un guardia anunció la llegada de un visitante, y el silencio se hizo tan profundo que cualquier sonido mínimo podría ser escuchado sin dificultad.
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El Loco Tirano se Obsesiono Conmigo
Romance{Historia Original} Sinopsis - ¿Por qué tiene que terminar así? Saehee Kim, una enfermera del Hospital central de Seúl, es una huérfana de actitud positiva hacia la vida a pesar de que la suya es muy difícil. Un día mientras estaba en su descanso...