El Loco Tirano se Obsesiono Conmigo

Capitulo 33

Un poco antes de encontrarse con César y Kaizen.

***

-Tengo un fuerte dolor de cabeza... Ah...

Diana frunció su ceño con agotamiento y una expresión extraña.

Pensar el como la protagonista femenina y Kaizen se conozcan hace se que sienta estresada y algo asustada.

-Ni mi propia muerte me pone de esta manera ¿Acaso estoy demente?

Trato de no pensar en ello pero el cerebro funciona de maneras magníficas y horrible, entre más lo evita parece que más conciente de ello es.

-Suficiente por hoy.

Cerrando su Diario con fuerza y haciendo un ruido al golpear.

Diana dejo todo en su lugar y también guardo el Diario para después salir del escondite sigilosamente una vez que comprobó que no había nadie en la biblioteca.

-...Ya es medio día...

Mirando por la ventana pudo ver el hermoso verde del jardín resplandeciendo con el sol que se encuentra en su punto más alto.

El olor de la hierba junto al aroma florar de las rosas despejó un poco su agitada mente.

-...¿El está afuera?

Pero aún así no se sintió tranquila.

No sabía por qué, pero estaba locamente extrañando a Kaizen.

Después de pensar que él podría tomar la mano de la santa y conseguir el final feliz que tanto quería en la novela...

Por alguna razón no la hacía tan feliz como pensaba que estaría.

-...Quiero verte.

Un deseo teñido con un poco de negro hacia que su estómago arda y desee verlo.

Sin darse cuenta salió de la biblioteca y dió pasos apresurados por el largo pasillo de la mansión ignorando a los guardias que estaban por ahí.

"Kaizen"

Quería verlo pronto, quería confirmarlo, que él está acerca.

"Kaizen"

Pasando y pasando por tantas habitaciones, las escenas cambiaban sin parar.

"¿Dónde...?"

Justo cuando estaba pensando en que lugar podría estar con el corazón agitado.

-¿Señorita Diana?

Lucy la vio con ojos preocupados.

Estaba por ir a buscarla para llevarla a comer pero se la encontró en la sala central con una mirada complicada.

-Ah... Lucy, me alegra verte.

"Ah... De nuevo"

Lucy frunció los labios con dolor.

Ya se a dado cuenta, Diana suele poner en pocos segundos una hermosa sonrisa cuando hasta hace un milisegundos tenía la mirada de alguien que se le iba a acabar el mundo.

-¿Sucede algo señorita...?

-...

Pero siempre que pregunta si sucede algo...

-¡Nada!

Diana suele responder "Nada" con una inocente y brillante sonrisa como si no existiera nada en todo el universo que le preocupé.

-...Eso es bueno...

Pero Lucy sabía que no era así.

Su señorita es tan amable que sería incapaz de preocupar a otros con sus problemas.