Capitulo 24

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-¿Kaizen?

Diana respondió incrédula.

-¿Oh? ¿Quieres negociar conmigo, Demonio negro?

Mientras que el hombre sonrió con satisfacción. No sé equivocó, el niño tiene muy buenos instintos.

Sin conocerlo pudo saber que si lo atacaba descuidadamente podría torcer el brazo de la niña y separarlo de ella.

Después de todo, no necesita que este completa para utilizarla. Mientras respire es suficiente.

-Hare lo que sea mientras la dejes regresar a su casa.

-¡Un momento! ¡¿De que hablas kaizen?!

Diana solo grito mientras que la conversación entre ambos parecía dejarla afuera.

-Hmm, es interesante... ¿Prometes obedecer todo lo que te ordene? Odio cuenta tratan de contradecirme...

-¡¿Que demonios?! ¡Kaizen obviamente no aceptara-...!

-Esta bien.

Pero la desesperación de Diana fue ignorada con una suave y tranquila respuesta.

-Si dejan ir a Diana y prometen que jamás volverá hacerla pasar por algo así otra vez...

Kaizen tembló por un instante, a decir verdad tenía miedo de ir con el aterrador hombre.

-...

Pero al ver a Diana tan sucia y agotada. Hizo que su miedo se reemplazará con convicción.

-Si cumples tu promesa conmigo soportaré lo que sea y te obedecere sin importar lo que me órdenes.

-¡No! ¡Kaizen! ¡Retira lo que haz dicho! ¡No puedes hacer eso!

-Demonio... ¿Sabes de lo que estás hablando? Lo que te pediré no será nada agradable.

-Lo sé, lo sé perfectamente.

Kaizen sabía que una vez que aceptara tomar la mano de ese hombre tendria que volver al infierno.

Lo que vivió en el Orfanato, lo que vio y escucho en la casa de esclavos.

Sabía muy bien lo cruel que es el mundo. No había forma que no supiera lo que le esperaba.

Pero si aceptarlo hacia que Diana regresará a salvó...

-Suelta a Diana.

Entonces no habia nada más que pensar.

-...Demonio negro, te propongo un trato.

Chasqueando los dedos, tres personas más aparecieron de repente y rodearon a Kaizen.

Al parecer eran más miembros del gremio quienes le dieron alcance hasta ese lugar.

-Si logras mantenerte conciente durante una hora mientras que mis hombres te dan una paliza, entonces escucharé tu propuesta y dejaré ir a esta niña ¿Que dices? No puedo hacer más amable que esto.

Hablo tranquilamente mientras sonreía de manera viciosa.

-¡¿Que?! ¡Hijo de puta! ¡No dejaré que suceda eso!

Por otra parte Diana pateó al hombre con todas sus fuerzas en el intento desesperada de tratar detenerlo.

-Basta.

-¡Agh!

-¡Diana!, ¡Detente, no la lastimes!

Apretó su muñeca mucho más fuerte hasta hacer que el dolor fuera insoportable.

El Loco Tirano se Obsesiono ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora