Capitulo 69

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La sala quedó envuelta en un silencio pesado, y el emperador se perdió en sus pensamientos.

El marqués Belyn, padre de Diana, se posicionó frente al emperador con una actitud confiada y firme, propia de un noble. Le saludó con respeto, tal como cualquier súbdito saludaría a su rey. El emperador, guardando su espada en el costado de su cintura, observó al marqués con una mezcla de descontento y curiosidad. Aunque hubiese preferido evitar este encuentro, decidió mantener su compostura y escuchar atentamente lo que el marqués tenía que decir.

-Honorable marques, es una sorpresa encontrarlo en mi agenda por voluntad propia y no por mi solicitud. Me pregunto qué podría llevarle a agendar una audiencia conmigo.

Dijo el emperador, pronunciando sus palabras con una pizca de altanería.

"Maldición, realmente no quería verlo"

El emperador, frustrado por ver al marqués sano y en buen estado, recordó su fallido intento de asesinato a la pareja de marqueses con el objetivo de apoderarse de su riqueza y poder. Sin embargo, no tenía otra opción más que tragarse su ira y escuchar al marqués. Aunque su plan perfecto había fallado, no había logrado descubrir qué había salido mal. El conductor había muerto como estaba previsto, el carruaje se encontraba en perfecto estado y la pareja de marqueses había sobrevivido al supuesto "accidente".

¿Qué había salido mal? No lograba entenderlo mientras borraba sus huellas de la escena del supuesto accidente. Por esta razón, había evitado encontrarse con el marqués Belyn hasta ahora, para evitar su frustración y enojo. Sin embargo, ahora era el propio marqués quien, por sus propios pies, había venido al palacio imperial a solicitar una audiencia.

-No tenía intención de encontrarme contigo, Marqués Belyn.

Respondió el emperador con voz serena, intentando ocultar su incomodidad.

-Pero no había razón para rechazar esta audiencia. Habla rápido, deseo descansar.

El marqués agradeció al emperador, pero le hizo saber que no era él quien deseaba hablar con el emperador. El emperador, sorprendido por tal declaración, preguntó con curiosidad quién era el verdadero solicitante de la audiencia.

En ese momento, las puertas se abrieron y una joven de belleza sobresaliente, vestida con un delicado y elegante vestido lila y blanco, entró a la sala.

La expresión en su rostro era firme y confiada, a pesar de su juventud. Con una cortesía exquisita, se dirigió al emperador.

-Emperador, le agradezco su atención y le saludo con respeto. Soy Diana, la hija menor del marqués Belyn.

Anunció la joven. En ese momento el emperador quedó impresionado por la apariencia y el porte de Diana. Sus ojos se encontraron con los de la joven mientras escuchaba atentamente sus palabras. Aunque parecía delicada y frágil, su voz y su actitud reflejaban una determinación inquebrantable.

-Es un placer conocer a la hija menor del marqués Belyn.

respondió el emperador con una mezcla de sorpresa y curiosidad ya que era la amada hija que el marques tanto le había ocultado todos estos años. ¿Por qué ahora ella aparece enfrente de el por sus propios pies? Tenía que averiguarlo así que mostro interés.

-Dime, Hija menor del marqués Belyn, ¿qué es lo que deseas discutir conmigo en esta audiencia?

Diana, con una sonrisa enigmática en sus labios, se acercó un paso más hacia el emperador. Su presencia imponente llenó la sala, capturando la atención de todos los presentes. Sabía que era el momento crucial para llevar a cabo la primera parte de su audaz plan para salvar a Kaizen.

El Loco Tirano se Obsesiono ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora