"Cuando la adversidad te golpea, es cuando tienes que ser el más tranquilo. Dar un paso atrás, permanecer fuerte, permanecer conectado a la tierra y seguir adelante".
-Se ve muy rico, papi. ¿Crees qué a mami le guste? -Lucy preguntó muy animada.
-Estoy seguro de que le van a encantar, mi amor. -Chris sonrió orgulloso para después comenzar a servir toda la comida que habían preparado sobre la bandeja.
Las cosas no habían sido nada sencillas para la familia y todos se encontraban adaptándose a los nuevos cambios que el estado de salud de Lucy, Rosie y Hank habían traído a casa con ellos.
Si... Las últimas dos semanas prácticamente habían volado desde el regreso de Rosie a casa de los Evans quien por cierto, hace apenas unos días había entrado a su tercer y último trimestre de embarazo. La rubia se encontraba terminando su semana número 21 y eso tenía a la familia muy aliviada, el bebé se había aferrado a la vida con una fuerza admirable, aunque eso a Rosie la tenía más agotada que nunca.
Todo parecía ir mucho mejor con la recuperación de ambos.
Aquel último viernes de enero, Lucy se había levantado súper temprano como cada mañana y con un entusiasmo envidiable para pasar tiempo con Rosie. La pequeña Lu quería consentir a su mami con un desayuno delicioso que la hiciera sentir muy querida así que con la ayuda de su padre se dispuso hacer los pancakes con chispas de chocolate más esponjoso y suaves del mundo.
Ambos Evans habían preparado un tazón de fruta fresca de la temporada con miel y hojuelas, un par de tostadas con mantequilla, un espumoso chocolate caliente con canela, pancakes y jugo de manzana. Ninguno había dudado en llenar la bandeja con toda la comida deliciosa que Rosie amaba comer por la mañana.
-Le falta mi toque especial, papi.
Aún con su bracito enyesado, Lucy corrió hasta la alacena para sacar el bote de chocolate líquido y dibujarle al pancake de su mami una agradable y graciosa carita feliz de gatito junto a unos cuantos coranzoncitos un tanto deformes que para ellos lucieron tremendamente perfectos.
-Me encanta, amor, pero creo que aún le falta algo, ¿no lo crees?
Chris negó divertido al ver el semblante pensativo de su hija, quien a los pocos segundos corrió en dirección al living para ir hasta uno de los arreglos florales que Chris le había obsequiado a Rosie hace un par de días. La rubia sonrió al ver que los globos y cartelones de bienvenida que había hecho con tanto amor para recibir a su mami aún seguían pegados en la pared, tomó un par de rosas blancas y las llevó con ella hasta la bandeja para que su padre las incluyera en el desayuno.
-Ahora si, papi, quedó perfecto.
Lucy sonrió de oreja a oreja mientras Chris observaba enternecido aquel cielo cargado de ilusión y gran amor de su hija. Estaba seguro que él se veía exactamente igual así que sin perder más el tiempo, tomó la bandeja con el desayuno y aún con las pijamas puestas, invitó a su hija a ir con él para despertar a la rubia que había dormido sin interrupción durante toda la noche.
-Shhh, no hagas ruido, cariño.
Evans siseó en un hilo de voz muy bajito, y colocó la bandeja de comida sobre el lado vacío de la cama mientras Lucy iba hasta el balcón para abrir las cortinas lo suficiente como para que iluminara la habitación. El día lucía agradable a pesar de que estaba algo gris y el frío al exterior aún tenía empañados los cristales de las ventanas.
Enero solía ser un mes bastante inestable, a veces se caía el cielo por la lluvia torrencial y otras cuantas amanecía terriblemente soleado.
-¿Hasta cuándo seguirá enfermita mi mami, papi?
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🌊 𝝝𝗖𝗘𝝠𝗡 𝗘𝗬𝗘𝗦 🌊
RomanceHace exactamente 5 años que una de las familias más reconocidas de España en el campo de la construcción había sufrido una ruptura irreparable que había dejado el corazón de Christopher Evans completamente despedazado. Con tan solo 28 años de edad y...