CAP 65 COMO PAREJA

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"En lo profundo de mi alma sé que soy tu destino".

Capítulo especial para Liz y Bastián 🥰

-¿Una invitación a cenar? ¿En serio Liz? No soy tan estúpido.

Bastián gruñó colérico, estaba harto de escuchar maravillas del nuevo contratista. Ese maldito Harry sólo había llegado a arruinar lo que tenía con Liz o quizá sólo era la excusa perfecta para mandar todo al demonio.

-Es una reunión de trabajo, sabes que con la llegada de la bebé Chris no puede estar tiempo completo en la constructora. -Lis trató de guardar la calma.

-Pretextos... Ese sujeto busca más que una reunión de trabajo. Mejor acepta que te mueres por salir con él. Sólo mírate, ya hasta lo defiendes, te envía textos todo el día, te llama cuando estás conmigo...

Sebastián bufó con irritación y aceleró el auto, pero la maldición que escapo de la boca de su acompañante lo hizo bajar la guardía.

-¡Basta! Detén el maldito auto... No puedo más con esto, Bastián, no quiero discutir más contigo. Ya te expliqué mil veces que no tuve opción, se trata solo de un asunto de trabajo, además no me envía texto a cada hora del día, solo me ha llamado una vez fuera del horario laboral, ¡UNA!

Liz gruñó exasperada y se cubrió el rostro con ambas manos después de que Sebastian frenara de golpe junto a unos de los aparcamientos que había cerca del muelle. Estaban a pocas calles de llegar a la constructora.

-Claró, ahora yo soy el loco... Solo dilo Elizabeth, sé que te mueres de ganas por decirlo, es tu excusa perfecta... ¡Anda dilo!

Sebastián susurró entre dientes y apretó con fuerza el volante para después dejar caer sus manos a sus costados. Se sentía derrotado y profundamente agotado al igual que ella, sentía celos todo el tiempo, discutían por estúpideces y a ella parecía no interesarle lo que sucedía en su relación... Y si, tal vez al inicio todo lucía como un gracioso juego infantil, pero su constante inseguridad a que Liz pudiese elegir a otro hombre lo acechaba cada instante del día y lo que inició como pequeñas bromas terminó siendo muy real.

No podían continuar así.

-¡Lo nuestro se terminó! ¿feliz?

Liz gritó desesperada para después levantar su rostro y fijar sus ojos sobre aquel pozo de agua azul cargados de decepción y una profunda tristeza que la quebró. Esa no fue la mirada con la que esperaba encontrarse.

-Ves, no era tan difícil, ¿o si, Liz? Espero que el contratista o el pobre diablo al que elijas sea todo lo que yo no puedo ser para ti. Me largo...

Bastián tomó un poco de aire y escupió en un hilo de voz demasiado tranquilo para después abrir la puerta del auto y abandonarlo, no sin antes darle un buen portazo. Aquella reacción dejó a Liz completamente desarmada, sus discusiones nunca habían ido tan lejos y eso la alarmó en segundos.

-¿A donde crees que vas? No hemos terminado, Bastián... -Liz salió tras él como alma que llevaba el diablo.

-¡Estás imaginando cosas! Entiende que no se trata de eso, se trata de ti, de tus celos absurdos, de nuestras constantes discusiones. Me celas con todo el que me dirige la palabra... Tú eres el único problema aquí...

Liz despotricó sin filtros de por medio, consiguiendo que sus propias palabras la hiciera reaccionar y arrepentirse en cuestión de segundos, pero muy tarde llegó aquel sentimiento cuando la mirada herida y cargada de dolor de Sebastián la apuñalo. Eso no era lo que quería decir exactamente.

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