CAP 18 SIGUIENTE

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Es bastante difícil dejar ir y seguir adelante pero una vez que lo hagas, te sentirás libre y te darás cuenta de que fue la mejor decisión que tomaste.

Una semana más había pasado frente a sus ojos y en tan solo unos cuantos días Rose cumpliría 3 meses de haber llegado a sus vidas. Si, las vacaciones de Lucy terminarían y todos tendrían que regresar a la rutina habitual de sus vidas. Lu al colegio y él a la constructora.

Chris, no había vuelto a saber nada sobre Tom desde el día en el que lo vio marcharse bastante decaído de su casa. Liz se había tomado la semana de vacaciones aún cuando ese no había sido el trato mientras que Barnes no había parado de enviarle mensajes de texto para quejarse de todo el trabajo que debía hacer gracias a que la pequeña arpía no estaba llegando a trabajar. Las cosas entre esos dos habían terminado mal, Elizabeth seguía furiosa con Sebastián y aunque él trató de arreglarlo terminó recibiendo un buen rodillazo en la entre pierna como venganza.

Rose, por otro lado, había comenzado a llegar a sus terapias con una agradable mujer que se comprometió con su caso y a ayudarla a superar la situación por la que estaba atravesando. La rubia había comenzado a tener un poco más de independencia durante los últimos días, estaba explorando sus gustos, sus habilidades cognitivas y algunas aptitudes con la ayuda de toda la familia. La meta era lograr que ella pudiese mejorar su lenguaje y autorregularse un poco más para tener el control de todas esas emociones que a veces la hacían lucir como una niña.

El proceso sería largo, pero poco a poco irían viendo los resultados y quizá cuando menos lo pensaran su memoria llegaría a ella como un gran destello de luz.

Era domingo por la noche otra vez y la llovizna no había parado de caer, anunciando que el otoño estaba próximo a llegar a las costas de Marbella. Evans estiró su cuerpo en su asiento mientras miraba en dirección al gran ventanal del living. Todo estaba en completa oscuridad y la calma que se respiraba era bastante acogedora.

-Es casi media noche... -Chris susurró.

Hacía varias horas que sus dos rubias se habían encerrado en la habitación de Rose para tener una noche de chicas así que supuso que ya estarían ambas dormidas, lamentablemente se equivocaba.

Chris bostezó un poco, quito a Frank de su regazo y se preparó para subir a su habitación, pero esos planes se vieron interrumpidos cuando la luz del pasillo casi lo deja ciego. Era ella quién venía caminando descalza y despreocupadamente con esa diminuta batita de pijama que Liz le había comprado para dormir. Chris se mojó los labios y se quedó quieto y en silencio en su asiento para observar cada uno de sus movimientos.

Su chica tenía el cabello recogido en un moño alto y mal hecho que sostenía torpemente los hilo platinados de su cabello mientras que en una de sus manos traía abrazado a su pecho un enorme bowl de palomitas del cual aún venían comiendo un poco.

Rose sonrió como si algo le divirtiera, y se metió unas palomitas más a la boca antes de dejar el contenedor en el lava platos para después caminar a la nevera y sacar un bote de helado que había quedado a medias desde el almuerzo.

-¿Helado a las 12, cariño? -Chris se dijo así mismo mientras sonreía como idiota.

La rubia sacó una gran cuchara de unos de los cajones y se giró para abrir de nuevo la nevera y sacar el jarabe de chocolate para vaciarlo sobre su helado de fresa. Ahora Chris entendía de dónde sacaba tanta energía para rendir durante el día.

-¡Mucho chocolate para Rose!

Rosie susurró con gran felicidad mientras sonreía. Regresó el jarabe a su lugar, le dio la espalda al hombre que la observaba en la penumbra y abrió una de las puertas más altas de la alacena para tratar de alcanzar un frasco que protegía algunas chispas de chocolate. Evans la vio pararse de puntitas y estirar su brazo todo lo que pudo para alcanzarlo mientras daba varios brinquitos muy graciosos sin tener éxito.

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