"Los recuerdos son una forma de aferrarte a las cosas que amas, las cosas que eres, las cosas que no quieres perder".
-¿Cuando podré hablar con mami, abuela Rose? ¿Cuándo despertara? La extraño mucho, quiero que todos vuelvan a casa.
Una muy desanimada Lucy se acercó a la cama donde su mami dormía para despedirse de ella. La pequeña rubia odiaba tener que regresar a casa cada tarde solo porque las reglas del hospital le prohibían pasar la noche ahí. Además y a pesar de que ya le habían retirado el collarín aún debían cuidar de su bracito enyesado y asegurarse de que Lu tomara todos sus medicamentos para que pudiese regresar al colegio la siguiente semana.
-No te pongas triste, corazón. Cuando mami despierte serás la primera en pasar a verla. Ella se va poner muy feliz de tenerte aquí.
La abuela Rose le respondió con cariño. Ningún integrante de la familia creyó apropiado que Lucy supiese sobre la crisis que había tenido Rosie en la madrugada. Antes de que Lu pudiese acercarse a ella tendrían que asegurarse muy bien de que estaba estable ya que no querían que la pequeña presenciara alguna escena que pudiese asustarla.
-¿En verdad debo irme, papi?
Lucy se abrazó al vientre de su mami con mucho cuidado de no lastimarla para después mirar a Chris con ojos de perrito.
-Sé que esto no está siendo nada fácil para ti, mi amor, pero conoces las reglas. Mañana podrás venir después del almuerzo. Tía Liz y Bastián te cuidarán esta noche.
Chris fue con ella y acarició su cabello rubio para luego verla susurrarle a la barriguita de su madre que volvería al día siguiente para seguir contándole cuentos de princesas.
-¿La tía Meryl y el tío John ya no se quedarán conmigo? -Lu preguntó con tristeza.
-Esta noche no, cariño. Dejaremos que descansen un poco. ¿No quieres que tía Liz y Bastián se queden hoy contigo? -Chris quiso saber.
-Si, el tío Bastián me consiente mucho, pero yo quiero estar aquí con mi mami y contigo, papi. En casa me siento muy solita.
Lucy le susurró mientras un enorme puchero se asomaba en sus labios. Sus ojos se aguaron y sin poder evitarlo sus lágrimas brotaron.
-Te entiendo, amor, por favor no llores. Además no estás solitas, tienes a Frank, los conejitos, Dodgie y a todas las personas que te aman que han ido a casa para cuidarte. -Evans sintió su corazón hacerse chiquito. Le dolía ver a su familia sufrir.
-No es lo mismo, papi... -Lu sollozó.
-Es hora de irnos, amor. Tu abuela Lissa ya nos espera.
La abuela Rose interrumpió, se puso de pie para ir hasta la cama y dejar un beso suave en la frente de su nieta que seguía dormida.
-Te extrañaré mucho mami. Prometo que estaré aquí mañana.
Lucy le aseguró con determinación a la mujer, se limpió las lágrimas y se acercó a la mejilla rosada de su mami para dejar un par de besitos tronados en ella.
-Eso es mi cielo... -La abuela Rose ánimo a Lu al frotar su espalda con cariño.
-Papi, no olvides darle a mami el regalo que traje para ella. -Lu le recordó y sorbió sus mocos.
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🌊 𝝝𝗖𝗘𝝠𝗡 𝗘𝗬𝗘𝗦 🌊
RomansaHace exactamente 5 años que una de las familias más reconocidas de España en el campo de la construcción había sufrido una ruptura irreparable que había dejado el corazón de Christopher Evans completamente despedazado. Con tan solo 28 años de edad y...