"Es increíble como algo tan pequeñito en tu interior puede hacerte sentir tantas cosas bonitas en el corazón".
-¿Lissa? Cariño, despierta... -Betty le susurró con suavidad a la rubia que comenzó a parpadear sobre la camilla en la que un amable enfermero la había recostado.
-Dios, nos diste un gran susto, mujer. ¿Cómo te sientes? -Meryl acarició su cabello con cariño mientras Betty se encargaba de tomarle nuevamente la presión.
-No sé, me siento muy mareada. -Lissa se llevó una mano a la cabeza y cerró sus ojos con fuerza en un intento por recordar lo que había pasado.
-Te desmayaste, amiga. -Meryl le dijo cuando notó la confusión en su mirada al notar que seguían en el consultorio de la clínica.
-Tuve un sueño muy extraño, Meryl... Tú estabas gritando como una demente y Betty estaba diciendo tantas locuras. Ambas repetían que estaba embarazada... Que tontería...
Lissa sonrió avergonzada y se cubrió en rostro para tratar de calmarse, pero tan pronto como nadie la desmintió, retiró sus manos para mirar el par de ojos que la escudriñaban nerviosas frente a ella.
-¿Qué? Porque fue un sueño ¿verdad? ... ¿Verdad Meryl? ¿Betty?
Lissa preguntó impaciente y palideció nuevamente mientras las mujeres intercambiaban una mirada cómplice llena de preocupación.
-De acuerdo...Hablemos de esto con calma, Lissa. Todas aquí somos mujeres adultas... Betty trató de contenerla un poco.
-Si... Escucha, amiga... Sé que estás muy alterada, asustada y sorprendida, yo estaría igual, pero es completamente natural que te sientas así. No todo los días quedas embarazada a tus 53 años.
Meryl trató de aligerar el ambiente, pero eso solo causó que el rostro de Lissa se desfiguraba por la impresión y que sin poder contenerse más se soltara en un llanto desesperado que las puso en alerta.
-Bien hecho, ya la hiciste llorar... -Betty miró mal a Meryl quien frunció el ceño y la miró mal también.
-Solo trató de ayudar... -Meryl refunfuñó mientras Lissa lloraba a mares.
-¡No, no, no, no! Es que esto tiene que ser un error, no puede ser posible y lo sabes Betty. Soy una vieja con más de 50 años que no puede estar embarazada así de la nada... Hace casi dos años que no tengo mi periodo, tienes que ser otra cosa...
Lissa lloró mientras sus amigas se acercaban a ella para tratar de tranquilizarla. Meryl tomó su mano y Betty peinó sus mechones de pelo con cariño tras sus orejas mientras la escuchaban sollozar y refunfuñar entre dientes.
-Básicamente si es posible, cariño... -Betty comenzó con su largo discurso mientras Lissa trataba de no ahogarse con sus lágrimas.
-¿No se supone que después de la menopausia la fábrica de bebés se cierra? ¿Sabes? Una vez leí sobre una mujer de 72 años en Mexico que había quedado embarazada. -Meryl les dijo con mucha curiosidad, ganándose una mirada de parte de Lissa que casi la desintegra. No era el mejor momento para mencionarlo.
-¡Dios si! Leí sobre ese caso también... -Betty estuvo a nada de contarles la historia, pero el gruñido enfadado de Lissa las interrumpió.
-Podrían concentrarse en lo que me está sucediendo... -La rubia les reprochó a ambas.
-Si claro... El punto es que la mayoría de las mujeres entran en la menopausia entre los 48 y 51 años. Y si, es verdad que los ovarios dejan de funcionar, ya no producen óvulos de calidad y es muy difícil conseguir un embarazo de forma espontanea o natural. -Betty hizo una pausa.
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🌊 𝝝𝗖𝗘𝝠𝗡 𝗘𝗬𝗘𝗦 🌊
RomanceHace exactamente 5 años que una de las familias más reconocidas de España en el campo de la construcción había sufrido una ruptura irreparable que había dejado el corazón de Christopher Evans completamente despedazado. Con tan solo 28 años de edad y...