⚠️ADVERTENCIA, SÓLO 18+⚠️
"¿Cómo algo tan pequeño puede hacernos sentir algo tan grande y fuerte?".
Habían pasado a penas unos cuatro días desde que la noticia del embarazo de Rose sorprendió a la familia aunque aún faltaba una pequeña y rubia Evans a quien le habían estado ocultando aquella verdad. Tanto Chris como Rosie quería que fuese una linda e inesperada sorpresa para su hija mayor así que decidieron esperar un poco más, al menos hasta estar 100% seguros de que lo que crecía dentro de Rosie era una preciosa bolita de pelusa rubia.
Nadie tenía dudas de que ambos ya estaban en espera de la cigüeña, pero Chris necesitaba tener por escrito que aquello que tanto había soñado tiempo atrás no era más una ilusión sino una bello anhelo de su corazón vuelto realidad.
Era jueves y con la ayuda de Lissa, la primera cita de la pareja había sido agendada para la mañana del viernes, así que ambos se organizaron en secreto para poder asistir al primer chequeo en el que podrían confirmar el embarazo con una ecografía y dar inicio oficialmente con el control prenatal de Rosie. La doctora que los acompañaría en todo el proceso le tomaría un par de muestras a la joven y le realizaría algunos estudios de rutina solo para asegurarse de que su estado de salud era el apropiado. Si, quizá no era el primer embrazado que experimentaba Chris, pero después de tantos años se sentía como si realmente lo fuese.
Aquella noche lluviosa de septiembre, ambos rubios se había dado el tiempo para compartir un tibio y relajante baño de burbujas antes de ir a dormir. La sensación de calma en la que se habían sumergido estaba siendo más que gratificante para la pareja y por alguna razón ninguno sentía ganas de salir de la calidez que el agua les estaba obsequiando a sus cuerpos desnudos.
-No sabes cuán feliz me siento de haberte encontrado en mi playa, amor.
Chris susurró más para sí que para la hermosa sirena escandinava que llevaba varios minutos observando en completo silencio.
-Te amo, nena...
La rubia ronroneó ante la lejanía de su voz varonil y frunció el ceño un tanto adormilada mientras él peinaba un poco los hilos mojados de su cabellera tras sus orejas. Rosie se encontraba sentada entre sus piernas y recostada plácidamente contra su pecho mientras uno de sus brazos fornidos rodeaba su pequeña cintura para estrecharla con cariño a su cuerpo. Evans besó la mejilla sonrojada de su chica para después tomar la esponja y comenzar a frotarla por toda la piel blanca y expuesta que encontró a su paso.
-Mi cielo, no te duermas.
El rubio le susurró al oído mientras recorría las esponja suavemente sobre el largo de su cuello y se sumergía bajo el agua para frotar el largo de sus brazos y el valle de aquellos hermosos senos que flotaban con sensualidad sobre el agua espumosa. Sin embargo, Rosie se sentía demasiado perezosa como para intentar moverse de aquel cómodo lugar, además de que los mimos de su novio eran su debilidad y por alguna razón se sentía aún más necesitada de su atención que antes.
-No amor, quedarnos aquí otro ratito chiquito. -Rosie ronroneó sin abrir sus ojos, estiró su cuello un poco y esperó a que el hombre bajara su rostro hasta el suyo para regalarle un delicado y casto beso que la hizo jadear contra su boca.
-Terminaremos como dos pasitas, corazón. -Chris sonrió contra su boca mientras soltaba la esponja para poder recorrer esta vez su mano curiosa sobre toda la silueta curvilínea de su cuerpo.
-Quiero hacer el amor dentro de tina ahora, papi... -Rosie soltó su solicitud en un hilo de voz tan dulce y mandón que Chris no pudo evitar soltar una graciosa carcajada que la hizo abrir sus ojos al sentir la vibración de su pecho sacudir su espalda.
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🌊 𝝝𝗖𝗘𝝠𝗡 𝗘𝗬𝗘𝗦 🌊
RomanceHace exactamente 5 años que una de las familias más reconocidas de España en el campo de la construcción había sufrido una ruptura irreparable que había dejado el corazón de Christopher Evans completamente despedazado. Con tan solo 28 años de edad y...