"Las despedidas son solo para aquellos que aman con sus ojos. Porque para aquellos que aman con el corazón y el alma, no existe tal cosa como la separación".
-No puede permanecer aquí, Señor Evans. Apreciamos toda su ayuda, pero ahora las autoridades se harán cargo. -Un oficial le explicó con calma y se acercó a ambos para poder llevarse a la joven a unas de las salas de la estación.
-No, Rose, no... -La rubia negó con la cabeza y se abrazó con miedo al brazo de Chris mientras sentía sus ojos aguarse.
-¿Puedo hablar con la familia? -Evans quiso saber.
-Lo siento, pero el protocolo no nos lo permite. Confié en la autoridad, Señor Evans. -El hombre le sonrió de una forma que hizo al rubio dudar. Claro que no confiaba en la autoridad.
-¿Podría darme unos minutos con ella? A solas... -Chris miró con dureza al oficial que estaba plantado frente a él.
-Un minuto, la familia de la chica aguarda, deben partir hoy mismo de España. -El oficial le respondió y después abandonó la oficina.
-Rose, escúchame...
Chris se giró para quedar frente a ella y poder limpiar sus lágrimas con sus pulgares.
-Rose mucho miedo... -Ella negó con la cabeza sin poder parar de llorar.
-Ven aquí, mi amor. Estarás bien, Rose. Sabíamos que esto sucedería y quizá a un no tienes tus recuerdos de vuelta, pero ellos podrán ayudarte a recuperarlos.
Chris la atrajo con delicadeza a su cuerpo y la envolvió con ambos brazos para acurrucarla contra su pecho. Podía sentir como su piel se erizaba con terror mientras sollozaba, partiéndole el corazón él miles de cachitos.
-Ellos son tu familia, Rose. Debes volver a casa, a tu hogar. -Chris le explicó en un susurro suave al oído, pero ella insistía en negar con la cabeza.
-Casa con Lucy y tu, papi, Frank, Abuela, Liz... -Ella respondió y elevó su rostro para mirar al hombre con uno ojos terriblemente tristes y angustiados.
-Cariño, no me hagas esto. Debes irte ya. -Evans acarició su mejilla y sintió como sus ojos se aguaban al ver su semblante tan desconsolado mientras un gran nudo comenzaba a restarle la respiración.
-Por favor, Rose quedar aquí, casa aquí. -Ella insistió y no pudo evitar pegar un enorme salto cuando uno de los oficiales abrió la puerta. Habían ido por ella.
-Por favor, por favor... -Rose suplicó sin parara de llorar, aferrándose fuerte a la camisa de Chris, quien tuvo que soltarla a la fuerza cuando un oficial colocó la mano en su hombro.
-Se terminó el tiempo. -El hombre le informó y Evans asintió en silencio.
-Dios... Lo siento mucho... Estarás bien, Rosie.
Evans besó la frente de la rubia y la apartó bruscamente de su cuerpo para poder abandonar la oficina y dejarla ahí mientras lloraba desolada.
-Tranquila señorita, pronto estará con su familia. -El oficial tomó a la chica del brazo para ayudarla a caminar mientras Rose negaba asustada una y otra vez, mirando a todos lados para buscar a Chris, pero él ya no estaba.
Él la había abandonado.
-¡Maldita sea!
Chris pateó los neumáticos de su auto una vez que llegó al estacionamiento, tiró de sus cabellos con frustración y se echó a llorar con impotencia. Tenía que volver por ella, no podía entregarla así nada más. No después de todo lo que había sucedido en las últimas semanas.
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🌊 𝝝𝗖𝗘𝝠𝗡 𝗘𝗬𝗘𝗦 🌊
RomanceHace exactamente 5 años que una de las familias más reconocidas de España en el campo de la construcción había sufrido una ruptura irreparable que había dejado el corazón de Christopher Evans completamente despedazado. Con tan solo 28 años de edad y...