"El amor, la vida misma es una aventura atrevida, abre tu corazón, disfrútala".
-Rosie, no olvides nuestro helado. -Lucy le recodó a la rubia mientras se abrazaba al cuello de su padre.
-Rose no lo olvida.
Rosie se apoyó del pecho de Chris y se paró de puntitas sobre sus pies para alcanzar la mejilla de Lu, dejando un suave y pequeño besito en ella.
-¿Por qué no vas con tu tía Liz para recordarle también, amor? -Chris se aclaró la garganta, besó la frente de su hija y la bajó para verla correr hasta el auto.
-¿Papi quiere helado?
Rose sonrió divertida cuando él hombre con semblante serio rodeó su cintura con un brazo para acercarla a él con un toque de posesión.
-Promete que te portarás bien y no regresarás con más tatuajes, nena. -Chris la miró con la frente arrugada mientras alternaba sus ojos de Lucy que estaba bastante distraída a la mirada juguetona de su traviesa sirena.
-No más tatuajes, papi... -Rosie sonrió ampliamente, se abrazó a sus hombros y pegó un pequeño saltito para estampar sus labios rojos sobre los rosados en línea recta que tenía frente a ella.
-De acuerdo y si, si quiero. Quiero de vainilla... -Evans suspiró y Rose soltó una graciosa carcajada cuando notó la mancha de labial que había dejado en su boca.
-Rose vuelve en unas horas. -Ella dejó un besito fugaz más y limpió sus labios con sus pulgares antes de separarse de él.
-¡Vuelve Lucy!
Chris llamó a su hija, tomó un poco de aire y sonrió ampliamente cuando vio a su pequeña abrazarse con gran felicidad a las piernas de Rose quien llevaba flats, camiseta blanca y jeans casuales de mezclilla, al igual que Elizabeth. Hubiesen parecido gemelas si no fuera porque Liz era algunos centímetros más alta y su cabello era un poco más dorado a diferencia del del Rose que tenía destellos platinados.
Tanto Chris como Lucy las vieron partir antes de entrar a casa. Tendrían toda la tarde para limpiar la piscina del patio trasero, recoger la cocina, lavar la ropa, bañar a Frank e incluso ir al supermercado para comprar algunas cosas para la fiesta del sábado. Si, había demasiado trabajo por hacer, así que ambos se mantendrían muy ocupados en lo que su Rose volvía a casa.
-¿Dónde ir Rose y Liz? -Rose miró a Liz con gran emoción desde su asiento mientras conducía.
-Nuestra primera parada será una Sex Shop. -Liz sonrió como nunca, aquello la tenía demasiado entretenida. Era como educar e instruir a su hermanita menor para su primer vez.
-¿Sex shop? -Rosie preguntó con curiosidad.
-Rose, ya verás cuando entremos. ¿Recuerdas cuando mencioné que los novios que se aman mucho, mucho suelen jugar desnudos en la cama? -Elizabeth se rio de sí misma al decir aquello.
-Si... -La rubia asintió.
-Bueno, en esta tienda venden toda clase de juguetes que los novios pueden usar cuando juegan juntos.
-A Rosie gustar mucho juegos y cosquillas. -Rose dijo con inocencia y Liz negó con la cabeza. La misión sería difícil, pero no imposible.
-A ver... Rosie, ¿recuerdas que también hablamos sobre las zonas rojas de tu cuerpo? -Liz pasó saliva y bajó la velocidad un poco.
-Si, nadie puede tocar a Rose si Rose no quiere. -Ella trató de explicar lo que había comprendido de aquella charla mientras Liz entraba al estacionamiento del mall y detenía el auto.
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🌊 𝝝𝗖𝗘𝝠𝗡 𝗘𝗬𝗘𝗦 🌊
RomansaHace exactamente 5 años que una de las familias más reconocidas de España en el campo de la construcción había sufrido una ruptura irreparable que había dejado el corazón de Christopher Evans completamente despedazado. Con tan solo 28 años de edad y...