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Cuando abro la puerta, Lubóng, me mira con desaprobación y yo solamente muestro una sonrisa de inocencia.

— Llegas tarde

— Bueno, unos minutos, nada más

— Si no fuera porque está la niña, te llevarías unas cuantas nalgadas

— Mira, el papel de padre responsable te queda bien, ¿Vamos?

Le digo cogiendo a la niña, él suspira y se pone en pie...

El pelinegro ha estado conduciendo por la ciudad, y aclaro que ni siquiera nos pararon para pedir identificación. En fin, se detuvo delante de una tienda. Bajo del coche y se apresuró a abrirme la puerta, agradecí, y lo seguí al interior del lugar

— Buenas tardes, señor

Pasa de largo y yo miro a la señorita con la palabra disculpa estampada en la cara. Lo sigo para ver que se sienta en una butaca de cuero rojo.

— ¿Podrías ser más respetuoso?

Hizo una seña para que me acercara y así lo hice, cogió a la niña, y se acomodó mejor.

— Escoge un conjunto completo, lo que tú quieras

— ¿Qué?

— Lo que has oído,

Lo miro aun sin saber si me está tomando el pelo, él al ver que seguía sin entender, dejo el relajo, poniéndose en pie justo cuando venía la misma dependienta.

— Buenas tardes, ¿podemos ayudarlo en algo?

— Está claro que si

— ¡Callum!

— Ropa de gala, femenina.

— Perfecto. Sígame por favor

Sigo a la mujer viendo por el rabillo del ojo a Callum muy mal.

— Tenemos mucha variedad de ropa, todo de alta costura

— Tranquila, te creo.

Murmuro para mí, comienza a enseñarme ropa, incitándome a buscar algo que me gustara, cada que lo hacía cogía dicha prenda, hasta que no pude más, y volvimos al punto de partida, justo a donde estaba el pelinegro.

— La ropa que ha seleccionado ya está en el probador número cinco, los probadores están al fondo a la derecha.

— Gracias

Lubóng emprendió la marcha y yo lo seguí como pude. Hasta llegar la habitación que pretendían hacer pasar por vestidor.

— ¿Para qué es todo esto?

— Mañana habrá una gala, y querría que fueras mi pareja

Se encoge de hombros bebiendo de su baso con líquido ambarino.

— ¿Y no has pensado qué quizás, no querría estar en una gala?

— Es una gala benéfica, pensé que te gustaría ir.

—Esto no funciona así cariño

Le digo con enojo, y sarcasmo.

— Básicamente, mi opinión te la has pasado por donde te ha dado la gana.

— ¿Riley, querrías... ser; mi pareja para la gala benéfica?

Su petición aunque fue tardada, fue sincera, ya que de otra forma no le habría costado tanto pedirlo, asiento lentamente.

— Ve a probarte la ropa, te esperaré aquí con Evette.

Asiento, y lo primero que me pongo es un vestido blanco, cuando salgo para que lo vea, lo hago con una sonrisa, ya que es bonita la prenda

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora