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El amor no siente ninguna carga, ni piensa en sus problemas, intenta lo que está por encima de sus posibilidades, y no pone como excusa lo imposible; porque piensa que todas las cosas con lícitas, y también posibles.

— Thomas Kempis


|El Pozo de los secretos|

Asher

Abro de una patada la puerta apuntando firmemente el arma, para no encontrar a nadie en el que fue el despacho de Catalina, lo único que veo es todo desordenado, lo que me indica que ya se ha escapado. No debe andar muy lejos, puesto que las cenizas de cigarro están calientes, al igual que el fuerte olor. Salgo corriendo. Intentar recuperar a Alice por medio de Seth sería tardío, y complicado, en cambio, con el cojo y manco, no tardaría. Es una rata que aprovecha de cada oportunidad que tiene, como Betsabé. Oigo un ruido, por lo que giro hacia un pasillo que da a la biblioteca, y allí veo unas hojas tiradas.

Estaba cerca

veo otro pasillo en el que no dudo en meterme. Quién no conociera Lacronette lo vería como un lugar histórico. Así es como lo vendía Catalina, cuando en realidad solo eran túneles, habitaciones y pasadizos secretos.

Giro nuevamente cuando veo una tecla negra. ¿Se suponía que esta iba a ser mi hora?; porque de ser así, no tenía ni el menor miedo.

Silbo tranquilo cuando veo su parche negro tirado.

— Sé que estás aquí, consideraré no matarte si sales ahora.

Doy un paso más, pero me pego a la pared cuando veo que un punzón sale, quedando a centímetros de mi nariz, vajo lentamente, mirando el suelo, para ver unos pequeños orificios en las baldosas de color blanco, en cambio, las negras estaban completas. Paso el pequeño túnel llegando hasta una habitación con tan solo un piano, con tan solo tres teclas negras. Solo tres muertes más.

Veo un soporte para antorcha algo torcido tiro de él, y este me muestra otro túnel, oigo a las ratas chillar, mezclado con el jadeo del malnacido. Llego a la puerta de una habitación, cuento hasta tres antes de entrar y...

Ronan

Y... Otto se tira encima de Asher golpeándolo sin control, bajamos las armas, cuando vemos que se trata de él.

— Maldito mal nacido.

— Nosotros sigamos.

Le digo a Callum, él asiente antes de hablar.

— No lo mates

Hecho a correr, cuando veo un pasadizo, llevamos mucho tiempo entre pasadizos, vemos dos esta vez y decidimos separarnos, cuando oigo pasos, Callum lo tenía o eso creía hasta que vi, que pasaba por el final del pasadizo en el que yo estaba, cuando llegué a él, ya estaba en una especie de elevador, y mazmorra, sonríe, cuando este se baja.

—Mierda. Ve por allí y ten cuidado.

Asher

A juzgar por la manera en la que me golpeaba, ya sabe quién había tenido a su hermana durante todos estos años, pero me dejé golpear, él estaba tan concentrado en su tarea que no escuchó como un fuerte estruendo, se acercaba, hundí mis dedos en sus clavículas girándolo quedando sobre él.

— Eres un hijo de puta.

— Mira tú, tenemos algo en común

Suelto antes de ponerme en pie, e intentar avanzar, pero una patada en la pantorrilla hizo que me cayera, era todo un caos, Él quería golpearme, hasta matarme, yo quería detener al hombre que estaba a punto de escapar, mientras otros dos hombres se gritaban encerrados en peligrosas habitaciones y todo había pasado en cuestión de segundos, le proporciono un codazo y salgo corriendo como una gacela, oigo un gran flujo de agua cosa que no me da buena espina pero aun así, sigo corriendo, llego hasta el final, y cuando veo que está a punto de subir a otro de esos elevadores, disparo al mecanismo, y a su pierna útil, corro para cogerlo de la solapa escupiendo mi propia sangre.

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora