EXTRA I

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Pedaleo sobre mi bicicleta, respirando toda la paz que buscaba hace un año, poco a poco voy llegando a casa, por lo cual freno, viendo el paisaje verde con la enorme casa, tomo las bolsas de fruta y flores que compre en el mercadillo. Este lugar era, todo lo que quería realmente. Y eso solo hacía que estuviese contenta. Radiante.

Abro la puerta de casa, para mirar hacia todas partes. ¿Y Bewoolf?. Me relajo cuando viene aullando, voy hasta la cocina dejando las cosas sobre la gran encimera.

— ¿No comiste lo suficiente?

Pregunto, sacando la botella de ron más fuerte que tengo, cojo tres vasos y los dejo al lado de la botella, habló el congelador para sacar algunos cubitos de hielo y algunas cosas más... cosas como dos pistolas. Me giro automáticamente. Para encontrar a dos hombres, para ver a lo que había dejado en el pasado por mi bien. 

No sé cómo debía sentirme, de nuevo los estaba apuntando... y se veían igual que cuando los deje.

— Pensé que vendríais antes.

Supe que algo pasaba en cuanto Bewoolf bino a saludarme con aullidos. Y además conocía mi casa, y sabía que no solía tener un olor ligeramente masculino. Bajé las armas frías, volviendo hacia la botella, coloqué un poco del líquido en cada vasito. Empujándolos. Tome el mío del tirón, me lo bebí y los mire.

— ¿Cómo supisteis que seguía viva?

— No has cambiado nada.

Murmuro Ronan asombrado. Me mordí el labio, porque sentí que me picaba la nariz y que pronto me pondría a llorar.

— Vosotros tampoco habéis cambiado...

— Creemos que un año es suficiente para pensar ahora los que necesitan pensar somos nosotros.

Les señalé el taburete, Callum no confiaba en mí, y no me extrañaba.

— ¿Qué queréis saber?

— ¿Lo... fingiste todo?

Pregunto Ronan con algo de temor a la respuesta, pero negué.

— No, lo dije esa vez, mis sentimientos hacia vosotras fueron sinceros... fueron lo más puro y frágil que pude otorgar de mi ser a alguien. Nunca tuve pensado enamorarme de vosotros. Llegué a Lacronette sin saber que estarías allí, no pensé utilizaros. 

— Lo hiciste

— ¡Y vosotros también!... Yo... yo para vosotros era el medicamento que te tomas para estar feliz al recordar lo miserable que puede a llegar a ser tu vida.

— No...

— ¡Sí!

No, definitivamente un año no era suficiente. Aún sigo pensando que hubiera pasado si me hubiera detenido, me hubiera mantenido a su lado. Pero cuando me vestí de su exnovia. Lo entendí. Fue una hostia que no me dejo levantarme en ese momento, y aún no puedo. Sigo tirada en un suelo retórico.

— Solo soy un calmante, a la chica que realmente quieres...

— ¡Dejar decir a quien quiero, la chica que quiero eres tú! ¿Sabes lo que es pasar un año pensando en que está haciendo la otra persona a la que amas, pensar que está rehaciendo su vida sin ti?... ¿Soñar todas las noches con un cadáver y desear que realmente sea una jugarreta? ¿Aferrarte a la esperanza de que la persona que amas está viva solo por un lunar que yace detrás de su oreja?

Acuna mi rostro con tan solo una mano, secando una lágrima con su otro pulgar.

— Lo siento.

Fue lo único que fui capaz de decir. El rubio se apartó pellizcándose las orejas tratando de relajarse, mientras el pelinegro me miraba. 

— Queremos volver a empezar, los dos, contigo. Pedimos que nos des la oportunidad de estar contigo...

— ¿Qué os puedo ofrecer yo?, ¡estoy rota, estropeada, soy una puta tormenta que acaba con todo aquel que se le cruza!, n-no puedo daros amor.

— Deja que te ayudemos

— Acaba con nosotros... permite que la tormenta nos destruya, merecerá la pena si eres tú.

Estaban cerca, el tacto áspero de Callum ese día era suave y dulce como la miel. El susurro de Ronan en mi oído, sin embargo, no fue lujurioso, no tuvo ese tono pícaro que conocía. Solo había desespero, por una respuesta mía... Y la tenía, la tenía desde el día que me fui, la tenía todas las noches antes de irme a dormir.

— Una pareja de tres... Suena... suena bien; muy bien

Dije con más lágrimas cayendo, y una sonrisa que hacía que me dolieran las mejillas. Los dos sacaron aire con alivio, incluso noté sus labios ensanchados sobre mí.

— Aceptó

— Acepte.

— Es raro que Evette diga palabras como, tía, Riley. Y amapolas.

— Cuando viene le gusta jugar entre las flores

Cogí aire, cuando sentí que me elevaban.

— Realmente no me importa que haga Evette cuando viene aquí; sino lo que aremos nosotros. Es un nuevo comienzo... sin mentiras que duelan y secretos que maten

— Dos amores y un veneno.

Dije yo. Eso éramos, dos amores y un veneno. Nos contrarrestaríamos. Y viviremos de la forma más alocada, porque lo normal es un puto espejismo que ya va siendo hora de romper.

— Los amo. Y siento todo.

— Con que no vuelvas a hacerte la muerta será suficiente.

— ¿Qué nos has ocultado Riley?

Pregunto Callum

— Mi tío, dirigía mi entrenamiento, cada día entrenaba antes de venir aquí. Me sometía a situaciones dolorosas de las cuales debía salir, para que cuando llegara a Lacronette no acabaran conmigo tan rápido. Solo dormía tres horas.

— Pruébalo

Dijo Callum con algo de curiosidad, es entonces que doy una vuelta enredando la mano de Ronan dándole la vuelta para quedar frente a Callum, en ese entonces acariciar sus labios con los míos.

— ¿Puedo?

— ¿A qué has estado esperando?

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¿Que os ha parecido este encuentro?, a mí sinceramente me ha gustado, han hablado de lo que tenían que hablar, se han dado la oportunidad que se perecía esta relación. Y bueno... tenía pensado hacerla un poco más +18, pero era un encuentro emotivo, (para mí), por lo cual no le he visto que lo necesitara. 

Posiblemente, Lacronette no tenga una continuación, pero no os olvidéis de que en mi cuenta hay otras historias, por lo cual os invito a que las leáis y las disfrutéis.

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora