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Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras". 

—William Shakespeare 

|Matthews|


Bostezo aún con sueño, cerrando con fuerza los ojos para que no entre ni una pizca de luz solar, una manita me coge del moflete tal y como lo haría una abuela con su nieto. Abro los ojos lentamente para adaptarme a la luz, en eso le sonrío al bebe de pelo rojo. Llevo mi mano a su frente para comprobar que no tiene fiebre. Puesto que la noche anterior, no dejo de llorar a causa de la fiebre, tuve que colarme en la enfermería para buscar algo que darle, también en la cocina, para buscar leche.

— ¿Qué hace una niña tan bonita como tú sola en este lugar?, y lo más importante, ¿qué haré contigo?

Pregunto tomándola en brazos, ella capaz de comprender sonríe, cojo mi teléfono, para encontrarme unas cuantas llamadas perdidas, las dejo en segundo plano cuando tocan la puerta, miro al bebe, llevando mi dedo índice a la boca

Parezco ridícula, ni que me fuera entender

Le pongo el chupete en la boca y suelto un "ya voy". Cubro al bebe con la manta, y abro la puerta...

— Hol...

Harper pasa de largo metiéndose en el interior

— Riley, ¿dónde estabas?

— He estado aquí y son las...

Miro el reloj, dándome cuenta de que ya me he saltado la primera segunda hora de escuela

— Se me ha pasado un poco la hora...

— Se han llevado a Ronan, a la comisaria y no como invitado lo tendrán allí durante mucho.

— ¿Y dónde está esa comisaría?, debo hablar con él

— No fiera, creéme él se las apañará, la que no lo hará eres tú.

— ¿Por qué no lo haría?

— ¿No te suena la frase de; cuando el gato no está los ratones se divierten?

— Y yo soy el juguete, como no

— De todo Lacronette

— Mum, gracias por el aviso

— Me parece que no te estás tomando esto muy seriamente.

— Oye, ¿podrías quedarte aquí?, cuida la habitación, debo ir a ver como se encuentra en comisaria

— ¡Más de cien personas quiere, lastimarte, ¿acaso no oíste?!

— Si lo he hecho y estoy muerta de miedo por dentro, pero no voy a dejar que esto afecte cosas importantes.

— ¿Qué cosas?

Pregunta con curiosidad la chica con coleta alta. No hace falta que responda cuando se escucha un llanto.

— ¿Qué hay allí?

— Una muñeca, ya te puedes ir, prometo que no me moveré de aquí

— Bien.

Su dedo deja de señalar la cama, lo que me relaja unos instantes, se da la vuelta y cuando creo que va a irse corre hacia la cama destapando la manta, claramente trato de impedirlo, pero me esquiva sin esfuerzo.

— No se lo dig...

— ¡Qué mona, por favor!

— Apareció ayer en la puerta de mi habitación, con una fiebre de la hostia.

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora