Nada es suficiente para quien, lo suficiente es poco
— Epicuro
|El piano|
Despierto en medio de dos anatomías masculinas, mi habitación estaba hecha un desastre recordándome todo lo que hice ayer, es algo inevitable que me ponga a llorar, intento no jadear, o moverme mucho cuando abandono el calor producido por los dos chicos. Cojo mi toalla y salgo a las duchas, hoy es domingo, y por lo que sé, no hubo fiesta alguna, así que las chicas se levantarían más tarde.
No tardé mucho tiempo, por miedo a que sucediera nuevamente lo de Gerda, aun así, al salir me encuentre a una pareja de chicas.
— Hola
Pase de largo, ya que dudaba que responderán, pero lo hicieron. Cosa que me pareció sospechosa.
— Hola
— Oye es...
— Riley
Me doy la vuelta y me acercó a una Harper con cara de enfado.
— ¿Has visto a Otto?
— Desde ayer no lo veo.
— ¿Y a Romy?
— Tampoco, no la he visto desde el comedor...
Sale corriendo dejándome con dudas. Sigo mi camino hacia mi habitación, en donde seguían durmiendo los dos chicos.
Abro una de las puertas del armario, embobándome pensando en que debería ponerme, paso bastante tiempo de pie, el suficiente como para que mis manos se debiliten.
Me sobresalto unos instantes cuando un par de manos rodean mi cintura llegando hasta mis senos, y un beso sobre mi hombro, siguiendo un camino anta llegar a mi lóbulo, me doy la vuelta, quedando a centímetros del rostro.
— Me has asustado
Besa mis labios con lentitud para luego llevar una de sus manos a la toalla que suelta. Esta cae sin esfuerzo alguno.
— Ssh, no querrás que se despierte.
Retrocedo, y cuando me quiero dar cuenta ya estoy sobre la cama, el tipo deja picos sobre mi torso hasta llegar a mi barbilla la cual muerde, jadeo y él sonríe. Mis dedos pasan por las hebras de su cabello, llega a mis labios de una vez y los prueba por un segundo, antes de volver a ellos con afán. La cama se mueve, y no por culpa de nosotros dos, es allí cuando mi cerebro comienza a tener remordimientos, por lo que estoy haciendo.
¿Es correcto hacer esto con otra persona en la cama?
Detengo el beso, tratando de recuperar el aliento antes de hablar.
— ¿Y si se despierta?
— Por eso no debes hacer ruido, ojitos.
Magrea uno de mis senos callándome, pues su boca está sobre el otro pecho, succionando, mis ojos se ponen en blanco, de inmediato mientras me retuerzo de placer, muerdo mis labios, para ahogar cualquier sonido, quiera admitirlo me excita saber que Callum pueda despertarse en cualquier momento.
Noto una acaricia y seguido de eso otro beso, abro los ojos sabiendo que es Callum, aun con los ojos cerrados, pero me suelta volviendo a dormirse. Gimo cuando, sin previo aviso, muerde mi pezón. Mientras mi intimidad palpita dolorosamente.
Llevo mi mano a la bragueta del pantalón con tal de apartar la prenda, pero Ronan me detiene.
— ¿Hoy si me dejaras jugar?

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Lacronette
Fiksi RemajaVerdades que duelen, secretos que matan. Una familia inusual, una institución convencional, dos muertos, más secretos, mentiras y escándalos. Bienvenidos a Lacronette.