Y yo debía decir las tonterías que hacía por amor. Creyendo que no pasaría nada.— Dubito che sia opera del destino, è di più; Giurerei che è stata la tua piccola ossessione per me che ti ha portato qui, sai.
— Il frutto proibito è il più dolce.
Miro sobre mi hombro viéndolos a los dos hermanos, Raziel, el divertido y sarcástico. Y Amnas, el que en un momento de mi maldita existencia me hizo flotar entre nubes rosas y mariposas. Este último ni me mira lo que me entristece; pues significa que aún no tengo su perdón.
— ¿Qué hacéis aquí?...
Callo cuando Amnas pasa delante de mí casi tirando la copa que tenía, y sin hacerme caso murmurando algo que obviamente todos han oído.
—Dai nemici mi guardo io, dagli amici mi guardi Iddio.
—Por lo que veo las presentaciones sobran
— No te desanimes, sigue siendo el mismo engreído de siempre.
— A demás no cree en dios.
— En ti tampoco.
Dice viéndome, miro a su hermano, antes de resoplar
— ¿Y de qué os conocéis?
Pregunta el jeque.
—Un año antes de que Callum y Ronan entraran en el campamento, este bellezon ya iba todos los veranos.
Me toma del mentón como si fuera a darme un pico.
— Jabato.
— Oye acércate a él
— Este jabato sigue guardando una plaza en su dormitorio. Solo para ti.
Bebo el resto del contenido de la copa, empujándola contra su pectoral para alejarlo, y que la agarre.
— Descuida; la próxima vez que visite tu dormitorio no será para utilizar la cama.
Paso por su lado cogiendo otra copa, para llegar a un hombre de traje negro, cuando llego, lo hago con una sonrisa coqueta.
— ¿Desea algo?
— No sé, eso debería preguntárselo yo a usted. No me ha quitado ojo en todo lo que lleva de noche.
— Nadie lo ha hecho
Con su vaso me señala nuestro alrededor y tiene razón.
—Lo suyo ha sido más... potente
— ¿Intenta coquetear con alguien que le dobla la edad?
Extiendo mi falsa sonrisa mirando hacia la dirección en la que se encuentra la niña, trago y extiendo mi mano haciendo contacto visual.
— Riley, ¿Me concedería esta pieza?
Toma mi mano con cuidado besando el torso. Cuando su vista se vuelve a encontrar con la mía, me entra un escalofrío. Pero sigo caminando hacia el centro donde se encuentran las parejas bailando.
— Parece buscar algo de mí.
— No seas tan hostil conmigo, ¿acaso tienes algo que sea mío, o reclame?
— Que podría tener de alguien como tú.
Su gélida mano recorre mi cara hasta llegar a mi mentón obligándome a mirarlo.
— ¿Riley?
— Podrías creer que lo tienes todo; cuando no tienes nada
Esta vez soy yo quien toma sus fuertes menos para que vea a la niña. Todo ocurre tan rápido que apenas nos da tiempo a esquivar al camarero que corre con las bandejas, nos chocamos con otro señor el cual hace que otro se caiga. Provocando un grito.
ESTÁS LEYENDO
Lacronette
Teen FictionVerdades que duelen, secretos que matan. Una familia inusual, una institución convencional, dos muertos, más secretos, mentiras y escándalos. Bienvenidos a Lacronette.