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Toda noche por larga y sombría que parezca, tiene su amanecer

-William Shakespeare

|Una familia normal|

-Somos normales, soy normal.

Miro mi reflejo en el espejo, el cual me permite ver las baldosas que mama odia, esas de colores tierra junto a una tina color blanco y el lavamanos cuadrado, justo donde tenía mis manos, repitiéndome cuán normales somos.

Apago el flujo de agua y abro la puerta del baño, abandonando su calor, que se mezcla con el frío del largo pero estrecho pasillo. Ando por él, sin miedo a chocarme por la oscuridad. En lo que mis ojos se acostumbran a la oscuridad veo dos siluetas que hacen que me detenga, palpo el aire varias veces hasta encontrar la pared y así apoyarme. Doy un largo pestañeo, antes de encontrar el valor de abrir los ojos y aumentar la velocidad para llegar a mi habitación.

Allí me seco y aplico la crema por toda mi anatomía. Me visto de manera sencilla, pero caliente. Últimamente, el clima, ha sido frío y húmedo, aunque no sé qué me sorprende si estamos a comienzos de septiembre en Kanata Ottawa.

Aplasto un cereal sobre la encimera, oyéndolo crujir, mientras el reloj resuena con el eco de la espaciosa y blanca cocina. El hambre desaparece, y las ganas de hacer algo también.

- Una familia normal.

Murmuro de nuevo, mamá, a estas horas estaría preparando un desayuno pidiéndome que la ayude porque, "estoy en edad", mientras que mi hermana pequeña corretearía por la casa con papa detrás, haciéndola reír por culpa de las cosquillas. En fin, una familia normal, cariño, risas, y reclamos. Ahora solo hay un denso silencio a mi alrededor.

-¿Riley?, ¿qué haces aquí?, llegas tarde

Tuerzo la cara, ensanchando mis labios, suspiro y miro a papa, tiene tantas bolsas como yo, se le nota el cansancio, y en sus ojos no hay ni una chispa de luz al verme

¿Lo estaré mirando como él a mí?.

- Es cierto, ¿Podrías llevarme?

- Riley...

Lo miro con un ápice de súplica

- No pasa nada papa... yo... yo puedo.

Me acercó a por mi mochila y la alzo, en el fondo deseaba que me diera una gran sonrisa y me dijera que saldríamos adelante, que me llevaría a la escuela como cuando era pequeña, pero solamente miraba mis movimientos.

- Riley

-¿Sí?

Se acerca dándome un gran abrazo, aspira tan fuerte mi aroma que puedo escucharlo, por primera vez en meses, papa me abraza, y por primera vez en meses reacciono. Sus labios rozan mi pómulo antes de que una corriente da aire caliente me erice la piel.

-Saldremos adelante, serás feliz; se acabó el ser más mayor de lo que eres... Te lo prometo.

Me separo de él tosiendo incómoda, ya que no sé cómo reaccionar a las muestras de afecto que pido.

- Bueno, lo mejor será que me vaya.

Asiento con convicción, y salgo aturdida, aunque algo aliviada.

¿Esta muestra de afecto es el significado de un nuevo comienzo?.

Salgo de casa soltando aire por la boca para verlo como si fuera humo de cigarrillo, espero en la parada del bus viendo cómo los coches pasan de un lado a otro, como los padres dan pasos largos por estar llegando tarde a la escuela.

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora