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— Riley

Miro hacia donde se encuentra la niña.

— El primer objeto qué se subastara es un jarrón de la tercera dinastía china. Comenzamos desde los veinte millones.

A ver qué loco pagaría tanto por polvo de dinosaurio.

— Veinticinco millones

— ¿Alguien da más, que veinticinco millones?

— Treinta

— ¿Alguien da más que treinta millones...

El valor de la pieza llego a los doscientos millones, y se lo llevo el primer hombre, la subasta siguió con un anillo que perteneció a los reyes católicos, un huevo de oro con incrustaciones, cuadros qué por lo que yo sabía, habían dejado de existir.

— Y por último...

Pestañeo cuando me parecen ver máscaras de lobos, cuando abro los ojos los camareros no portan nada lo que hace que sude

— Una cena en el Restaurant Le Meurice Alain Ducasse, París, Francia, con una servidora. Comenzamos desde los mil euros

— Dos mil

Otto, exclama apenas cuando acabo de hablar

— Dos mil quinientos

Exclama él hermanos de Romy, al fondo.

— ¿Dos mil quinientos alguien da más?

— cinco mil

Mi sonrisa se borra cuando Raziel se mete.

—Siete

Dice su hermano. Miro a Otto, ya que ellos solo estropearan las cosas.

— Siete mil quinientos.

Brama Harper, allí es cuando las cosas se descontrolan, pues Romy se le suma comenzando a decir número al azar con la intención de que Harper se detenga.

— Siete millones.

Me atraganto, ante la imposición de la heterocromática. Parece que Harper no da más.

— Siete millones a las una, siete millones a las dos...

— Ocho millones.

Callum, habla por primera vez. Otto vuelve, y se le suman los hermanos. Llega un momento en el que suben la cantidad, con aburrimiento, como si su dinero fuera ilimitado. Pero nuevamente se le suma Harper. Y por consiguiente Romy.

— Veinticinco...

— Cuarenta millones

Se oyen murmullos, mientras que las exnovias se matan entre sí. Harper se rinde definitivamente.

— ¿Por qué no puedes dejarme en paz?

— No he hecho más que ofrecer una cantidad, tú también puedes.

La desafía

— Cuarenta y cinco

Brama, en la cara de Romy, ¿quanto dinero estarían dispuestos a perder por esto?.

— se nos ha ido un poco de la mano

—Un poco se queda corto

Murmuro.

— Sesenta millones.

Tal vez no lo pensé tan bien.

— ¡Ciento cincuenta millones!

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora