29

1.1K 68 1
                                    


Vale más actuar exponiéndose, que arrepentirse de no haber hecho nada." 

— Giovanni Boccaccio.

|Chinatown|

Me doy la vuelta sobre la cómoda cama cuando el llanto del bebe vuelve a sonar, con una de las tantas almohadas que hay en la cama me tapo los oídos bufando, y bostezando a la vez. Al ver que no se calla me pongo en pie para cogerla de la cuna y mecerla, pero sigue llorando... ¿De quién es este bebe?

— Ya... ya está, ¿quieres...?

Bufo cuando se hace más fuerte el lloriqueo

— ¿Que tienes ahora?

— Dámela.

Lubóng la coge con cuidado, con cara de molestia, y para mi sorpresa no la tira por la terraza, sino que la mece

— Dame su biberón

Voy hacia la pequeña cocina sacando un biberón el cual caliento un poco antes de dárselo, este lo introduce en la boca de la niña dándoselo poco a poco.

— Descansa, ya la duermo yo.

Vuelvo hacia la cama dejándome caer cierro los ojos unos segundos hasta que oigo a la niña hacer ruidosos, de felicidad, miro la situación. Un pelinegro atractivo,  sin camiseta con el pelo despeinado, dándole el biberón a una niña de meses, mientras yo estoy en camisón intentando pegar ojo... Es muy emotiva, pero poco duradero... como todo lo bueno.

[...]

— Te prometo que te contaré todo, solamente déjame unas horas

— No voy a aguantar más a esta niña si no me das un buen motivo para hacerlo...

— Y te la daré, te lo juro...

— Tengo trabajo Riley, no puedo estar en medio de una reunión con un bebe, que no deja de llorar y vomitar.

— Pero te quiere mucho y se portará bien contigo ¿a que sí?

Digo lo último para la pequeña que jugaba con una cinta de viento. Le doy un pico al pelinegro a la hora de dársela

— Solo ponle el chupete, y siéntala sobre ti, cada tres horas le das un biberón adiós a los ¡dos!

Me despido saliendo por patas

[...]

Pico barias veces la puerta de Otto, pero este no habré, cuando intento abrir la puerta esta cede, y cuando entro al interior, veo botellas de agua tiradas por todas partes ropa, platos, y a él tumbado en la cama.

— ¿Que es todo esto?... ¿Has comido? Otto

— Debemos sacarla de allí

— Dame un momento

Corro al baño y enciendo una luz y el grifo, cuando vuelvo separo la ropa del resto de cosas lo cojo con cuidado, y lo desvisto. Parecía muerto y no me era de extrañar él estuvo casi toda su vida con esto para dejar de consumirlo, si no fuera por la medicación que le receto el doctor para este proceso... estoy segura de que se pegaría un tiro.

— Vamos a ducharte...

— Que haya dejado las drogas no significa que mis neuronas se hayan evaporizado Riley

Suspiro, tal vez lo estaba tratando como a un niño pequeño.

— Lo siento, ve a ducharte, mientras yo recojo esto.

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora