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|Mana el cor|

ANÓNIMO

Bajo, por las escaleras de caracol, con la niña en brazos, cuando abro la puerta, me detengo puesto que no encuentro a ninguna de las dos mujeres, una de ellas me da igual, pero por la otra... daría mi vida. Es por eso por lo que subo con tanta rapidez hacia una de las pocas personas que sabía sobre ellas.

— ¿Dónde está? 

—Cuál de las dos

Pregunta con la mirada puesta en un libro, fingiendo leer, de un grito, llamo a la sirvienta, para que se lleve a Evette, para después coger a la castaña del pelo empujándola.

— ¡Las dos, inútil!

— La saqué de la casa, y a ella, se la confié a Seth.

Sin importarme nada la abofeteo.

— ¡¿Con qué derecho, estúpida?!

Seth no era buena persona, en realidad ninguno de los que había en esa casa lo era, pero a él no le importaría matarla solo para cobrarse una venganza. Y para colmo ni siquiera estaba, sabiendo que la persona que amaba era el talón de Aquiles de su enemiga, ¿por qué lo era?, que sé yo. Y poco me importaba, sabía que algo pasaba, porque la había escondido en otro lugar, pero esto ya era para insertarla como a una brocheta.

— ¡¿Estás demente o qué?!

— ¡Si algo le pasa juro que prensaré tu cabeza imbécil!

Bramo, estoy tan cabreado que ella sabe que lo mejor que puede hacer es salir con cuidado y echarse a correr. Mis gritos atraen a todos, incluso a los dos hombres que han removido cielo, tierra y mar, para encontrar a Riley, realmente, no creí que fuera de verdad. Pero de nuevo me la sudaba bien gorda. 

— ¿Que está pasando aquí?

Pregunto mi madre, interponiéndose entre mí ella.

— ¡La irresponsable de tu hija, eso pasa!

— No le grites a tu madre.

Rodeo a mi progenitora, tomando del pelo a Romy 

— ¡La quiero aquí, mueve el puto culo y devuélvemela!

— No sé dónde está

— ¿Se puede saber qué diablos pasa?

Me voy contra Jenkins haciéndole una pregunta crucial a la cual responde de inmediato

— Se fue con Bloom. 

— Cuando vuelva, cualquier rastro tuyo que quede aquí, lo quemaré, largo.

Le grito a Romy.

— ¡No tienes derecho, ha desterrarme de la familia!

— Dile a tu querido padre que has hecho, a ver si te salva el culo esta vez.

Bajo las escaleras con el miedo en todo mi cuerpo, Bloom y Seth no eran una buena combinación, nunca lo fueron. Y ahora con Alice en sus manos, y Riley como enemiga... Podía pasar de todo.

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