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Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones

—Séneca

|¿La familia, tenía razón?|

Lo que veían mis ojos era algo... terrorífico. Una mujer de melena rubia maquillada con colores tan vivos, labios carnosos, juro por todo lo que más quiero que no sabrías que es un hombre si no fuera porque en medio de ese polvo blanco el cual llenaba la bañera del mismo color sobresalía un miembro masculino. Pero lo peor era que si te detenías a ver la espalda ancha y la nariz recta no dirías que es el detective. 

El asesino había matado a Ryder. No quedaba nada de ese hombre, solo las ruinas de lo que fue en medio de droga.

Lo que me llevaba al siguiente punto. Si el asesino estaba aquí, y había tanta droga. Sustancia que por más que me disgustase representaba a Otto. ¿Él no sería el siguiente?

Palpo el aire buscando una mano, y al encontrarla corro subiendo las escaleras ahora lagrimando en completo silencio. A él no le podían hacer esto. Cuando llegamos Me percato de que es Raziel a quien he arrastrado conmigo. Y al ver que Otto está en el suelo junto a un pequeño charco de sangre, corre hacia él. Levanta su cabeza golpeándolo y por milésima vez en esta navidad juro que nunca había visto a Raziel tan preocupado.

— ¿Que ha pasado?

— Él... él se iba a tirar y yo... lo he matado... he matado a alguien

Vuelvo a repetir con los ojos tan grandes y acuosos que ni siquiera puedo ver, pero gran parte es por mi pensamiento, había matado a Otto, yo soy peligrosa.

Me tiembla el cuerpo entero, oigo Raziel decir algo, muchas cosas en realidad, pero no soy capaz de escucharle solo al latido de mi corazón, ese que hace que el cuerpo entero me retumbe y que siento que saldrá por mi boca en cualquier momento. 

— ¡Riley, céntrate, no lo has matado solo esta inconsciente! 

— Pero l-la sangre

— Llama a Amnas y no vuelvas hasta cálmate

— Ot...

—¡Muévete!

Pega tal grito que no pienso, solo actúo acatando su orden. Amnas sube corriendo dejando al detective en manos de Lubóng y Asher...

Pasan horas y no me dejan, entran en la habitación en la que tienen a Otto. En cambio, no se interponen cuando entro a la otra habitación en la que esta Ryder, Kosem, Morgan, Callum, el señor Brown y su hijo. El primer nombrado se mira en el espejo con dolor, pues pretende quitarse la peluca que al parecer está enganchada con un pegamento fuerte.

— Dinos, te gusta tu nuevo estilo.

Ryder mata a Kosem con la mirada mientras esta se jacta.

— Cierto se me estaba olvidando que también te provocó parálisis en las cuerdas bocales. Te dejo temporalmente mudo.

— Kosem no quieras ir de graciosa, tú también estas en la lista del asesino, de otra forma no le hubiera puesto lentillas de color verde esmeralda. Aunque no es solo por eso. Las escenas anteriores digamos que eran únicamente  estéticas, en cambio, esta vez no. Para empezar, el asesino ha matado a Ryder, dejando a una especie de...

— Marimacho mudo o muda.

Este intenta levantarse, pero el jeque se lo impide. Debía ser tan vergonzoso y doloroso.

— Morgan, deja algo para el resto, ¿no?

— Si no vas a tomarte esto con la seriedad que se necesita, vete a otro lugar.

LacronetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora