Cap 4:

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(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

Tal y como lo esperaba ese día, Rashta vino a visitarme, no tenía ganas de verla, pero para seguir la secuencia de hechos, era necesario.

-Este es nuestro segundo encuentro, su majestad. Soy Rashta- me saludó con una brillante sonrisa.

-A diferencia de antes, estoy segura de que eres su concubina. Felicidades- "felicité" ocultando mi disgusto de verla y a la vez mi alegría, con ella aquí podría separarme pronto de Sovieshu.

-Gracias- sonrió brillantemente.

-¿Qué te trae por aquí?- Pregunté, aunque sabía la respuesta.

-¿Qué me trae por aquí?- La miré con una cara confundida, había olvidado como hablaba en tercera y primera persona de forma combinada -usted y yo somos como hermanas ahora, su majestad. Familia- sentí ganas de vomitar al escuchar de su boca esas palabras de nuevo. Escuché a la condesa Eliza ahogarse con su café y toser.

-¿Familia?-.

-Porque tenemos el mismo esposo- mis entrañas se retorcieron -¿puedo llamarla hermana?-.

-No- una fría y firme negativa salió de mis labios. De nuevo su expresión de victimización apareció.

-¿Es por qué no te agrada Rashta?-.

-Que comes que adivinas- sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, no estaba segura de si eran lágrimas falsas -no es cuestión de odiarte- respondí honestamente, en su momento la odie, pero ese sentimiento desapareció al ella morir, aún si la tenía frente a mí, no la odiaba ahora, aunque no me agradaba, ni me agradaría esta mujer -puede que te hayas convertido en la concubina del Emperador, pero no eres mi hermana- le sonreí falsamente, ella lloró aún más, aguanté un suspiro y borré mi sonrisa -márchate-.

Mis damas empezaron a discutir sobre la actitud de Rashta, mientras yo bebía mi café para matar las ansias e intentar frenar mi frustración, quería irme pronto, pero Heinley aún no aparecía.

♡♕♡♕♡♕♡

Iba caminando por el jardín, haciendo el mismo recorrido que aquel día, esperaba encontrar a Reina.

Tal y como recordaba, vi a mi futuro esposo y su emplumado trasero posado en una enorme flor.

-Que pájaro tan extraño- dije aún si sabía que ninguna de mis damas me escuchaba, aunque era probable que Heinley me haya escuchado, me acerqué a él controlando mi acelerado corazón, tenía ganas de abrazarlo y besarle su cabeza como antaño, pero solo aproximé con cuidado mi mano, él saltó rápidamente, sacudió sus grandes alas y acarició su pico con el dorso de mi mano, vi la nota atada a su pata. La solté, me preguntaba si diría lo mismo que esa vez.

*-Soy un invitado extranjero que llegara el día de Año Nuevo. Escribo esto después de beber-* la pequeña letra escrita a mano era innegablemente de Heinley. Al recordar las notas que vendrían después de esta solté una carcajada. Mis damas de compañía se acercaron.

-Oh, es nuevo-.

-Bonito-.

-¿Qué pájaro tan apuesto como se llama?-.

-Sé que es un pájaro difícil de domesticar... ¿No se usa para cazar?-.

Les mostré la pequeña carta, ellas sonrieron y me "animaron" a contestar. Sonreí ampliamente, Heinley seguía con sus planes intactos, si lograba conseguir su amor, detendría una guerra y ambos tendríamos un feliz matrimonio por amor.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora