Cap 9:

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(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

Al volver del paseo, empecé a cambiarme con ayuda de la condesa Eliza, sentía un pudor casi nulo, sabía que Reina estaba en la ventana, pero en mi opinión ya había perdido bastante la vergüenza, después de todo había tenido hijos con Heinley y los niños no caían del cielo.

La condesa Eliza exclamó sorprendida -oh-.

-¿Qué pasa?- La condesa Eliza estaba sonriendo mientras miraba la ventana, seguí su mirada y me encontré con Reina sentado en el alféizar, dándonos la espalda -que lindo y adorable se ve- la condesa se rio entre dientes.

-Voló hasta aquí, pero cuando te vio cambiándote, se asustó y se dio vuelta-.

-¿Reina?-.

-Ese pájaro es tan listo. Su majestad. Como un caballero-,

Terminé de vestirme y silenciosamente me acerqué a Reina, que seguía dándome la espalda, inclinó la cabeza cuando me sintió cerca.

-Estoy vestida ahora- susurré y toqué sus plumas traseras, se dio la vuelta y frotó su frente contra la mía -¿no miraste porque estabas avergonzado?- Él asintió, recordé lo avergonzado que estaba en la noche de bodas -¿viniste aquí a toda prisa hoy? ¿Por qué estás cansado?- Se removió un poco y extendió la pata con la nota atada.

*-¿Me buscaste?-* Reina inclinó su cabeza, me miró fijamente y luego fue a beber agua sin quitarme la mirada de encima.

*-Busqué arduamente ¿y tú?-* Reina sacudió el agua de su pico y voló hacia mí, leyó la nota y me golpeó el brazo ligeramente con su ala, reprendiéndome por mi obvia mentira. Me hubiera molestado, pero era tan adorable que solo pude darle una palmadita en el pico.

♡♕♡♕♡♕♡

Me preparé con el vestido blanco que me regaló mi madre, me dirigí al palacio del este, era importante mi asistencia y la de Sovieshu al primer gran banquete, quien me estaba esperando afuera, me sonrió gentilmente por primera vez desde que llegó Rashta, me ofreció su brazo y lo tomé, me sentía incómoda, pero pude ocultarlo bien. Entramos al salón de baile.

Como lo recordaba, Rashta estaba entre los nobles. Todo sucedió igual, apenas bajamos las escaleras, él salió casi corriendo hacia Rashta, empecé a hablar con las demás nobles, pero como siempre, terminé escuchándolas hablar de otros temas, el tema principal, pasó de ser Rashta y la celebración de Año Nuevo, a Heinley, su apariencia y reputación. Tomé la copa de champaña que ofrecía un sirviente, tomé un sorbo, a través de la copa, vi como Heinley no me quitaba la mirada de encima, nos miramos fijamente a los ojos un par de segundos, él levantó su copa, brindando por mí y tomó un trago. Escuché a alguien burlarse, había mantenido mucho tiempo mi mirada en Heinley, seguidamente el tema de mi supuesto regalo a Rashta salió a colación.

-¿Un regalo?- La dama se disculpó -no entiendo lo que quieres decir, pero no estoy enfadada. Dime, ¿qué quieres decir con regalo?-.

-Los invitados extranjeros no conocen los rumores de "esa mujer". Lo que dicen es que es la primera concubina que el emperador ha aceptado, y que usted le ha dado todo tipo de regalos- hizo una pequeña pausa -entonces un extranjero le preguntó...-.

-Está bien. Dime-.

-Un extranjero le preguntó a "esa mujer" si estaba bien con estar en un triángulo amoroso con su majestad y ella dijo que sí. Dijo que tanto el emperador como la emperatriz la amaban mucho- ¿yo amar a Rashta? El mayor sentimiento bueno que le puedo ofrecer es gratitud, de no ser por ella, no me hubiera divorciado y vuelto a casar -"esa mujer" dijo que inmediatamente después de convertirse en concubina, la emperatriz incluso le envió todo tipo de regalos preciosos para darle la bienvenida...-.

Mis piernas se debilitaron al escuchar esas palabras de nuevo, me habían humillado de nuevo, mi orgullo estaba herido y por supuesto estaba furiosa. Me recuperé en un segundo.

-No- dije con firmeza y tranquilidad -la señorita Rashta debe haber entendido algo mal- las damas rieron.

-¿Es así?-.

La duquesa Tuania, cambio de tema, vi como Sovieshu iba a bailar con Rashta, de nuevo dejándome de lado, esperaba que Heinley me sacara a bailar, me pegué a una pared. Empecé a escuchar los cuchicheos sobre a quién elegiría Heinley como pareja de baile.

-Oh, ¿estabas aquí?- La multitud empezó a cuchichear más, saqué mi abanico, sentía calor, aún seguía enfadada por lo que escuché -recorrí media habitación para encontrarte- sonreí internamente. Él sacó una rosa que tenía en el pecho, con la rosa en su palma, cayó sobre su rodilla y me miró.

-¡Creo que va a pedirle a la emperatriz que baile!- Abrí mis labios fingiendo sorpresa.

-¿Es usted buena en el baile, su majestad?- Preguntó con voz juguetona.

-Muy bien, ¿podrás seguirme?- Acepté la rosa que me ofrecía, él se enderezó y me sonrió.

-¡Qué confianza! Si me pisa el pie unas cuantas veces, lo ignoraré-.

-No sucederá-.

-No te preocupes. Me quedaré callado- se rio con malicia y extendió su brazo, puse mi mano sobre él y caminamos juntos al centro de la pista de baile. Rashta y Sovieshu estaban ahí, el emperador levantó la ceja ante la presencia de Heinley -bien-.

-... ¿Qué quieres decir?-.

-La forma en que me miras. Ayer no me prestaste mucha atención. Hoy me vestí mejor- oh, él en verdad no se daba cuenta de cuantas veces me fijé en él ayer -bueno, parece que no lo crees- no pude responder nada, la música empezó a sonar, y de forma natural, contrario a mis recuerdos de este baile, empezamos a bailar, suspiré, no quería separarme de Heinley, pero tampoco ver a Sovieshu y su concubina -sé mejor que nadie que los rumores innecesarios se propagan fácilmente- lo miré "sorprendida" y él me dio una bonita sonrisa arrogante.

-¿Te refieres a la historia de que le envié regalos a la señorita Rashta?- Él asintió y se acercó de nuevo, consolándome. Terminó la música, aunque no lo quisiera, lo miré fijamente, antes de separarme de él -... Gracias- lo miré unos segundos -yo tampoco lo creo-.

-¿Qué?-.

-El rumor de que eres mujeriego- como esperaba él estalló en risas, me ruboricé al pensar que todos podían vernos.

Antes de ir al costado de la habitación, Sovieshu me habló -emperatriz, esta vez conmigo-.

Vi a Rashta pedirle bailar a Heinley y la rabia me recorrió, respiré profundo, esperando la negativa de Heinley y el característico lloriqueo de ella.

Editado: 30/12/2022.

Atte: Sana~i.


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