Cap 44:

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(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

Un pequeño mareo me recorrió de repente -¿su majestad? No se ve bien- no contesté, unas ligeras náuseas aparecieron -¿está usted bien?- Respiré hondo y al cabo de unos segundos los malestares se fueron, continué con la conversación tal cual la recordaba.

Después de ello, fui algo despacio a mi escritorio tomé algo de papel para escribir y sumergí mi pluma en el tintero. No sabía que responder, miré hacia atrás y el marqués Farang levantó sus manos con una sonrisa.

-No se preocupe no voy a mirar- sentí la vergüenza recorrerme, volví a mirar el papel.

*-Todo va según lo planeado, el Sumo Sacerdote ya debe de haber recibido la solicitud de divorcio.
Espero tu llegada.
No te pongas nervioso, si eres sincero él lo sabrá. Yo también te extraño mucho.
No quiero preocuparte, pero no me he sentido muy bien últimamente, creo que el estrés de la situación pudo llegar afectarme.
Respecto a mi habitación... No creo que la use mucho en las noches, pero me alivia no tener problemas con usarla esta vez.
Ya quiero verte... También te amo Heinley
-*.

Me avergoncé un poco al repasar la carta, pero sabía que la respuesta le agradaría a esa águila pervertida. La doblé y se la di al marqués Farang, quien dejó de lado la taza de café y se levantó para recibirla.

-Escuché que Koshar podría quedarse en el Reino Occidental durante un tiempo-.

-Ya veo-.

-Al rey Heinley le gusta vivir libremente, sin pedir disculpas, por lo que Koshar puede llevarse bien con él, más que con el emperador Sovieshu-.

-No sabe cuánta razón tiene, mi hermano y Heinley tenían una buena relación antes de que yo retrocediera en el tiempo- pensé -eso espero-.

-No te preocupes demasiado- dejó a un lado la taza ahora vacía -debo irme ahora-.

-¿Ya?-.

-Si quieres una respuesta temprana- él sonrió, agitó la carta en su mano mientras se iba, una vez salió, caminé algo desorientada y me senté junto a la ventana abierta, el aire fresco me hizo sentir mejor. ¿Qué me estaba pasando? No sabía si era mi reacción al volver a estar en esta estresante situación o algo más.

No podía llamar al médico real, si resultaba ser algo como un embarazo, tendría problemas, Sovieshu sabría que no es suyo puesto que me he negado a estar con él, pero podría fingir y decir que es suyo, impidiendo el divorcio. Aunque adoraba a mis hijos, rogaba que solo fuera cansancio y estrés.

Suspiré nerviosa ¿en qué momento me volví tan imprudente? Un pequeño error podría atarme a seguir casada con Sovieshu, pero aun así no me arrepentía, amaba a Heinley y caer en la tentación era fácil si se trataba de él.

♡♕♡♕♡♕♡

Suspiré cansada, me senté de nuevo junto a la ventana, ya habían pasado días, hice lo que recordaba, enfrentar a Sovieshu y los nobles que él consiguió para que fingieran ser los padres de Rashta, había mandado una nota con Sir. Artina, solo había escrito una pequeña frase pidiendo que viniera, después de todo falta muy poco para el divorcio. Tal como recordaba el marqués Farang había decidido visitar a Koshar, le ordené a Sir. Artina alcanzar al marqués para que entregara la nota.

Para estos momentos Sovieshu debería estar reunido con el Sumo Sacerdote, mientras terminaban su conversación y él venía a hablar conmigo, intenté relajarme y calmar el mareo que se había vuelto rutina, no era la primera vez que me sucedía, durante mi tiempo como esposa de Sovieshu, tuve episodios similares, todos fueron confundidos con embarazos y todos al final habían resultado ser secuelas de mi excesivo trabajo.

-¿Por qué te visita el Sumo Sacerdote?- Preguntó la condesa Eliza. Hace un par de minutos el Sumo Sacerdote pidió verme.

-No lo sé... Tendré que verlo primero- al verlo sonreí fingiendo incomodidad, esta acción ocultaba lo aliviada que estaba de verlo.

-Lo sabes- murmuró y la tensión en su cuerpo se fue.

-Por favor, venga aquí- me levanté dirigiéndome a mi escritorio, saqué una silla para él. El Sumo Sacerdote avanzó con pasos pesados decidiendo lo que diría.

-Entonces se llegó a esto-.

-Si- respondí.

-Emperatriz Navier. Ustedes dos estaban muy unidos-.

-El tiempo no se detiene- suspiré -la culpa es de ambos, pero es tarde para arreglarlo-.

-Su Majestad- la condesa Eliza trajo té y galletas, dejé el café en caso de que mis sospechas sean ciertas.

-No es demasiado dulce- dije al ver que él no tocó las galletas, él negó con la cabeza, se agarró el pecho mirando fijamente las galletas -¿Sovieshu le habló del incidente?-

-El emperador Sovieshu ha declarado que las razones del divorcio obedecen al hermano de la emperatriz, lord Koshar, empujó a la concubina embarazada del emperador, secuestró y dañó al vizconde Rotteschu para averiguar las debilidades de la concubina, además de sobornar a los padres falsos para estafarla-.

-Eso no tiene sentido-.

-.... Y debido a que la emperatriz es estéril, el emperador Sovieshu debe proteger al bebé de la concubina-.

Suspiré -le habló de aquel incidente ¿verdad?- El Sumo Sacerdote abrió los ojos sorprendido -lo descubrí hace un par de meses, no puedo aceptar la culpa por completo de ello y tampoco puedo aceptar esas excusas tan absurdas para pedir el divorcio-.

-¿Por qué se han distanciado tanto?-.

-Hay varias razones-.

-¿Varias?-.

-No hubo una buena comunicación entre nosotros... Esa es la razón principal-.

-Su majestad aún está a tiempo-.

-Lastimosamente es tarde-.

El Sumo Sacerdote exhaló y luego me miró con ojos graves -continuaré con el proceso de divorcio, pero esto no será fácil para ti. ¿Lo entiendes?-.

El Sumo Sacerdote se fue. Observé las galletas, estaban intactas, me acerqué y empecé a comerlas -tengo ganas de comer panes rellenos como los que Heinley hacía para mí-.

Más tarde llegó la visita de Sir. Artina, había entregado la carta. Sentía que mi corazón estallaría de felicidad.

-¡Por fin, por fin, esto acabará pronto!-.

Esa noche dormí tranquila, pronto vería a Heinley y sería su esposa.

Lamento si el cap esta vez está algo flojo, realmente ando ahogada con tantas cosas por hacer :c ¡nos leemos la próxima semana!

Editado: 4/02/2023.

Atte: Sana~i.

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