Cap 58:

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Uno de dos hshshshs

(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV OMNISCIENTE:

La noche había llegado y, de nuevo, el emperador Sovieshu dobló y desdobló el periódico leyendo varias veces el contenido de aquel artículo.

-Esto solo lo confirma, de no haber escuchado eso, ella no se habría casado con ese mujeriego- pensó arrugando un poco el periódico.

Con cada lectura de ese escrito más se enojaba consigo mismo. Se arrepentía con creces "si tan solo ella me hubiera dado un hijo..." era lo que más se repetía con el fin de apartar un poco su arrepentimiento y culpa, y a su vez, tratando de justificar sus acciones. Poco después tomó un papel en blanco de su escritorio y una pluma, escribió una carta, la selló y entregó al marqués Karl, dando la orden de mandársela secretamente a Navier

Rashta no sabía que había sucedido la noche anterior, pero presentía que algo tenía que ver con la antigua emperatriz, después de todo, nada alejaba al emperador de ella y su hijo, excepto por esa mujer, y convenientemente esa noche el emperador no apareció para cantarle a su vientre.

La oscura noche transcurrió de forma dolorosa para unos y placentera para otros.

En el occidente, la joven reina de ojos esmeralda despertaba atrapada en los brazos de su esposo que parecía no querer separarse de ella y tenía su mirada fija en su rostro.

-Hermosa- susurró el hombre, a sus ojos la reina era el ser humano más precioso del mundo, se sentía irremediablemente hipnotizado por su mirada.

A lo largo de su vida había escuchado múltiples historias de hombres y mujeres que decían que una vez casados el amor se marchitaba, claro esto solo aplicaba para los matrimonios por amor, pero, para él eran mentiras, cada día que pasaba a su lado, que la veía abrir su ojos en las mañanas, se sentía más y más perdido en ella, sus ganas de protegerla de cualquier ser que pudiera dañarla aumentaban y con ello su crueldad, le arrancaría la cabeza a quien se atreviera a incluso pensar en hacerle algo a su amada.

El hombre no resistió el impulso y atacó fervientemente los labios de su esposa que algo desorientada por su reciente despertar le correspondía.

Pasaron gran parte de la mañana enredados en las sábanas de aquella cama que con cada encuentro pasional de la pareja, curaba la infertilidad de Navier y la convertía en una de las pocas magas de hielo que existían.

Aún no había señales de embarazo desalentando y aliviando de cierta forma a la mujer, una relación donde solo estuvieran ellos dos no era mala, le gustaba poder sentir la total atención de Heinley en ella, claro él nunca la descuido cuando tuvieron a sus pequeños, pero sus momentos a solas se volvieron casi nulos al estar ocupados tanto gobernando como criando al par de torbellinos que tenían por hijos.

Una vez se bañaron juntos, como se había vuelto costumbre, desayunaron y se prepararon para un día lleno de ocupaciones.

-Mi informante dijo que Sovieshu mandó secretamente una carta para ti- la mujer se encogió de hombros restándole importancia.

-¿Rashta ya encontró el dinero para las fundaciones?-.

-No, al parecer acostumbra a ir al palacio de la emperatriz y entrar a tu antigua habitación- el hombre se rio.

-¿Qué es lo gracioso?-.

-Esa mujer parece muy emocionada con vivir allí, ¿qué crees que haría con la cama?- Su esposa lo miró extrañada, él se acercó, besó delicadamente su mejilla y bajó a su cuello repitiendo el proceso -creo que la quemaría si supiera lo mucho que hicimos allí- susurró aspirando el dulce aroma a frutillas que emanaba su cabello.

La mujer comprendió a que ese refería, soltó una carcajada y alejó a su esposo, si no lo detenía en ese momento, no saldría de esa habitación por otro largo tiempo. Mientras la hermosa pareja se separaba para iniciar su día, Rashta abrazaba los pagaré de Navier con un gran enfado, de nuevo, cayó en un grave error, patrocinaría a las fundaciones de forma abierta.

POV NAVIER:

Habían pasado un par de días desde la partida de mi hermano con los caballeros.

-Sir Koshar no es gemelo de la reina, ¿verdad?-.

-No somos gemelos- respondí con una sonrisa.

-Oh...- Ella continuó limpiando su lanza, Rose le dio un pequeño codazo en las costillas.

-¿Te interesa?- Mastas asintió, definitivamente no me molestaría tener a Mastas de cuñada.

-Si- Rose la miró sorprendida -mi hermano me dijo que era muy fuerte. Me gustaría probarlo-.

-Te refieres a una pelea, ¿verdad?-.

-Si- respondió Mastas mirando a Rose como una pervertida -¡mi reina! ¿No crees que la mente de Rose está muy sucia?- Sin poder evitarlo me reí.

-Bueno Lady Mastas, siendo sincera no me molestaría tenerte de cuñada, pero la decisión es de mi hermano y tuya- sonreí, los ojos de Rose y Mastas se abrieron como platos -cambiando un poco de tema. Señorita Rose-.

-Si, su alteza-.

-¿Quién es la persona más popular en la alta sociedad del Reino Occidental?-.

-El duque Liberty y la señorita Mullaney-.

La conversación continuó como recordaba, a excepción de que esta vez no busqué a McKenna, sino que directamente mandé a llamar al periodista, quería volver a ver a Nian, había pasado mucho tiempo desde la última vez que la vi y no sabía dónde encontrarla exactamente.

Al parecer Heinley por lo ocupado que estaba olvido este pequeño suceso causando de nuevo una escena extraña frente a mis damas de compañía, una vez se fueron y lo acorrale en la puerta como lo hice aquella vez.

-Sabes que no me siento sola, entonces porque...- Fui interrumpida por sus labios, en menos de un segundo quien estaba contra la puerta era yo.

-Reina sabe lo mucho que me emociona este tipo de situaciones...-.

-Heinley...- Él me interrumpió, me guio a la mesa con la cena servida, lo veía tenso mientras comíamos, al igual que evitaba mirarme -¿qué sucede?-.

-Me pongo tan ansioso contigo cerca, pero si continuamos, la llegada de nuestros hijos se adelantará y admito ser egoísta-.

-¿Eh?-.

-Es muy pronto como para compartirte con Kai y Lari-.

Me reí -por cierto, el salón-.

-¿Si?-.

-Está quedando hermoso, pero ¿no crees que sea muy glamuroso? Le agregaste más cosas-.

-Sé que no te gustan las cosas demasiado glamurosas, pero planeo declarar al Occidente como imperio y a ti como mi primera emperatriz y única esposa, también celebramos secretamente nuestro reencuentro, pero si lo deseas puedo hacerlo más simple-.

-No. Está bien así- sonreí -Heinley-.

-Si-.

-Aunque en el pasado dije que no importaba...- Me miró expectante -si llegas a conseguir una amante así sea por negocios y no la veas, te daré muchos almohadazos -él tembló.

-Reina no debe preocuparse, incluso si es por beneficio, no conseguiré una amante- acaricié su cabello y seguí comiendo. 

Editado: 6/03/2023.

Atte: Sana~i.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora