Una vez más

Cap 21:

Apartir de este momento solo voy a subir un cap diario hasta que entre a la uni, después de eso solo habrán actualizaciones semanales, aunque espero entiendan si en algunos momentos no puedo hacer la actualización.

(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

Cuando se enfrió el furor de la celebración de Año Nuevo, recibí la esperada solicitud del duque Elgy para venir al palacio.

-Oh, ya veo. ¿Así que tú también lo sabes? ¿Con quién estuvo el señor Elgy todo el día?-.

-Con Rashta- pensé mientras cortaba mi ensalada con el cuchillo -¿príncipe Heinley?-.

-No- resopló Laura -estaba con la esclava, Rashta-.

-Eso es sorprendente-.

-No sólo se encontraron, estuvieron juntos todo el día y escuché que estaban muy cerca el uno del otro-.

-No sólo eso. Estaban tan cerca que causaron muchos problemas- la miré inquisitivamente, ella sacudió la cabeza y chasqueó la lengua -El duque Elgy y Rashta estaban caminando juntos cuando se encontraron con un noble. Dijo que sabía que Rashta era una esclava fugitiva y la insultó por estar con el duque. Tan pronto como el noble terminó de hablar, el duque Elgy lo golpeó-.

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Hoy era la reunión con el duque Kaufman, el día estaba nublado. Cuando corrí las cortinas y abrí las ventanas vi debajo de una piedra la nota de Heinley.

*-Confía en mí-*.

-Confío en ti más de lo que a veces confío en mí misma- suspiré, al poco rato de lavarme la cara llegó la condesa Eliza, me ayudó a vestirme con un vestido negro y arregló mi cabello -si Reina viene y no estoy, por favor dale un poco de agua-.

-Por supuesto, su majestad-.

-Y déjalo entrar si llueve. A veces queda atrapado bajo la lluvia fuera de la ventana- después de decir mis peticiones, respiré hondo y salí de la habitación.

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La reunión transcurrió tal cual la recordaba -gran duque Kaufman- lo llamé cuando salimos al pasillo -¿tiene un momento? Quiero preguntarle algo-.

-Si, adelante, pregunte-.

-¿Por qué recomendó que me hiciera cargo?- Él levantó las cejas, no podía negarlo, el duque era guapo y amable, detestaba la idea de lastimarlo, pero amaba a Heinley.

-¿No le gusta?-.

-Solo tengo curiosidad. Hace unos días...- Dejé de hablar -me criticó por cómo no lidié con Rashta- él sonrió, agh, esta situación me molestaba.

-Por qué es la verdad- no contesté -no hay nadie más que pueda estar a cargo además de la emperatriz-.

-¿Qué quiere decir?-.

-Cuando hablé de Imona e Imot, fue la única que entendió lo que eso significaba-.

-Como dije antes, solamente sé algunas palabras. No estaba siendo humilde, era verdad-.

-Si, pero muchas personas ni siquiera saben esas palabras- asentí ante sus palabras, me aseguré de que cada pensamiento fuera el mismo -por favor, si me disculpa-.

Me fui en dirección opuesta a la del duque, Sovieshu estaba sombríamente apoyado sobre una mesa.

-¿Su majestad?- Me acerqué a él "preocupada" -te ves sombrío. ¿Estás bien?-.

-Emperatriz... ¿Tiene usted preferencia por los extranjeros?-.

-Si se trata de Heinley, podría decirse que si- lo miré con reproche.

-No impediré que la emperatriz preste atención a otros hombres, pero esperaba que no fuera extranjeros-.

-No es algo de lo que deba preocuparse-.

-¿Cómo no preocuparme? ¿No eres mi esposa?-.

-Solo de papel y nombre, tal vez-.

-¿Te gusta el señor Kaufman? ¿Hasta el punto de hacerte suspirar?-.

-No lo malinterprete. Sólo hablamos de esto-.

-Sí, bueno, me alegra escuchar eso... Pero me gustaría que fueras más consciente-.

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Sentía mi estómago removerse del hambre que sentía, había estado tan ocupada que no comí nada desde el desayuno, como esperé me encontré a la vizcondesa Verdi y luego a Rashta quien me preguntó por la duquesa Tuania, cuando volví a mi habitación y le pregunté a la condesa Eliza sobre posibles rumores, solo salió a la luz el rumor conocido de que el vizconde Langdel se había enamorado de ella.

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Me olvidé por completo de que mi cumpleaños se acercaba, también me importaba poco, después de todo era un día que sería desastroso.

-Lleva varias horas ir a la villa en carruaje, por lo que deberíamos terminar nuestro trabajo y salir el día anterior-.

-Ah... Cumpleaños...-.

-Oh, Dios- se rio entre dientes Sovieshu -a la emperatriz realmente no le importa nada cuando se mete en su trabajo- se burló. Claro que si me importaban cosas, como por ejemplo, el estado de Lari y Kai -¿puedes adivinar de qué cumpleaños estaba hablando?-.

-Ahora recuerdo-.

-Deberías recordar tu propio cumpleaños- no dije nada -¿te importa si nos vamos un día antes?-.

-Lo programaré- revisé mi agenda.

-¿Recuerdas el árbol plantado en la villa?- Asentí, él se estiró -fue cuando aún eras princesa heredera y muy pequeña. Eras linda en ese entonces- sonreí ante el recuerdo, después de todo no podría quejarme de ello -pero ese árbol funcionó, ¿no? Ahora eres muy alta- sonreí de nuevo, pero esta vez era falsa, la amargura me recorrió.

Recé para tener una buena relación con él toda la vida, es una suerte y una lástima que no se haya concedido. Sovieshu fue mi primer amor, el amor que deseé, sin darme cuenta, fuera eterno.

Pero gracias a nuestra separación pude conocer a un hombre que si bien no es perfecto, me ama, si es que lo hacía en estos momentos, por quien soy, él no deseaba que cambiara y para ser sincera tampoco espero ningún cambio de él, incluso si sé que puede ser desalmado también conozco su lado más dulce. Me aceptó y consoló cuando lo necesité, aunque siempre desconfié de mi fertilidad y de si era buena para darle un heredero, siguió a mi lado, dándome los hijos que no sabía que deseaba...

Siempre estaría agradecida con Heinley por su amor, su apoyo incondicional, por la estabilidad emocional que necesitaba y sobre todo... Por darme más de lo que creía merecer.

Heinley podría ser los dos lados de la moneda, pero aun si sabía esto... Lo amaba.

Editado: 31/12/2022.

Atte: Sana~i