Cap 48:

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(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

Una vez acabo todo me fui con mis padres y Heinley a la mansión Trovi, mis padres estaban aun algo incómodos con la situación, así que nos dieron cuartos alejados al suyo, para evitar cruzarse mucho con Heinley.

La noche había llegado, pero Heinley no venía a mi habitación ¿debería buscarlo? Era nuestra primera noche como pareja casada, pero después de venir se había concentrado en mis padres.

Me levanté de la cama, solo vistiendo una bata, abrí la puerta silenciosamente y me escabullí a la habitación de mi adorable águila, toque la puerta.

-¿Quién es?- Su voz frívola me hizo estremecer.

-Soy yo- abrió con rapidez la puerta al escucharme.

-Reina- su voz había cambiado por completo -¿qué haces aquí tan tarde?- Su cabello estaba goteando y vestía una bata mal puesta, tenía tantas ganas de marcar ese cuello.

-No viniste a dormir conmigo- evité mirarlo, estaba avergonzada por mis pensamientos.

-Pensé que como es la casa de tus padres... Bueno, supongo que entiendes a que me refiero- asentí.

-La habitación de mis padres está al otro lado de la mansión, no sabrán si dormí o no contigo- entré y me senté en la cama, respiré hondo tragándome mi vergüenza -¿no vienes?-.

♡♕♡♕♡♕♡

Tal como recordaba el bullicio de la gente no se hizo esperar, al igual que las diferentes opiniones de los ciudadanos.

.¿Esta hecho?- Miré al administrador que miraba fijamente la larga lista de cosas que me llevaría.

-Esta hecho, pero, mi señora, la silla...-.

-Está en el jardín del palacio de la emperatriz, no es difícil de encontrar- dije, después de todo si Rashta la había encontrado tan fácilmente no dudaba que ellos hicieran lo mismo.

Entiendo, entonces no se preocupe, cada una de sus cosas será sacada del palacio- sonrió satisfecho.

Miré el arco de la puerta, Heinley estaba de pie con mis padres, trataba de ganárselos -es tan adorable- sonreí, al sentir mi mirada Heinley se volteó, sus ojos brillaban con alegría, parecía un cachorrito que movía su cola emocionado.

Él y mis padres se acercaron, el administrador se fue al piso de arriba alegando estar incómodo.

-Navier. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí?-.

-No mucho, no es bueno que Heinley esté fuera del Reino Occidental demasiado tiempo-.

-No te preocupes reina, podemos quedarnos el tiempo que desees, además así tendré más tiempo de ganar puntos con los padres de reina-.

El marqués Farang que veía todo divertido interrumpió -oh, acabo de recordar algo- corrió a la puerta principal, al abrirla quedó congelado, como temía, Sovieshu no perdió tiempo y envió a sus guardias a rodear la mansión.

-Este imbécil...- Murmuró enojado Heinley, aunque solo yo pude escucharlo.

-Que no te oigan o podrían haber problemas- susurré.

-No pude evitarlo, me enoja que esté detrás de ti, siendo que fue él quien pidió el divorcio-.

Acaricié su mejilla -no me importa lo que haga, lo hecho esta hecho, estamos casados y él no puede hacer nada al respecto-.

Vimos cómo se repetía la escena, el marqués Farang vino con la noticia de que no solo la puerta estaba rodeada sino toda la mansión, Heinley y yo salimos, estaba enojada, quería ahorrarme el tener que ir debajo del asiento en el carruaje, pero ahora por culpa de Sovieshu tendría que aguantar las burlas del duque Elgy.

-Manteniendo al rey y a la reina del Reino Occidental bajo custodia. ¿No sabes que esto podría convertirse en un incidente internacional?-.

-¿A quién le importa los incidentes internacionales cuando alguien toma a la esposa de otra persona?-.

-Nunca he tomado a "la esposa de otra persona"-.

-Dios mío, rey Heinley. No debiste haber causado tal alboroto ayer si iba a mentir de esta manera-.

-En el momento en que te divorciaste dejaste de tener algo que ver con Navier. Y ella no es solo "la esposa de otra persona"-.

-Rey Heinley, el rey playboy. Sedujiste a la inocente Navier ¿no es así?- El sonido de Heinley tratando de no reírse resonó.

-Yo le pedí matrimonio- dije seria, Heinley seguía aguantando las ganas de reír.

-¿Tanto deseas ponerte de su lado?-.

-Si-.

-¿Estás haciendo esto para vengarte de mii?-.

-¿Vengarme?-.

-¿Lo elegiste para hacerme enojar?-.

-No-.

-¿No sabes que es un mujeriego inmaduro? No tienes que arruinar tu vida para vengarte-.

-No la estoy arruinando-.

-Navier. Él solo te está usando-.

-Nos usamos el uno al otro- Heinley me miró atónito, vi su mano temblar, al igual que sus labios -después de todo ambos deseamos el amor que nos profesamos- Heinley tomó mi mano enseguida -con el camino que estabas tomando, y con quien lo estabas recorriendo, no deberías sorprenderte, su majestad-.

-¡Quiero estar contigo, Navier!-.

-Sin embargo, ayer anulaste nuestra relación en la corte de divorcio, aunque me ahorraste el pedírtelo-.

-No quise enviarte a los brazos de este principiante que no sabe nada de ti-.

-Pero ahora tengo mucho tiempo para aprender sobre la "inocente" Navier, su majestad. Aunque parece que usted tampoco la conoce bien- Dijo Heinley con una sonrisa burlona, quería golpear y besar esa boca, se estaba burlando de mi -reina, ¿no crees que hace calor?- Que no haga lo que creo que hará, Heinley acomodó el cuello de su camisa dejando ver por unos instantes la gran marca que había dejado en su cuello anoche, aún seguía cuestionándome que me había pasado.

-¡Rey Heinley!- Sovieshu se lanzó hacía adelante y tomó los barrotes de la puerta, su mirada se alternaba entre el cuello ahora bien cubierto de Heinley y yo, que intentaba mantener la compostura.

-Su majestad. Hay demasiados ojos por aquí- Sovieshu parpadeó y miro a su alrededor al oír las palabras del marqués Karl.

Sovieshu apretó los dientes, nos fulminó con la mirada y se fue. Volvimos a la casa caminando juntos -lo siento- se disculpó Heinley -no debí haber respondido ante sus provocaciones, no debí haber mostrado las marcas que me haces eso es un tema privado entre nosotros y yo... No fui menos imbécil que él-.

-Llegaste a tu límite Heinley, y no te culpo por ello, después de todo yo también llegué a mi límite con él-.

-Pero no hiciste algo tan inmaduro como yo, tu almohadazo lo merecía, pero yo...-.

-No hables más de ello-.

-Aprenderé a aguantar más sus idioteces-.

-Eso espero, porque me enojaré mucho si haces eso de nuevo- me quedé en silencio -tu cuello... ¿Está bien?- Escuché a Heinley reírse.

-Mi cuello esta mejor que nunca, después de todo...- Se acercó a mi oído -recibió buenas atenciones de reina- sentí como mordía el lóbulo de mi oreja.

-No hagas eso-.

-¿Hacer qué?- Sonrió inocente con una mano en el picaporte de la puerta -reina estás muy roja, deberías despejarte un poco, no queremos que mamá y papá te vean así ¿verdad?-.

Editado: 4/02/2023.

Atte: Sana~i.


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