Cap 38:

2.3K 180 23
                                    

Aquí voy a hacer un par de saltos de tiempo, uwu.

(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

-Hemos estado casados por mucho tiempo- Lo miré fingiendo cautela -todavía no tenemos un bebé-.

-Gracias a esas galletas-.

-Por supuesto que los dos somos jóvenes, por lo que podríamos tener uno algún día. Pero.... Puede que no suceda- su rostro estaba oscuro.

-Nunca sucederá-.

-No sucedió cuando eres más joven y saludable que ahora--

-¿Ahora es mi culpa?- Mantuve la calma -lo que quieres decir es que si no tenemos un bebé, ¿deseas que el bebé de Rashta sea reconocido como parte de la familia imperial?-.

-Estoy hablando del peor de los casos. Y si es así, no odies a un bebé que aún no ha nacido-.

-Cuanto más lo dices más me desagrada-.

-Podría ser un buen niño-.

-¿Y de quién lo heredaría?-.

-... ¿Estás insinuando que Rashta o yo tenemos malas personalidades?-.

-Sin importar como sea después, al bebé no le agradaré. Y él no me agradará- me alejé.

-Navier- esta vez en contra de lo que recuerdo haber hecho mi cuerpo se giró y regresó junto a Sovieshu.

-Si no he tenido un bebé es culpa de tu imprudencia-.

-¿A qué te refieres?-.

-¿Pensaste que el asunto de esas galletas sería completamente enterrado para siempre Sovieshu?- Se puso pálido.

-SI fueras racional, sabrías que no es culpa mía-.

-¿No lo es? Pudiste haber sido un buen niño, y no haber tomado cosas, o en ese caso, alimentos que no te pertenecían, que no sabías de su procedencia y mucho menos se las hubieras dado a alguien más- volví a girarme.

-Lo siento-.

-Si me hubieras dicho de esto antes, tal vez, solo tal vez, te habría perdonado, pero lo descubrí por mi cuenta y ya es muy tarde. Tus disculpas ya no son válidas a mi criterio- suspiré -con respecto al bebé de Rashta, haz lo que quieras reconócelo como tuyo si deseas, pero mientras yo sea la emperatriz, no será reconocido como miembro de la familia imperial- me fui de ahí.

♡♕♡♕♡♕♡

Era de noche estaba sentada en la cama leyendo como solía hacer, un picoteo en la ventana me sacó de mi lectura.

-¡Reina!- Exclamé al ver a mi bonita águila entrar completamente agotado.

-Gu...- Señaló la ventana, la cerré junto a la cortina, me giré y vi a Heinley estaba acostado descuidadamente en la cama, me acerqué, acurrucándome junto a él.

-La distancia es larga y los asuntos en occidente deben ser muchos, no...- Me interrumpió.

-Te dije que vendría cada que pudiera, me esforcé en hacer todo el trabajo en poco tiempo, recordar como lo hice antes ayudó mucho-.

-Eso es cierto, ahora me demoro menos trabajando, pero siempre me quedo en la oficina más tiempo-.

-¿Mmm?-.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora