Cap 13:

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(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

-¿Por qué me engañaste? Te lo dije, estaba buscando a alguien importante- la sirvienta ahogó una respuesta -esto es absurdo- exhaló -¿es esto lo que hacen los sirvientes en el Imperio Oriental? ¿Engañar a la realeza? No, independiente de su estatus, esto sigue siendo un engaño, ¿no es así?-.

-Trayendo desgracia al país...- Murmuró uno y la sirvienta al escucharlo se puso más roja que antes.

-¿Qué pasó?- Pregunté a la noble a mi lado.

-No sé exactamente. Estaban teniendo una conversación amistosa, pero creo que el príncipe estaba interrogando a la sirvienta- dijo en voz baja -creo que la sirvienta no sabía los detalles exactos de las cartas- claro que no los sabía, solo Heinley y yo conocíamos el contenido exacto de esas cartas.

-Ya veo. Gracias por decírmelo-.

Rashta, de nuevo, pensaba desamparar a su sirvienta -¿sabes lo que creo? No creo que me hayas mentido por completo ¿verdad?- Agh esto me iba a doler aún más.

-¿Eh...?-.

-Pensé que me habías engañado por completo al principio. Pero no soy tonto. Estoy seguro de que sabes sobre las cartas- hizo una pequeña pausa -¿sabes lo que pienso? Creo que no fuiste tú quien intercambió cartas conmigo, pero sabes quién lo hizo. Tú eres la intermediaria. ¿Cierto?-.

-Yo... Yo...-.

-¿Quién es tu maestro?- Heinley sonrió -¿no es tu maestro al que he estado buscando?- Los ojos de Heinley se ponían cada vez más fríos y vacíos, me estremecí un poco, solo había visto esa mirada cuando le pregunté por su participación en el asunto de la disminución de magos, tenía ganas de correr hacía él, y hacerlo reaccionar, pero mi cuerpo no respondía y tampoco podía hacerlo.

-Pensé que el príncipe Heinley era solo un hombre juguetón cuando intercambiamos cartas. Eres sorprendentemente perspicaz- Heinley y yo sabíamos lo ridículas que eran las palabras de Rashta, independientemente de si él era Reina o no, se sabía que hasta hace poco había aprendido a escribir, su caligrafía no se parecía para nada a la mía, eso incluso lo podía presentir Heinley, pero el hecho de que el contenido de las cartas no se supiera y que tampoco la letra se haya descubierto jugaba a favor de Rashta frente a los demás.

-Señorita Rashta. Suenas como la persona que he estado buscando-.

-Eso es correcto. A la que estabas buscando soy yo- la mirada de Heinley se iluminó falsamente, su mirada hacía ella seguía siendo gélida.

-¿Por qué enviaste a la sirvienta en tu lugar?-.

-Porque Rashta es la mujer del emperador. Por supuesto, usted y yo solo somos amigos, pero Rashta estaba preocupada de que su majestad se ofendiera- Heinley me miró de reojo durante un segundo cuando cruzamos miradas, un brillo juguetón y de ilusión en su mirar se posó en mí, él podía leerme como libro abierto, sabía lo mucho que me enojaba este escándalo -aunque te considero mi amigo, espero que tú tampoco te ofendas- Heinley se inclinó hacía ella, y estalló en risas sinceras, sí que se divertía con esto, quise reírme, pero me contuve.

-¿Él sabe que está mintiendo?- Me susurró Laura al oído.

-Puede ser...- Susurré en respuesta.

-Ya veo. No me ofendí en absoluto. Pero ¿y si tú también eres una farsante?-.

-¿Has terminado de pensar? Puedes preguntar todo lo que quieras. Rashta está segura-.

-No, está bien. No creo que la señorita Rashta mintiera sobre esto-.

-Por supuesto-.

-Esa mujer es una maestra de la mentira- admití en mis pensamientos.

-Espero que sea verdad esta vez, señorita Rashta. Es probable que una segunda mentira me enoje aún más- hizo una media sonrisa, luego miró fríamente a la sirvienta que al instante bajo la cabeza -dado que ella se hizo pasar por usted, señorita Rashta, ¿se encargará del castigo?- Rashta asintió, enderezó la espalda y se fue, miré su vientre, aunque era muy poco notorio, se veía algo abultado.

-Así que llegó embarazada-.

♡♕♡♕♡♕♡

-Dios mío, ¡¿quién iba a pensar que era tan zorra?!- Mis damas explotaron de la ira al volver al palacio del

-Su majestad, ¿dejará que esa humilde cosa siga por ahí así como así?-.

-¡Incluso después de convertirse en la concubina del emperador, ella trató de hacerse amiga del príncipe de otro país mintiendo!-.

-¡Cómo se atreve!-.

-El príncipe sabe que Rashta está mintiendo, así que no estén tan enojadas-.

Ellas me miraron sorprendidas -al principio parecía un poco suspicaz, ¡pero luego lo supo! ¡Era obvio que él sabía que estaba siendo engañado!- Resopló furiosa Laura.

-Tal vez Rashta piensa que puede engañarlo con su cara bonita- dijo otra dama.

-Si él pensara que Rashta era genuina, no habría dudado-.

-¿Entonces el príncipe Heinley se dejó engañar deliberadamente por sus mentiras?-.

-Eso creo. Es extraño que lo engañen dos veces de la misma manera. Pero lo verdaderamente extraño es... ¿Por qué?-.

Extrañaba a muerte a Reina, le pegaría sus buenas nalgadas cuando volviera a visitarme, mi expresión de nuevo estaba sombría ante su ausencia.

-¿Estás pensando en Reina?- No contesté nada, la condesa cambió de tema al sacar un vestido rosa del armario -no irás a un gran banquete esta noche, así que la vestiré más elegantemente, su majestad-.

-Gracias, como siempre-.

-Me siento honrada-.

Después de arreglarme me paralicé. El Duque Kaufman... Sería descubierta por él si no controlaba mejor mis pensamientos.

Recordé desesperadamente lo que había pensado cuando lo conocí, una vez memorizado de nuevo, salí confiada al pequeño banquete de hoy.

Editado: 30/12/2022.

Atte: Sana~i.



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