Cap 51:

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Ya llegué, uwu.

(Notas de autora).

-Diálogos-.

-Pensamientos-.

*-Cartas-*.

POV NAVIER:

Miré fijamente a Christa -su alteza, yo...-.

-¿Si, lady Christa?- Ella sacudió la cabeza y sonrió.

-Me preguntaba si le gustaría que le diera un recorrido por el palacio-.

-No es necesario cuñada- la fuerte voz de Heinley, resonó en mis oídos y segundos después sentí las manos de mi esposo en mi cintura -yo le enseñaré el palacio a reina, puedes estar tranquila-.

-Oh, bien-.

-Tal vez más tarde puedas enseñarme los libros de administración que manejas, lady Christa-.

-¿Eh?- Dijeron Heinley y Christa.

-Reina es mala, prometió pasar tiempo conmigo antes de ver los libros de cuentas-.

-¿Acaso no estoy pasando tiempo contigo?-.

-No es justo- Heinley hizo un puchero.

-Sé un buen chico y no hagas berrinches- besé con suavidad su mejilla olvidando a Christa por un momento.

-Bien- se cruzó de brazos -pero dormirás esta noche conmigo- suspiré y asentí.

-Emm, yo...-.

-Oh, cuñada, olvidé que seguías aquí-.

-¿A qué hora le parece mejor que nos veamos?-.

-Después del almuerzo en el anexo, ¿le parece?- Asentí -me retiro entonces-.

Me quedé a solas con Heinley de nuevo -reina debo ir a una pequeña reunión con mis oficiales y cortesanos, posiblemente no pueda verte un rato ¿estarás bien aquí sola?-.

-Lo estaré, es mi habitación después de todo- sonreí.

POV HEINLEY:

-Admito mi imprudencia al ir al Imperio Oriental solo, pero- me dirigí a mis oficiales y cortesanos -es la mujer que siempre he adorado y admirado. Respeto su extraordinaria capacidad como emperatriz, y la traje hasta aquí con eso en mente, también estoy enamorado de ella, pero tan pronto como llegó... ¿Creían que se trataba de una especie de unicornio?- Los cortesanos que vi a la entrada tosieron y bajaron la mirada.

-La emperatriz del Imperio Oriental apareció repentinamente como la reina, nunca se mencionó nada al respecto. La gente todavía considera a Christa como la reina y, por supuesto, no es fácil tratar ahora a la emperatriz de otro país como la reina- refutó el marqués Ketron, primo de Christa.

-En ese caso me ocuparé de aquellos que no puedan tratarla como la reina, seas tú o cualquier otra persona que piense de la misma manera- apunté a mi corazón. Salí enojado de la reunión, ¿estaría bien cortarle la lengua a ese bastardo?

-Su alteza- escuché la voz de McKenna.

-¿Qué quieres?-.

-El ramo que pidió está listo- me volteé enojado a ver a McKenna, en mi rango visual se posó un hermoso ramo de joyas y flores, sonreí al verlo y mi enojo se fue.

-No me molestes por un tiempo- le quité el ramo.

-Pero su alteza...-.

Me dirigí a mi habitación, entré al cuarto compartido y lo crucé hasta llegar a la puerta del cuarto de reina, pensaba traerla aquí después de darle el ramo.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora