OMG, llevamos 50 caps :o
Tarde pero llegué jsjsjsj(Notas de autora).
-Diálogos-.
-Pensamientos-.
*-Cartas-*.
POV NAVIER:
Aunque fui rápido la gran parte del camino, al final, bajé la velocidad, Heinley había empezado a sentirse mal por ello, cuando la bajé, él aprovechó para poner sus manos en las riendas, se pegó aún más a mí.
-No puedo esperar para llegar a casa, reina- me susurró al oído.
-Águila pervertida- lo escuché reír.
-Tampoco puedo esperar para usar nuestra cama- apreté aún más las riendas, avergonzada -reina, crees que ¿podrías estar embarazada?-.
-Lo he pensado, pero no quiero hacerme esperanzas-.
-Cuando lleguemos a casa, le diré al médico real que te revise- asentí, a lo lejos vi unos guardias junto a McKenna. Bajamos del caballo.
-Su alteza, estoy seguro de que envié dos caballos, ¿por qué vienen montados en uno solo?-.
-Debes haberte equivocado, McKenna-.
-¿Qué? ¿Por qué me equivocaría? Definitivamente envié dos-.
-Solo había uno-.
Todo continuo como recordaba, Heinley y yo subimos al carruaje que se dirigía al palacio, nuestro hogar.
Al llegar y bajar del carruaje, tomé el brazo de Heinley.
-Es un honor ver a su alteza la reina-.
Entramos al palacio, esta vez las miradas ya no me incomodaban, pero esto cambió cuando Sir. Yunim apareció por uno de los pasillos.
Me miró de reojo con una expresión fría -su alteza, ha actuado de forma demasiado imprudente. Arriesgó su vida por una mujer-.
-¡Sir. Yunim!- Exclamó McKenna furioso.
-Vaya, hay un hombre delante de mí que está arriesgando su vida solo por unas palabras-.
El rostro del hermano de Rose se puso rígido -he sido grosero. Soy Yunim, el capitán de la guardia. Mi señor se puso en peligro para traer a lady Navier, así que olvidé cuidar mi tono. Lo siento-.
-Sir. Yunim. Como yo soy tu maestro, Navier también lo es. Sé respetuoso- Heinley le advirtió unas veces más, y continuó para llevarme a mi habitación.
-Le ruego me disculpe. Su majestad. La habitación de la reina no puede ser usada hasta la ceremonia de boda- La mirada de Heinley se oscureció, en su rostro reinaba la frialdad, iba a avanzar contra Sir. Yunim, pero lo detuve agarrando su brazo.
Sonreí -si esas son las reglas aquí, entonces está bien-.
-Lo siento- se disculpó incrédulo.
-Entonces, ¿está lista otra habitación para mí?-.
-Hay una habitación para invitados de honor, puedes quedarte en ella-.
Negué con la cabeza -¿dijiste que no puedo usar la habitación de la reina hasta la ceremonia de boda? Pero ya intercambiamos votos matrimoniales, mi estatus es definitivamente el de la reina. Por esa misma razón no puedo acceder a quedarme en una habitación de huéspedes-.
McKenna iba a intervenir, pero extrañamente Christa llegó antes, al verla la expresión de Sir. Yunim se relajó un poco -soy Christa, la reina de Wharton III, Navier- sonrió -vine a saludar y escuché parte de la conversación. Parece que tienes problemas con tu residencia temporal, así que si no te importa, ¿por qué no te quedas en el anexo de la reina conmigo?-.
-No será posible, ya que Sir. Yunim, cree tener toda la autoridad como para impedir que mi esposa duerma en sus aposentos, entonces, ella usará los míos-.
-Su majestad, eso...- Heinley interrumpió al pelirrojo.
-Reina no tiene problema con ello ¿verdad? Después de todo nuestro matrimonio ya ha sido consumado- los ojos de Sir. Yunim se abrieron de par en par, y Christa bajó la mirada.
-Ya veo... Ya que el matrimonio ha sido consumado, no hay porque impedir que la reina Navier usé los aposentos de la reina- se escuchó la suave voz de Christa.
-Puede no ser verdad- refutó de nuevo Sir. Yunim.
-¿Me permites reina?- Lo miré confundida ¿qué iba a hacer? Él se acercó, soltó la corbata de mi traje para montar, lo dejé seguir, aún estaba confundida, vi sus mejillas ponerse rojas, soltó los primeros botones de la camisa y la abrió un poco, me hizo voltear con suavidad en dirección a Sir. Yunim que se puso pálido.
-Oh, Dios mío- escuché exclamar a Christa que cubrió su boca con la mano.
-Vamos a acomodar tus cosas mi reina- continuamos hasta mi habitación, donde entramos juntos dejando a McKenna afuera.
Me acerqué al tocador a ver que había dejado en ese estado al caballero y a la antigua reina, aunque sospechaba lo que habían visto.
Mis sospechas se confirmaron al ver mi reflejo, mi cuello está repleto de marcas, no sabía en cual de nuestros encuentros las había hecho, pero se veían medianamente recientes.
-Heinley-.
-Perdón mi reina, yo... No pude contenerme...-.
-No hay problema Heinley- me acerqué a él que tenía una expresión apenada, le sonreí y besé con dulzura sus labios, pero debido a él, el beso empezó a tonarse más pasional y a subir de intensidad. Un par de toques en la puerta nos detuvo.
-¿Su majestad?-.
-Si vuelve a interrumpirnos de esta forma, la sacaré del palacio- susurró irritado Heinley.
Abrí la puerta -lady Christa- su mirada estaba fija en mis labios, que de seguro estaban rojos y algo hinchados.
POV OMNISCIENTE:
La antigua reina del Reino Occidental quería romper en llanto, el dulce y adorable hombre que amaba había sido seducido por la gran belleza y sensualidad de la emperatriz del imperio vecino, solo la había visto hace un par de minutos por poco tiempo, pero debido al traje para montar podía notar lo bien formado que era el cuerpo de la actual reina.
Deseó con todas sus fuerzas que la supuesta consumación del matrimonio fuera falsa, pero al ver la gran cantidad de marcas en el cuello de la emperatriz, se resignó y solo pudo desear que la sensual reina no amará al joven rey tanto como ella.
Por ello decidió ir a tocar la puerta de la habitación de la reina, antes de hacerlo, escuchó fuertes respiraciones y un extraño sonido, de solo imaginar que podría estar pasando adentro se puso celosa, por lo que decidió interrumpir lo que fuera que la pareja estuviera haciendo.
Se sintió aliviada, al ver que había podido detener a Heinley y Navier, pero molesta por ver sus rojos e hinchados labios que exponían la grandiosa y pasional relación entre la pareja.
Editado: 4/02/2023.
Atte: Sana~i.
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Una vez más
FanfictionLa emperatriz Navier despierta el día en que el emperador Sovieshu conoce a Rashta. Nuestra bella emperatriz perfecta tiene todos sus recuerdos, quiere regresar con Heinley y tener a sus hijos, ¿logrará divorciarse y casarse con su amado de nuevo? ©...