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Olivia miró hacia el cuerpo y se abrazó a sí misma sintiendo que la recorría un escalofrío.

Se trataba de un hombre en sus treinta que tenía la piel amoratada por la ausencia de circulación. La canaleta marcada en su cuello le confirmaba que lo habían estrangulado, no cualquier persona, Jonathan lo había estrangulado y sin piedad alguna, usando toda su fuerza para mantener al hombre atrapado contra la cuerda mientras el aire abandonaba sus pulmones. La presión había sido tanta que estaba segura le había roto el cuello.

Miró hacia Jonathan, esperando que él pudiera explicarle lo sucedido, pero Jonathan tenía la vista fija en el piso. Que Olivia lo viera matar o viera los resultados de sus homicidios, era algo a lo que nunca se acostumbraría y que no le gustaba, no quería que ella lo viera como un monstruo cruel y sin corazón o que le temiera como algunas veces él se temía a sí mismo.

—¿Quién es?

—Leigh Weston —contestó Adrian ante el silencio de su padre—. Vino hace meses pidiendo trabajo y papá lo recibió en la compañía.

—Lo recuerdo, me hablaste de él —dijo girándose hacia Jonathan—. Dijiste que era un buen hombre y que necesitaba ayuda, prometiste ayudarlo... ¡Di algo, maldita sea!

—No era un buen hombre —contestó finalmente.

Olivia no comprendió, así que Derby continuó.

—Después de que se uniera a la compañía notamos que Matthewson estaba advirtiendo todos nuestros próximos movimientos. Nos sacaba ventaja.

—Empezó a cerrarnos el negocio —agregó Oliver—. Y entonces papá comprendió que Leigh había sido enviado para infiltrarse en el negocio, que era una rata.

Y lo había matado.

Olivia se llevó las manos hacia la cabeza y camino en círculos por el sótano, intentando calmarse antes de estallar en un gran ataque de desesperación e ira. No funcionó. Le latía el corazón tan fuerte que sentía moriría de un infarto.

Conocía todo sobre el asunto con Matthewson, Jonathan le había hablado al respecto y ella había dado sus consejos. Matthewson era la competencia (una de tantas) pero era un verdadero grano en el culo, quería quitarle a Jonathan y Sawyer todo lo que habían construido y durante un tiempo había tenido gran éxito en el proceso (seguramente durante el tiempo en el cual Leigh le daba información sobre los negocios de la empresa).

También sabía que había muchas cosas que Jonathan no le contaba de su trabajo, era un acuerdo que tenían. El no invadía en su vida personal y su agenda semanal y ella no hurgaba en su trabajo o en los medios que implementaba para hacer tanto dinero. De esa forma, a pesar de ser un matrimonio, ambos podían conservar esa intimidad e independencia, tener una vida personal y fuera de todo lo que compartían. Jonathan solo la mantenía fuera de los negocios porque sabía que ella no lo aprobaría y él no quería discutir. Pero nunca le había mentido, simplemente no habían hablado al respecto.

—Iban a destruir la compañía así que lo detuve.

—¿Estrangulándolo? No podías entregarlo a las autoridades o algo.

—¿Cuándo las autoridades han hecho algo bien, Olivia?

—Te aseguro que harán un excelente trabajo colgándote por esto —señaló y el enojo creció en su pecho.

Jonathan alzó la vista hacia ella y recostó su peso en la pared.

—No sucederá.

—¿No? ¿En qué mundo vives? Podrías ir a la cárcel por esto, Jonathan, podrían colgarte si se descubre que tienes un...un jodido cadáver en el sótano.

Vidas cruzadas: El ciclo. #3 COMPLETA. +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora