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17 de noviembre 1890

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17 de noviembre 1890.
Green Bay, Wisconsin.

Gran parte del paisaje en Green Bay estaba cubierto por nieve, una fina capa pues no había caído demasiado hielo en los últimos días. Jonathan bajó del carro que había pagado en la estación de tren y se acomodó el sombrero y la bufanda para protegerse del frío. Traía un abrigo grueso con un interior de lana grueso y caliente y llevaba unos guantes que Olivia le había hecho con cuero en el exterior y lana en el interior.

Olivia no había estado muy contenta con que se marchara solo a hablar con Matthewson y él tampoco se sentía mejor al respecto. Ni siquiera conocía a Matthewson en persona, solo habían tenido una interacción muy limitada por medio de cartas y luego sabotajes que se hacían con terceros para arruinar sus futuros negocios. No conocía al muchacho, no sabía cómo se veía, como hablaba, cómo actuaba...Ni siquiera sabía qué clase de comportamiento sería el más adecuado para intimidarle o al menos convencerle de dejar a Gwendoline fuera del pleito entre ellos.

La enorme casa que poseía en Green Bay hacía alusión al poder capital que tenía, era un hombre exitoso para su temprana edad y no necesariamente por méritos de sus padres, pues Nixon Matthewson había fundado su propia compañía desde los escombros, dejando la industria de su padre en manos de su hermano menor. Era un chico inteligente que había cometido errores de juicio y Jonathan se identificaba con eso último.

El mayordomo le abrió la puerta y tomó sus abrigos para dejarlos en el armario, lo guio hacia un salón y cuando abrió la enorme puerta anunció ante Nixon su llegada. El mayordomo ya conocía de Jonathan y Nixon ya lo esperaba.

Tenía una actitud tranquila cuando interrumpió su juego solitario de ajedrez para lanzar una mirada hacia la puerta y con un gesto despachó a su mayordomo para que los dejara solos. Jonathan se giró al escuchar como la enorme puerta del salón se cerraba y luego regresó la vista al frente, donde Nixon se había puesto de pie.

Era un muchacho joven sin duda alguna, su rostro no tenía una sola arruga, todavía conservaba el cuerpo delgado y esbelto de un hombre joven y adinerado y no parecía haber hecho mucho trabajo físico en su vida, pues sus manos eran delicadas y su cuerpo no tenía más músculos que aquellos que se formaban en un gimnasio. Iba con el traje informal que los hombres acostumbraban a usar en casa o en presencia de amigos; solo la camisa con corbata y chaleco. Tenía ojos celestes casi tan intensos como los grises de Jonathan que parecían competir en la distancia.

—Me preguntaba cuando llegaría a verme, Morgan.

—¿Eso hacía?

Matthewson asintió y señaló la silla libre frente a él, Jonathan la ocupó con cierto recelo.

—No fue difícil asumir que el juez Campbell iría con los chismes cuando rechazó el dinero que le ofrecí —. Reacomodó las fichas de ajedrez para reiniciar la partida y dejó que Jonathan moviera primero—. No todo el mundo puede ser comprado tal parece.

Vidas cruzadas: El ciclo. #3 COMPLETA. +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora