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Geordie acarició la cintura de Eloise y ascendió por su cuello desnudo hasta ahuecar su rostro con una mano y atraerla hacia sus labios

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Geordie acarició la cintura de Eloise y ascendió por su cuello desnudo hasta ahuecar su rostro con una mano y atraerla hacia sus labios. Se besaron con lentitud y tímidamente sus lenguas se encontraron por primera vez. Se apartó, ahogó un jadeó y sonrió. Le producía demasiadas cosas sentirla de esa forma, más aún cuando era capaz de apreciar las porosidades de su lengua contra la suya, como se raspaban suavemente y se mezclaban. Lejos de desagradable, le excitaba.

Volvió a besarla y está vez cuando sus lenguas se encontraron no se apartó. Disfrutó de la tímida caricia, probó jugar con esta, acariciarla con la suya y chuparla antes de que dejara su boca. Eloise sonrió, con sus mejillas sonrojadas y cuando le vio bajar la mirada hacia su vestido, tomó la iniciativa para empezar a desabrocharse los botones.

Geordie la miró en silencio y no se atrevió a tocarla mientras se quitaba el vestido. Podía apreciar todos los detalles de su rostro con las luciérnagas volando sobre ellos que le iluminaban como cientos de luces navideñas. Se inclinó para besarla otra vez hasta que ella se puso de pie para poder quitarse la prenda y quedó ante él, únicamente con su ropa interior.

La admiró desde el suelo, completamente hipnotizado con su belleza. Ella se quitó los broches que sostenían su cabello en un elaborado recogido y sacudió la cabeza para que este cayera suelto y revelara su longitud. Le caía hasta los muslos en una abundante melena castaña con ondas suaves y que tenían un fuerte aroma a agua de rosas. Con las luciérnagas volando alrededor de ella, parecía un ángel descendiendo desde los cielos para salvarlo y Geordie no podía ocultar lo fascinado que estaba.

Sonrió cuando ella volvió a arrodillarse en el suelo a su lado y trazó su labio inferior con un dedo.

—Me pareces demasiado hermosa, Eloise —. Acarició su pechó por sobre la camisola ajustada que cubría su corsé y descendió por el hombro hacia su brazo desnudo—. Estás erizada.

—Me haces cosquillas.

—¿Te molesta? —. Negó y respiró con más fuerza al sentir su mano ascendiendo de regreso por su brazo hacia su hombro para volver a trazar la curva de su pecho—. ¿Y sí lo hago mal? Tengo miedo de hacerlo mal, Eloise. De hacerte daño, eres tan pequeña y yo soy tan bruto.

—No eres para nada bruto conmigo, Geordie —. Le levantó el rostro desde el mentón y sus ojos se encontraron—. Siempre que me tocas me siento como si fuera de cristal ante ti, como si temieras romperme en mil pedazos con una caricia equivocada. Me haces sentir delicada e importante.

—Eres importante, Eloise. Eres muy importante para mí.

Se inclinó para volver a besarla y cuando sus labios se encontraron, ella jadeó y se aferró a Geordie para que no la soltara. Eran besos suaves, pero estaban cargados de tanta pasión que le fascinaba. Echó la cabeza hacia un lado cuando él descendió por su cuello y gimió sin poder evitarlo.

—Me encanta ese sonido —le escuchó murmurar—. ¿Qué significa?

—Que me gusta lo que haces, me gusta mucho.

Vidas cruzadas: El ciclo. #3 COMPLETA. +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora