Muchas cosas han sucedido en la vida de los Morgan, pero la aventura no termina. Su historia está por enfrentar el comienzo de un nuevo siglo y los cambios que vienen con él.
A los pies del siglo XX, la llegada de Marie está más presente que nunca...
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21 de octubre 1890. Minneapolis, Minnesota.
Olivia limpió la navaja con la que estaba afeitando a Jonathan y se acomodó a su lado para continuar deslizando la afilada cuchilla por su mejilla, manteniendo la muñeca tan estable como humanamente posible. Él la miró, como siempre hacía mientras le afeitaba y cuando ella alejó la navaja para limpiarla, sonrió.
—¿Qué? —preguntó, contagiándose de su risa.
—Nada, solo...Tienes espuma en la mejilla —. Olivia se miró al espejo que tenía enfrente y rio, pero antes de poder limpiarse, Jonathan la ayudó arrastrando el pulgar sobre su piel sin romper el contacto visual—. Listo.
Se quedó consumida por su mirada y la respiración se asentó en su pecho como plomo.
—Gracias —. Le tomó unos minutos parpadear para regresar a la tarea, ignorando que Jonathan seguía despertando esa intensa llama en su interior desde hacía años—. ¿Has recibido noticas de casa?
—Adrian escribió, todos están bien a excepción de Timmy, quien lloró como un bebé cuando Harvie se marchó con su hermana. Hasta quiso ir con él.
—¿Y por qué no fue? Todas las anclas pueden acceder a la cueva.
—Lo sé, pero Harvie no quiso o eso explicó Adrian, no sé, su carta era muy confusa, probablemente la escribió en varios días. Pero es un viaje seguro, estuvieron investigando sobre este muchacho...Eh...
—Aleksey.
—Eso, estuvieron investigando sobre él y descubrieron exactamente dónde encontrarlo y en qué fecha —. Olivia lo miró esperando más información y Jonathan se limpió el rostro con la toalla—. Al parecer, años después de su llegada, el muchacho se las arregló para llegar al trono y como eso lo vuelve una figura importante hay cientos de libros contando su historia, Adrian pudo encontrarlos y trazar una fecha y ubicación para que su madre vaya a buscarlo.
—¿Al trono? Quizás ese es su destino y el motivo por el cual viajó.
—Seguramente, vivió gran parte de su vida en Atenas en la guerra contra los Espartanos.
—Oh, Dios...Está en el lado perdedor de la historia, los Atenienses pierden la guerra contra Esparta, no recuerdo en que año, pero es algo que todo el mundo sabe.
—Esperemos que el muchacho también lo sepa.
—¿Cuántos años vivió? —. Jonathan se encogió de hombros—. ¿Adrian no dijo?
—No sé si sabe, pero si mencionó a un grupo de hombres que parecieron influenciar positivamente la vida del muchacho, los documentos preservados que relatan su historia mencionan que Aleksey tuvo siete mentores, todos los cuales se sospecha pudieron haber sido amantes, quizás incluso más que solo amantes.
