Muchas cosas han sucedido en la vida de los Morgan, pero la aventura no termina. Su historia está por enfrentar el comienzo de un nuevo siglo y los cambios que vienen con él.
A los pies del siglo XX, la llegada de Marie está más presente que nunca...
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27 de mayo 1896. White Oak, Minnesota.
Ethan se sirvió una taza de café en el salón y agarró unos pasteles rellenos de crema para subirse al dormitorio. Estaba yendo por las escaleras, cuidando no volcar el café, cuando Elizabeth asomó desde el pasillo hacia donde se dirigía y sostuvo tres papeles frente a él.
—¿Cuál te gusta más para nuestro dormitorio? ¿Flores pequeñas, flores grandes o estás mándalas?
—La última se ve bien y me gusta el color.
—Sí, eso pensé y combina con nuestros ojos —. Ethan sonrió bebiendo su café y entró en el dormitorio con Elizabeth siguiéndole—. ¿Te irás al hospital?
—En un rato, sí. ¿Necesitas que traiga algo de la ciudad? Pensaba pasar por la barbería a arreglarme un poco.
—O yo podría afeitarte —. Ethan entrecerró los ojos ante esa propuesta—. Prometo no degollarte...No apropósito al menos.
—Eso no me inspira mucha confianza, Lizzie.
—En serio lo digo, tengo experiencia, he afeitado a mis hermanos algunas veces y afeité a mi padre cuando era niña. Sé cómo manejar la navaja.
—Mmm, está bien, supongo que confiaré en tus habilidades. ¿Pero necesitas algo de la ciudad?
Miró hacia las muestras de tapiz que tenía y se concedió un momento para pensar.
—No, pero deberíamos ir juntos algún día que tengas libre para poder elegir muebles. Mamá dijo que ella quiere regalarnos la cama, pero aun así necesitamos los armarios, el tocador y todas esas cosas —. Se detuvo al ver la expresión de Ethan y suspiró—. No quieres ayudarme.
—A ti se te da mucho mejor que a mí todo eso de decorar y debo trabajar, Lizzie.
—Agh, pero será nuestro dormitorio, no puedo elegir todo yo ¿y si luego no te gusta?
—Cualquier cosa que hagas me gustará, honestamente mientras haya una cama el resto me da igual ¿sí? —. Bufó y él sujetó su rostro y la atrajo para besarla—. Lamento ser el aguafiestas, pero pasar mi día comprando muebles suena como una verdadera pesadilla.
—Está bien, le pediré a mamá que me acompañe, pero ahora tendrás que compensarme trayendo flores o algo.
Ethan se rio y accedió antes de besarla.
—Todas las flores que quieras, mi amor.
Se sentó junto al escritorio de Elizabeth para terminarse su café y sus pasteles en lo que leía el periódico y ella se sentó en la cama y continuó evaluando cual podía ser el mejor tapiz para el dormitorio.
—Hablando sobre muebles, Phillips & Donovan están vendiendo muebles. Oh, mira...Hasta venden coches para bebes ¿no crees que deberíamos comprar uno?
