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5 de mayo 1890

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5 de mayo 1890.
White Oak, Minnesota.

Marie estaba en una nueva zona del campo esa mañana, aprovechando el bello color del cielo para pintar en su cuaderno sentada sobre un tronco en la colina. Creía que estaba en un lugar tranquilo y donde nadie podría molestarla, pero su figura era más que visible desde White Oak y Rylan podía reconocerla, aunque estuvieran a kilómetros. La vio en el tronco cuando salió de su casa para ir al trabajo y no pudo contenerse, se colgó el bolso al hombro, trepó en su caballo y anduvo hasta ella.

—Hace tiempo no te veía por aquí, rubia —le comentó al llegar en su caballo.

Ella no lo miró, su atención estaba puesta en seguir dibujando y resultaba más fácil ignorarlo.

—¿Qué pasó? ¿Me extrañabas?

Rylan se rio y bajó para acercarse a ella y bloquearle (intencionalmente) toda la vista del campo frente a la colina. La irritación de Marie creció.

—Oh, sí, por poco dejo de respirar sin tu arrogante e insoportable presencia. ¿Qué sería de mi vida sin la pequeña víbora para recordarme que tan pobre soy?

—Pobre y estorboso te falto agregar —señaló al ver que no se apartaba—. ¿A qué has venido, Blackwood? Claramente disfrutas de molestarme.

—¿La verdad? Sí, lo disfruto, pero también esta este asunto —. Se sentó en el tronco junto a ella y dejó el sombrero en el suelo a sus pies—. Tu padre cree que pasar tiempo conmigo te hará feliz.

—¿Mi padre?

—Ajá, porque ya sabes, como soy un encanto y todo eso —. Le sonrió con elegancia y Marie arrugó la nariz—. Esta es la parte en la que coincides conmigo.

—Apestas.

—A flores, porque me bañé —. Le guiñó un ojo y ella lo empujó con ambas manos cuando se acercó—. Alguien despertó gruñona esta mañana...Ah, no, espera...Tu despiertas así todas las mañanas.

—¿Por qué mi padre te pediría que pases tiempo conmigo?

—No lo sé, quizás quiera casarnos...Sí, creo que fue eso lo que dijo.

—Mientes —. Se rio y empezó a recoger sus cosas—. Mi padre jamás permitiría que un bueno para nada esté conmigo.

—¿Te refieres a un hombre trabajador?

Marie se puso de pie colgándose el bolso al hombro y sostuvo el libro contra su pecho. No quería seguir soportando su presencia, no quería seguir viéndolo y lo odiaba por siquiera acercarse. También quería saber qué mierda pensaba su padre cuando le había pedido a Rylan que se acercara a ella ¿Qué acaso no la conocía? Odiaba hablar con hombres como Rylan, olían mal (durante sus jornadas de trabajo lo cual a Marie poco le importaba) y eran groseros.

—¿Sabes por qué tu padre me pidió que me acercara a ti? —. Se detuvo, solo porque la respuesta era de su interés y lo miró. Rylan se puso de pie y sacudió su sombrero—. Porqué nadie te soporta, todo el mundo te odia, incluso hay gente en Rochester que no soporta escuchar de ti. Se ríen a tus espaldas de lo horrible persona que eres y tu padre se cansó de escucharlos, pero como eres una perra orgullosa que no reconocer el buen padre que tiene y lo tratas mal cada vez que quiere ayudarte, me pidió a mí, pues soy el único que le importa una mierda lo que digas y no se enoja con tu asqueroso comportamiento. Deberías valorar más el padre que tienes, víbora, mi padre te habría dado una paliza hasta enseñarte por las malas a respetar y muchos hombres te sacarían a patadas de sus casas por malagradecida.

Vidas cruzadas: El ciclo. #3 COMPLETA. +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora