27- Erty

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-No sigas -respondí a pesar de que mi cuerpo me pedía lo contrario- o mejor dicho... no empieces.
-¿Por qué?
-Porque vas a conseguir que me olvide de que estoy enfadada contigo.
-¿Ese es el problema? -contestó riéndose. No podía verle la cara pero probablemente estaría disfrutando ahora mismo.
-No, tú eres el problema y tu puñetera novia.
-Joder, ¿pero qué problema tienes con mi novia?
-¿Te estas escuchando, capullo? -contraataqué dándome la vuelta y encontrándome cara a cara con esos ojos azules.
-Si quieres la dejo... no tengo ningún problema -me dijo acercando su mano a mi oreja delicadamente.
-Lo que tienes es un severo retraso, imbécil.
Tras decir esto, me encontré de nuevo besándolo, sin saber cómo habíamos llegado a esa situación, pero nuestros labios se movían sincronizados.
Unos segundos mas tarde, Tristan separó sus labios pero mantuvo nuestras frentes unidas.
-Para que veas lo loca que te puede volver este imbécil...
A continuación, salió de la habitación y me terminé de preparar, mientras intentaba recuperarme del subidón del momento.. Bueno, más bien lo que hice fue maldecir a ese batería y cagarme en todo lo cagable.
-¿Listo? -pregunté bajando las escaleras y mirando a Brad, que llevaba a Drew encima de los hombros mientras este le tocaba los rizos.
-¡Listo! peque, va siendo hora de que te bajes -dijo mirando al enano.
-Joo... ¿Por qué?
-Porque me voy con tu hermana a hacer unas cosas... -respondió él. No pude evitar sonreír.
-¿Cosas? ¿De esas que hacen los mayores y que no me quieren contar aunque ya sé lo que es...?
Bradley me miró rápidamente como señal de ayuda.
-Drew, no es eso. Nos vamos a... -intenté pensar algo que le pareciese creíble- andar en bici pero como hace mucho frío, no te hemos dicho nada. Mejor te quedas con la manta en casita.
-Mmm vale -dijo encogiendose de hombros. Al final me había costado menos trabajo convencerle de lo que me imaginaba...
-Puedes quedarte con algún otro chico si quieres -propuse.
-Eso, puedes jugar a las peluquerías con ellos, que veo que te gusta tocar el pelo a la gente -se arregló los rizos de la frente con la mano y a continuación se rió- puedes probar con Tristan... Ya verás qué gracia le hace que le toques el tupé.
-Valeee -dicho esto subió rápidamente las escaleras.
El Karma, Tristan... El Karma. Y ahora lo iba a sufrir tu pelo...
Suspiré y nos acercamos a la puerta.
A continuación, Brad la abrió y me dejó pasar primero. Iba a ser una cita un tanto larga e... Incómoda.

(...)
Tras un paseo bastante largo y con no sé cuántos grados bajo cero, llegamos al centro comercial.
Durante el trayecto, habíamos estado hablando de temas sin importancia y yo me limitaba a contestar con palabras como: sí... Aja... Ah... Ya que mi mente no podía pensar en otra cosa que no fuese el frío que tenía y en qué se suponía que tenía que hacer a partir de ahora con el chico obsesionado con el estampado de leopardo, después de habernos estado moreteando en secreto desde que había aparecido en mi vida.
-¿Te apetece que vayamos a comer ya? -me preguntó el pelo lechuga en cuanto entramos en el centro- por cierto, si tenías frío me lo podías haber dicho...
-¿Eh? -pregunté algo confundida.
-Te acaba de dar un escalofrío. Te he visto -dijo sonriendo.
Era cierto, esta congelada pero tampoco era plan de pedirle la chaqueta a alguien como él: una persona a la que había conocido hace menos de un mes y encima después de haber besado a su amigo sabiendo lo que Brad sentía por mí.
-Estoy bien, tranquilo... Pero gracias.
-¿Comemos ya? -volvió a preguntarme. Asentí y nos dirigimos a la segunda planta, donde estaban todos los restaurantes.
Mientras nos dirigíamos allí aproveché a observar todos los escaparates que pude, mirando aquellas cosas que me encantaban pero que jamás me iba a comprar porque... El dinero no cae del cielo ni crece ene los árboles... Por desgracia.
-¿Comida rápida o restaurante en condiciones? -pregunté poniendo las manos en la cintura y mirando cada uno de los locales que había allí.
-Lo que tu prefieras...
-¿Pizza? -propuse mirando el restaurante más vacío que había- no hay mucha gente y no tardáremos en pedir.
-¿Cuatro quesos? -añadió él pasandose la mano por el pelo.
-¿Lo dudabas?
Nos reímos y comenzamos a andar en dirección al restaurante.
Tuvimos que esperar unos segundos a que nos atendiesen y nos llevasen a una mesa de dos, cerca de la puerta peor sin estar a la vista de todo el mundo, perfecto.
Nos sentamos y rápidamente vino una camarera jovencita a preguntarnos por las bebidas. Agua para los dos.
No estábamos ahora como para más alcohol u otro tipo de bebida después de la fiesta de anoche.
-Pues hemos tenido suerte de haber llegado antes, ¿eh? -me dijo Bradley señalando con la cabeza a la fila que se había formado a la entrada del restaurante.
-Ya te digo...
-¿Saben ya que van a tomar? -nos sorprendió la camarera por detrás. Era morena y llevaba el pero recogido en una gran coleta. Tendría unos pocos más años que yo, no más.
-Mm sí: pizza de cuatro quesos con mucho queso para los dos, por favor -pedí sonriendo mirando de reojo a Brad.
-¿Algo más? -preguntó recogiendo el bolígrafo que se le acababa de caer al suelo.
-No, gracias -contesté aguantando la risa.
Una vez que se hubo ido, Brad me preguntó.
-¿Se puede saber de que te ríes?
-¿Eran grandes? -dije mirándole fijamente a esos ojos marrones.
Arqueó una ceja, a la vez que se le levantaba el labio.
-Las tetas, tonto. Que se te han ido los ojos en cuanto se ha agachado.
Noté cómo se iba poniendo rojo poco a poco...
-Macho... Lo siento, se me ha escapado... -intentó disculparse.
-Tranquilo... Era coña. Me pasa lo mismo con los tíos, aunque no quieras se va la mirada y... -hice una pausa- ¿por qué no hablamos de otro tema?
-Sí, mejor...
Seguimos charlando y debatiendo sobre cosas como: si el color azul era mejor que el color rosa, si tenía que escribir muchas canciones para el disco pero no tenía inspiración o sobre si el fin de semana iba a llover o no.
Vale, sé que son temas un poco absurdos y raros para una comida -era una comida, no una cita- pero no sabíamos de qué más hablar. Aún estaba el ambiente un poco tenso.
-Aquí tenéis -dijo la misma camarera de antes depositando el plato en mitad de nuestra mesa. Vi cómo Simpson miraba a otro lado durante todo el tiempo que la camarera estuvo en nuestra mesa, lo cual no me sorprendió viniendo de un chico como él,
Le dimos las gracias y una vez que se hubo marchado, empezamos a comer una porción cada uno.
-Liberty... ¿Te puedo... -mordió un cacho de la pizza, quedándose con el queso fundido colgando de la boca- hacer una pregunta?
-Claro... Dispara.
-¿Por qué Erty? -dijo riéndose.
-Joder... No empecemos...
-Solo dime por qué -insistió.
Cogí el vaso de agua, pegué un trago y volví a dejarlo en su sitio.
-Mi hermano empezó a llamarme así en cuanto aprendió a hablar y me quedé con el mote.
-¿Tus padres te llaman así también?
-Cuando no hay gente de la familia delante, no, pero el resto del tiempo sí. Una cosa os aviso: como me llaméis así, os podéis dar por muertos... Sólo me puede llamar así mi familia, ¿entendido?
-Vale, vale -dijo levantando las dos manos en señal de haber captado el mensaje- Esto...
-¿Qué pasa?
-¿Esa no es...?

Holaa ¡He vuelto con nuevo capítulo!
Siento no haber subido antes pero, creedme, me ha resultado imposible.
Quería felicitaros el Día del Libro aunque fue antes de ayer jeje
Y también deciros que gracias por tantas visitas, comentarios y votos. Sois geniales <3

Entonces... ¿Qué os parece la situación que están viviendo ahora los personajes?
¿Pasara algo entre Brad y Liberty? ¿Y con Tris?

MY LITTLE SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora