Nos detuvimos en la última planta, lugar en el que ni había estado ni sabía que existía.
-Todo esto es para después de la entrevista, ¿vale? -dijo agarrándome de la cintura y acercándome cada vez más a él hasta que pude aspirar su aroma a colonia. 1 Million.
-Vale -respondí sonriendo e intentado descubrir de qué se trataba todo aquello.
Anduvimos un poco por el gran pasillo y llegamos a una estancia con colores rojizos, negros y grises, con poca luz, simplemente iluminada por unas poquitas velas. Por suerte no había nadie allí, cosa que me extrañó bastante tratándose de un lugar tan precioso y único como era ese...
-¿Y no hay nadie aquí? -pregunté para salir de dudas. Tampoco me hacía gracia que estuviésemos allí los dos solos: primero porque si venía alguien y nos veía nuestro "little secret" habría llegado a su fin. Y segundo, me daba miedo cómo podíamos acabar...
-No -sonrió mirándome- He reservado la estancia hasta mañana por la mañana.
Seguimos andando por la gran habitación -juraría que era más grande que seis habitaciones de las normales- y llegamos al final.
-¿Te... apetece? -preguntó Tristan en cuanto se me formó una sonrisa en la cara.
-Es impresionante -respondí sin tener en cuenta la pregunta que me había hecho.
Un jacuzzi enorme estaba en frente de mí. Al lado, había una gran ventana que dejaba a la vista la ciudad.
Sin duda íbamos a tener buenos momentos allí...
-Ya estoy deseando que acabe la entrevista... -murmuré más bien para mí misma que para Tristan.
-Y yo, Lib... y yo.
-No...
-Ya sé que no quieres que te llame así, pero me encanta cuando te picas. Lib.
Le saqué el dedo del medio y me acerqué a la ventana para ver las vistas.
Tris no tardó en acercarse por detrás y abrazarme por la espalda. Otro escalofrío recorrió mi cuerpo. Aquel chico tenía un don o algo para hacerme sentir especial...
-Será mejor que bajemos -me susurró al oído- necesito peinarme este tupé para estar guapo para la entrevista y los miles de oyentes...
-Imbécil...
-Te adoro -dijo y a continuación me dio un beso en el cuello y echó a correr hacia el ascensor.
Casi se mata por el camino por culpa de ciertas velas y algunas macetas de decoración pero llegó sano y salvo.
Le alcancé a los pocos segundos y regresamos a la habitación de los chicos.
-¡Connor Samuel John Ball! -gritó Brad mientras le tiraba de las piernas al aludido- ¡Sal de una p*ta vez de la cama!
-Brad... no digas tacos -dijo James mientras terminaba de leer la parte de atrás de una caja de barritas energéticas. Me encantaba con la tranquilidad que le ordenaba al pelo lechuga que no dijese palabrotas, cuando casi iba a cumplir 20 años aunque no los aparentase.
-¡CONNOR! -insistió Simpson.
Entonces, sin más, le tiró de la cama y se echó él encima.
-Quita -se quejó Connor sin gritar ni nada, simplemente con voz apagada, casi inaudible.
-Mira, no lo aguanto más... me piro -comentó Bradley mientras se levantaba y cogía su móvil- ¿Me has traído la cerveza? -me preguntó.
Mierda...
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MY LITTLE SECRET
Fanfiction-Te odio. -No sabes lo que dices. -Créeme, sí lo sé. No he estado más segura en la vida. -Acabarás queriéndome. -Lo dudo.