IV- Deep in a coma

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Miro el reloj nerviosa. Marcaba las 21:56. A las 22h en punto había quedado con Brad en la puerta de mi casa.

Tras habernos despedido por la mañana, habíamos quedado en ir por la tarde al cine dando un paseo para pasar un rato juntos, como amigos claramente.

Teniendo en cuenta eso, no sé por qué me siento tan nerviosa.

Me miro en el espejo por 824685435 vez en los últimos 5 minutos: he escogido pantalones pitillo de color negro, con alguna apertura en las rodillas, camiseta verde militar y un abrigo, bufanda y gorro a juego. El pelo lo tenía suelto, colocado hacia el lado derecho de mi cuerpo.

Miro mi móvil. Para ser sincera... la única razón por la que estoy pendiente de WhatsApp, a parte de por si tengo noticias de mi hermano, es por si acaso a Tristan se le ocurre la idea de volver a establecer contacto conmigo, cosa que me haría infinitamente feliz a pesar de saber el daño que me ha hecho y que sé que me volvería a hacer.

Pero nada... ni una mísera palabra.

De repente, una bocina de un coche suena. Me sobresalto y me aproximo a la puerta para mirar por la mirilla.

Hay un coche que me suena de algo pero no consigo relacionarlo con nadie. Veo que alguien desde dentro me saluda con efusividad. Es Brad.

Sonrío y me vuelvo a mirar en el espejo antes de salir de casa.

Ya es de noche así que tengo que ir con cuidado de no pegarme la torta del siglo y, con las manos en los bolsillos debido al frío que hace, me aproximo hasta el coche.

Abro la puerta con cuidado y veo que hay una funda de guitarra en el asiento del copiloto.

-Esto... ¿qué hago con...? -dijo tiritando señalando con la cabeza al instrumento.

-Upss, perdón Liberty.

Se inclina y con un movimiento rápido pasa la guitarra a la parte de atrás del vehículo. Entonces sí, me meto en el interior del coche y cierro la puerta. 

Me froto las manos contra las piernas para entrar en calor. Una vez lista, me pongo el cinturón y me giro para mirar a mi acompañante.

-¿Por qué has venido en coche y desde cuando lo tienes? -pregunto riéndome.

-Primero... he venido porque antes de ir al cine voy a llevarte a un sitio. Y segundo... lo tengo desde que cumplí los 18 aunque apenas lo uso, solo para ocasiones especiales.

-¿Y esta lo es? Y... ¿no llegaremos tarde a la peli?

-Primero... sí, bueno... -dice de manera tímida- no... bueno, no sé... déjalo... Y segundo... no, no vamos a llegar tarde. Tengo las entradas para la siguiente sesión, no esta, así que llegamos de sobra.

-¿Sabes que se te ocurren cosas muy raras? Y... ¿sabes que este juego de preguntas me empieza a cansar?

-Primero... lo sé... soy así y segundo... a la mierda. Me está poniendo de los nervios. ¿Vamos?

-Vamos.

Durante los dos primeros minutos apenas digo nada pero ya no puedo resistirme y hago la pregunta del millón.

-¿A dónde vamos?

-Quiero enseñarte una cosa. Ahora mismo lo ves.

Asiento y no vuelvo a preguntar nada pues sé que no me va a contestar y por otro lado, prefiero no distraerle mientras conduce por lo que pueda pasar... 

Al cabo de un rato, detiene el coche y me indica que ya hemos llegado. Miro por la ventana.

-Brad -digo con voz cortante- hemos estado aquí esta mañana.

MY LITTLE SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora