24- Mañana post-fiesta 2

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Al acabar el piso de abajo, que por cierto tardamos una eternidad en dejarlo todo como los chorros del oro... Y tras sacar toda la basura, decidimos subir al piso de arriba.
Aún Tristan no había dado ninguna señal de vida, lo que me alivio bastante.
La habitación de mis padres había estado cerrada con llave así que ahí no pudo entrar nadie. Asomamos la cabeza al cuarto de baño y decidimos dejarlo para el final... Por nuestro bien. ¿Cuántas veces había repetido que no subieran al piso de arriba? Abrimos la ventana para que se fuese un poco el olor y nos aproximamos a la habitación que quedaba, es decir, en la que se alojaban los chicos.
-Creo que nadie ha entrado en ninguna otra habitación -dije andando por el pasillo- está todo intacto.
James puso la mano en el pomo de su puerta y...
-Pues estas equivocada -dijo nada más abrirla.
Me asomé por la puerta y Brad hizo lo mismo, apoyándose en mi para poder ver.
-No... dime que no son... -todas las bolas de colores aterrizaron en nuestros pies- pelotas.
-Mierda, mierda, mierda. ¿Y qué hacemos ahora? -preguntó el chico de ojos marrones.
En ese momento mi móvil sonó, anunciando en un nuevo mensaje que mi padre estaría de vuelta en menos de dos horas y media.
-Deshacernos de estas puñeteras pelotas y del resto de cosas en las dos horas que tengamos hasta que vuelva mi padre, es decir, vuestro "jefe".
-Me estas vacilando... -comentó James y negué con la cabeza mientras les enseñaba la pantalla de mi móvil con el mensaje.

-Así que... manos a la obra.
Aquella habitación que ahora estaba destinada a la banda estaba cubierta por una capa de bolas de colores, de estas con las que juegan los peques en las piscinas de bolas, que nos llegaban, o por lo menos a mí, hasta la cintura. Lo primero que pensé fue en cómo habían conseguido tantas, cómo las habían llevado allí y lo mas extraño... ¿para qué? Después decidí no dar importancia a detalles como ese y ponerme a buscar una solución inmediatamente.
Baje rápidamente las escaleras para coger una bolsa de basura, mejor dicho, unas cuantas... aproveché el trayecto para ponerme la alarma en el teléfono para que me avisase tres cuartos de hora antes del momento en el que mi padre pisase esta casa.
-Chicos... -dije jadeando por la "carrera" que me acababa de marcar- ya tengo las bolsas ahora necesitamos...
Entré en la habitación y lo primero que vi fue a Tristan enterrado entre las pelotas. Rápidamente miré a James y se encogió de hombros, haciéndome un gesto con la cabeza para decirme que no había podido evitarlo.
Decidí que lo mejor seria ignorarlo aunque sabía que iba a ser bastante complicado.
-¿Qué tal has dormido? -preguntó lanzándome una bolita azul a la zona de los muslos.
Directamente pasé de contestarle y me acerqué a Brad.
-Toma -le entregué una bolsa- ¿qué os parece si las vamos metiendo y luego bajamos todas las bolsas?
-Mm demasiado soso -alce una ceja en señal de incomprensión- Liberty, ¿te inportaría bajar y quedarte debajo de esta ventana?
Resoplé.
-Te acompaño -comentó Tristan intentando incorporarse.
-Ni lo sueñes, imbécil.
Dicho esto, salí de la habitación y me fui al jardín.
Mierda, hacía bastante frío, incluso mas que esta mañana cuando había ido a despertar a Brad.
-Ya estoy -grité mirando para arriba una vez que me había situado en el lugar que me habían dicho.

-¡Cuidado! -gritó Brad mientras me lanzaba el rollo que contenía todas las bolsas de basura y a continuación empezaron a lanzar todas las bolas por la ventana.

-¿Sois subnormales? -chillé al ver todas aquellas cosas caer- Así vamos a tardar el doble y no pretenderéis que recoja todo esto yo...

Nadie contestó.

Me quedé de pie, tiritando y mirando cómo habíamos destrozado la casa. Si no nos daba tiempo mi padre me iba a matar pero bien...

Si no hubiese sido tan imbécil y no hubiese subido a la habitación con Tristan habría podido impedir todo esto... incluido el lío que se había formado en mi corazón y en mi mente.

-Toma -dijo alguien detrás de mí, lo cual me provocó un sobresalto.

Me giré y me encontré con el chico de rizos, que en ese momento me colocaba por encima una camisa de cuadros para protegerme del frío.

Sonreí de la manera más amable que pude -no estoy muy acostumbrada a sonreír, ahora que me doy cuenta- y nos pusimos en marcha.

El del tupé y Mrs Musculitos nos lanzaban las pelotas de colores mientras Brad y yo intentábamos recoger el máximo número posible y meterlas en las bolsas.

Rellenamos bastantes de estas en un tiempo récord.

-Buenos días -dijo aguien con demasiado entusiasmo, detrás de nosotros dos.

Nos giramos y allí estaba Gin... Y no venía sola precisamente.

-Eh, rubiales, sube a ayudar que bastante te has escaqueado -dijo por la ventana James.

Connor sonrió y, tras resoplar y susurrar algunas palabras malsonantes que ahora mismo no me apetece mencionar, subió a la habitación, o mejor dicho, la piscina de bolas.

-Tía... te tengo que contar... -empezó a decir mi mejor amiga pero no me pilló de humor, así que la corté a mitad de la frase.

-Gin, hoy no me he levantado de muy buen humor que digamos... -arqueó una ceja- historia muuuuy larga que ya te contaré. Estoy deseando escuchar cuál ha sido el lío de esta fiesta, los detalles sobre tu príncipe azul y blah blah blah pero en serio, mi padre está a punto de venir y no me apetece tener que escuchar una de sus broncas con el dolo de cabeza que tengo ahora mismo.

Me detuve al ver la expresión de su rostro. Igual me había pasado con ella... 

-Lo siento, Gin... -resoplé mientras me agachaba a coger otra bolsa nueva- ¿puedes ayudarme y luego me cuentas todo?

-Emm claro -vi cómo miraba hacia arriba y le giñaba un ojo al peque de la banda... Uooo

Sonreí al ver aquel gesto y volví a hacer lo que tocaba: recoger todo aquel desastre.

-Liberty, ¿ha pasado algo...? -dijo mientras me ayudaba con la mierda esa.

Negué con la cabeza y noté que alguien me miraba.

-¿Qué pasa? -pregunté a Bradley mientras me colocaba el pelo, que estaba empezando a molestarme.

-Nada, nada... que te veo muy alterada... solo eso -dijo riéndose.

En ese momento una pelota roja se estrelló contra su cabeza y no pude evitar reirme.

-Gilipollas -gritó este a Connor que le sacaba la lengua desde la ventana.

-Te veo muy alterado, ¿eh? -dije imitándole mientras le lanzaba otra pelota pero esta vez azul.

Tras esta "pelea", seguimos trabajando en silencio aunque de vez en cuando hacíamos algun comentario o los chicos empezaban a cantar alguna estrofa o cosas por el estilo...

-Lib, ahí te va -dijo Tristan mostrando una pelota y lanzándome un beso al aire- La útlima.

Le saqué el dedo el medio antes de alcanzar la dichosa pelotita.

-Cuánto amor... -dijo él sonriendo.

-Dímelo a mí...

Holaaa

Deciros que gracas por tanto. Me he dado cuenta de que ya tengo más comentarios en esta novela que en cualquiera de las anteriores que he escrito y me encantaaaa. Mil gracias.

También me he dado cuenta de que en el último capítulo han bajado un poquito las visitas... mmm ¿se os ocurre algo que pueda mejorar? Acepto consejos... :D

Gracias de nuevo y.... seguimos igual:

¿BRAD O TRIS? <3

MY LITTLE SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora