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Capítulo 50

Capítulo 50

¡De ninguna manera! ¿A quién tratas como una estúpida? Definitivamente hay algo. No solo era mi hermana Bianca, sino que Lenny y mi madre continuaron observándome con esta actitud durante todo el día.

A todo lo que ha pasado, lo pensé detenidamente. Cuando volví de ver a Su majestad anoche, mi madre, hermana, Lenny y Randel me estaban esperando.

─ Voy al banquete con Su Majestad debido a circunstancias inevitables.

─ Está bien.

La hermana Bianca asintió obedientemente. Pero ese dócil asentimiento me hizo sentir incómoda. Fruncí el ceño y enfrenté de manera sutil a mi hermana.

─ De verdad... Intenta responder 'Está bien' una vez más.

─ Bueno...

─ ¿Qué?

─ No, eso no.

Mientras mis ojos se agudizaron, mi hermana habló apresuradamente.

─ Hasta el gran banquete, nosotras hemos decidido no hacer nada. Parece que en estos momentos estás confundida, pero ¿no aumentaría tu confusión si damos nuestra opinión? No queremos influir en tus futuras decisiones.

Mi rostro ardía con la sensación de que había leído mi mente.

─ No estoy confundida-

─ ¡Lo sé!

Cuando abrí la boca, Bianca respondió apresuradamente. Pregunté, entrecerrando mi ceja.

─ ¿De verdad sabes cómo me siento?

─ No me malinterpretes, Ira. Ayer, cuando regresaste de hablar con Su Majestad, simplemente tomamos nuestra propia decisión.

─ ¿Qué decisión?

─ Es entre Su Majestad y tú, así que será mejor que no hablemos de ello a la ligera. Depende de ti y su Majestad decidir. Ya sea que lo rechaces o lo aceptes, podemos juzgarlo o condenarlo en el proceso. Simplemente pensamos que sería mejor abstenerse de hacer cualquier cosa.

Mi hermana mayor cerró el libro que había leído y luego continuó.

─ Así que no tienes que explicarnos tus intenciones como lo haces ahora. No queremos meternos en eso de ninguna manera y criticar tu elección.

Miré a Bianca por un momento. ¿Es por eso? ¡Por eso es tan dulce y madura!

─ Así que esa es la razón... Es realmente conmovedor.

Después de ser honesta, toqué ligeramente mi pecho izquierdo.

─ Lo siento, hermana.

─ ¿Qué?

─ Soy alguien poco comprensible. Pensé que era fácil para todos decidir que iba a acercarme a Su Majestad y aceptar su propuesta. Pensé que no querías ponerte de mi lado por miedo a ser odiada por Su Majestad... como esa traidora que vino del sur.

Mis dientes, que decían a la traidora sureña, estaban apretados de manera involuntaria. ¿Quién crees que es la traidora sureña? Por supuesto que es Randel.

¡La chica mala que me empujó al salón de banquetes por esa mejora de semillas o algo así!

La hermana Bianca me miró rechinando los dientes y respondió con los ojos fijos.

─ ...por supuesto que no.

─ ¿No?

─ ...exactamente.