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Capítulo 69

Capítulo 69

─ Sé lo que te preocupa y lo que intentas decirme. 'No te culpes, todavía tengo muchas cosas que hacer, así que haz lo que quieras,' ¿verdad?

Para ella sonriendo como si llorara, asentí lentamente con la cabeza.

─ Y quería decirte que hagas lo que quieras hacer. Honestamente, todas las acciones que hizo la señorita Shirkaya se sentían como si estuviera actuando por los problemas de su madre. Escuché por primera vez hoy que estás interesada en el negocio de tu padre, por lo que se parece mucho más a ti y eso es maravilloso.

Dije, su sonrisa se detuvo de repente.

─ Sí. Mi madre es bastante conservadora, así que todavía piensa que es un deber casarse, darle el título a su esposo, obedecer a su esposo y tener un buen hijo, en lugar de que una mujer tome el título para unirse a la familia. Fue idea de mi madre ser la Princesa Heredera.

La señorita Shirkaya continuó, poniendo su cabello en orden con sus manos.

─ Te vi por primera vez entonces, y mi madre me lo mencionó. 'Nunca debes acercarte a esa chica y ser su amiga, debes dejarla de lado en el futuro', eso dijo.

─ ¿No fue la primera vez que nos vimos a la edad de 12 años?

─ La vi en la boda del Marqués Allen.

─ Así es. Lo siento de todos modos. Es triste que no pudimos acercarnos por eso.

La señorita Shirkaya, que asintió con la cabeza ante mi respuesta, arqueó una ceja.

─ Pero no fue solo por la razón que me dijo mi madre. Simplemente te odié porque pensé que te estabas divirtiendo y disfrutando terriblemente, así que eso no me gustaba. Mirando hacia atrás ahora, parece que un complejo de inferioridad.

─ ¿Qué? ¿La señorita Shirkaya, hacia mí?

─ No importa lo que hagas, tienes un sentido natural, y cada vez que sale a la luz el resultado de tu trabajo, todos, incluidos los adultos de la familia imperial, lo admiraban.

─ ¿No es eso porque solo soy la hija de mi padre?

─ ¿De verdad estabas pensando de esa manera? Deja ese tipo de humildad. Si vas demasiado lejos con esa humildad, tu mente estará vacía.

─ Ay.

Exageré la dolorosa pretensión e inmediatamente me reí de ella como de un golpe se tratase.

─ Dando la vuelta a la palabra 'tonto' y hablando, parece que has vuelto ahora.

─ Gracias.

Ella y yo intercambiamos sonrisas.

─ Señorita Wildenviston.

─ ¿Qué?

─ ¿Puedo llamarte por tu primer nombre ahora?

─......

─ Ira.

Con los ojos bajos, la señorita Shirkaya pronunció mi nombre con cuidado. Dios mío, no esperaba que la señorita Shirkaya me llamara por mi nombre.

─ Cecil.

No pude soportarlo y sonreí ampliamente, llamándola por su nombre y sosteniendo su mano con ambas manos.

La toalla se me cayó de la cara.

─ Oh.

Cecil abrió los ojos de par en par. ¿Eh? La sangre ya no fluía por la nariz.